La cúrcuma es una especia muy utilizada en la medicina tradicional y en la cocina, especialmente en países asiáticos., aunque en los últimos años ha ganado una popularidad mundial gracias a sus numerosos beneficios para la salud. Su componente activo, la curcumina, posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas que contribuyen a nuestro bienestar general.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, hay ciertas personas que deberían evitar el consumo de cúrcuma debido a los riesgos potenciales para la salud asociados a su consumo, ya sea como suplemento, infusión o en la mezcla curry.
Personas con trastornos de la coagulación sanguínea
La cúrcuma tiene propiedades anticoagulantes que pueden inhibir la agregación plaquetaria y, por lo tanto, aumentar el riesgo de sangrado. Esto es especialmente relevante para aquellas personas que padecen trastornos de la coagulación, como la hemofilia, o que tienen tendencia a desarrollar hematomas o hemorragias. Además, aquellos que toman medicamentos anticoagulantes como la warfarina, el clopidogrel o la aspirina deben evitar el consumo excesivo de cúrcuma, ya que podría potenciar el efecto anticoagulante de estos fármacos y aumentar el riesgo de sangrado excesivo.
Un estudio publicado en la Journal of Clinical Pharmacology mostró que la curcumina podría aumentar el tiempo de protrombina, un indicador de la capacidad de coagulación sanguínea, sugiriendo un mayor riesgo de hemorragia en personas que ya están tomando medicamentos anticoagulantes.
Pacientes con problemas gastrointestinales
Aunque la cúrcuma es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y se ha utilizado en el tratamiento de afecciones gastrointestinales, puede causar irritación en algunas personas, especialmente en aquellas con condiciones preexistentes como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. En dosis altas, la cúrcuma puede causar malestar estomacal, acidez, náuseas o diarrea.
Una investigación publicada en la World Journal of Gastroenterology advierte que la curcumina puede alterar la mucosa gastrointestinal y, en algunos casos, agravar los síntomas en personas con enfermedades inflamatorias intestinales. Por lo tanto, las personas con estas afecciones deberían tener cuidado al consumir cúrcuma, y es recomendable que consulten a un gastroenterólogo antes de incorporarla a su dieta.
Mujeres embarazadas y en período de lactancia
Durante el embarazo y la lactancia, es importante ser cauteloso con los suplementos y alimentos que se consumen, ya que algunos pueden tener efectos adversos en el desarrollo del feto o en la producción de leche materna. La cúrcuma tiene efectos estimulantes sobre el útero y podría aumentar el riesgo de contracciones uterinas o incluso inducir el parto prematuro si se consume en grandes cantidades.
Un artículo revisado por Phytomedicine en 2018 sugiere que las dosis altas de cúrcuma podrían interferir con el equilibrio hormonal durante el embarazo. Aunque el consumo de cúrcuma como especia en la cocina es generalmente seguro en pequeñas cantidades, las mujeres embarazadas o lactantes deben evitar los suplementos de cúrcuma y siempre consultar a su médico antes de considerar su uso.
Pacientes con deficiencia de hierro
La cúrcuma contiene compuestos que pueden interferir con la absorción de hierro en el intestino. Según un estudio publicado en la Journal of Agricultural and Food Chemistry, la curcumina puede unirse al hierro y reducir su biodisponibilidad, lo que podría exacerbar la deficiencia de hierro en personas con anemia. Por esta razón, las personas con anemia ferropénica o con riesgo de desarrollar deficiencia de hierro deben limitar su consumo de cúrcuma.
Personas con alergias o sensibilidad a la cúrcuma
Aunque es poco común, algunas personas pueden ser alérgicas a la cúrcuma o desarrollar sensibilidad. Los síntomas de una reacción alérgica pueden incluir erupciones cutáneas, picazón, dificultad para respirar, hinchazón de la cara, lengua o garganta, y en casos graves, anafilaxia. La Journal of Allergy and Clinical Immunology ya ha informado de casos de alergia a la cúrcuma y ha destacado la importancia de estar atentos a posibles reacciones adversas.