El secreto de los japoneses para dormir mejor y despertar con optimismo

Japón es conocido por su respeto a los ritmos naturales del cuerpo y la búsqueda del bienestar físico y mental a través de prácticas sencillas pero efectivas. En contraste con la cultura mediterránea, donde los horarios son más flexibles y los hábitos nocturnos se extienden hasta altas horas de la noche, los japoneses priorizan una rutina de descanso adecuada, que puede adoptarse para mejorar la cantidad y calidad del sueño.

Dormir lo suficiente no solo ayuda a recuperar energía, sino que también favorece la regeneración celular y el bienestar mental. Uno de los hábitos de los japoneses para tener una buena higiene del sueño es ir a dormir temprano, entre las 10 y las 11 de la noche. Este horario permite descansar entre 7 y 9 horas, esenciales para una buena salud.

Otra tradición japonesa es el ofuro, un baño relajante antes de dormir. Este ritual no solo es una cuestión de higiene, sino que también prepara el cuerpo para el descanso. Los baños se realizan con agua caliente y a menudo se añaden sales o aceites esenciales para potenciar el efecto relajante. Esta costumbre ayuda a aumentar la circulación sanguínea, reducir el estrés y preparar la mente para un sueño profundo. Es recomendable que baño dure entre 10 y 20 minutos, tiempo suficiente para desconectar de las preocupaciones del día.

En cuanto a la alimentación, los japoneses suelen optar por cenas ligeras. Un ejemplo típico es la sopa de miso, hecha a partir de soya fermentada. Esta sopa no solo es nutritiva, sino que también tiene un efecto calmante en el organismo gracias a su alto contenido en probióticos, que favorecen la digestión y relajan el cuerpo. Cenar ligero es esencial para evitar una digestión pesada que pueda interferir en la calidad del sueño, invitando a repensar los hábitos alimentarios y optar por cenas más ligeras.

Además, los japoneses también practican el inemuri, una breve siesta durante el día para recuperar energía. Esta pausa, que dura entre 15 y 30 minutos, permite que el cuerpo y la mente se recompongan. Y aunque en la cultura mediterránea la siesta también es común, la clave está en la duración: una siesta breve y estratégica ayuda a mantener un buen equilibrio de descanso a lo largo del día.

El insomnio crónico ha pasado de afectar al 6,4% de la población a hacerlo sobre el 14% de los españoles en los últimos 20 años. Es la principal conclusión del estudio liderado por miembros de la Sociedad Española del Sueño (SES), que indican que en 2023 esta afección del sueño se ha más que duplicado desde que se realizara el último estudio sobre el tema en el año 1999.

Este estudio indica que hasta el 43,4% de la población tiene en alguna ocasión síntomas de insomnio, con una mayor afección en los adultos jóvenes de entre 18 y 34 años. El síntoma más frecuente de este insomnio es levantarse muy temprano, afectando mucho más a hombres que a mujeres, mientras que la dificultad para conciliar el sueño era menor en este grupo de adultos jóvenes.