Los tomates son una fuente rica en vitaminas, antioxidantes y fibra que ofrecen numerosos beneficios para la salud, lo que les ha servido para ser el alimento base en infinidad de platos y ser omnipresente en las distintas gastronomías. Sin embargo, no son adecuados para todos, pues hay personas que, debido a condiciones médicas específicas, deben evitar o limitar su consumo.
Personas con acidez estomacal
Los tomates son naturalmente ácidos, con un pH que oscila entre 4.3 y 4.9, lo que puede provocar un aumento en la acidez estomacal y empeorar los síntomas en personas que sufren de acidez o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). El ácido cítrico y málico presentes en los tomates pueden irritar el revestimiento del esófago, causando ardor y malestar en aquellas personas que ya tienen problemas con el reflujo. De acuerdo con un artículo publicado en la World Journal of Gastroenterology, la acidez de los alimentos es uno de los factores dietéticos que pueden agravar la ERGE. Por lo tanto, las personas con esta condición deberían evitar los tomates o consumirlos en cantidades muy pequeñas para evitar exacerbar sus síntomas.
Pacientes con síndrome del intestino irritable (SII)
El síndrome del intestino irritable es un trastorno que afecta el intestino grueso y provoca síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Los tomates contienen una fibra insoluble que puede resultar difícil de digerir para algunas personas con SII. Además, su acidez puede irritar aún más el tracto gastrointestinal, provocando síntomas como calambres y molestias.
Alérgicos al tomate
Aunque no es común, algunas personas son alérgicas a los tomates. Esta alergia puede provocar síntomas que van desde leves, como picazón en la boca o enrojecimiento de la piel, hasta graves, como dificultades para respirar y anafilaxia. La alergia al tomate es más común en personas que también tienen alergia al polen, especialmente al polen de gramíneas o al látex, debido a una reacción cruzada llamada síndrome de alergia oral (SAO).
Personas con problemas renales
Los tomates son ricos en potasio, un mineral que, aunque es importante para la salud general, puede ser perjudicial para las personas con problemas renales. En casos de insuficiencia renal, los riñones no pueden eliminar el exceso de potasio de manera efectiva, lo que puede llevar a niveles peligrosamente altos de potasio en la sangre, una condición conocida como hiperpotasemia. Esta condición puede causar síntomas como fatiga, debilidad muscular e incluso problemas cardíacos. Por ello, la National Kidney Foundation recomienda que las personas con enfermedad renal crónica o insuficiencia renal eviten los alimentos ricos en potasio, como los tomates, para evitar complicaciones.
Personas que toman medicamentos anticoagulantes
Los tomates son una fuente rica en vitamina K, que desempeña un papel fundamental en la coagulación de la sangre. Esto puede ser un problema para las personas que toman medicamentos anticoagulantes como la warfarina, ya que esta vitamina puede interferir con la eficacia del medicamento y dificultar la regulación de la coagulación sanguínea, según una revisión publicada en la British Journal of Clinical Pharmacology en 2012.