Valter Longo, biogerontólogo y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California (USC), asegura que la combinación de una correcta alimentación y un estilo de vida saludable puede no solo prolongar la vida, sino también mejorar la calidad de esos años adicionales. Este concepto será el tema central del Nutrition & Longevity Festival, que se llevará a cabo los días 14 y 15 de septiembre en Cervia, Italia.
Longo, nacido en 1967, se ha dedicado a estudiar detalladamente cómo ciertas dietas pueden influir en los procesos de envejecimiento. Durante su doctorado en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) en los años 1990, se enfocó en los procesos oxidativos, tales como los que oscurecen una manzana después de pelarla. Actualmente, su objetivo es promover la cultura de la longevidad a través de la alimentación y actividades educativas como seminarios y eventos.
Los alimentos que pueden alargarte la vida
La obesidad y el sobrepeso son problemas alarmantes a nivel mundial. Según las declaraciones de Longo a la revista Cook, explica que “necesitamos un cambio de ritmo porque los datos son alarmantes: en Europa el 60 por ciento de la población tiene sobrepeso y obesidad, en Estados Unidos el 75 por ciento”. Y es que, los hábitos alimenticios son clave para mejorar este aspecto.
Así, a través de años de estudios, el doctor ha experimentado con “levaduras, seguidas de ratones y finalmente humanos” y ha dado con un método que hace tener una vida más sana y larga. Después de un estudio con levaduras, llegó a un punto de inflexión “gracias a una mezcla de mutaciones genéticas y ayuno, logré alargar su vida diez veces”. De este modo, a raíz de este descubrimiento, pudo dictaminar una rutina alimenticia que aseguran este objetivo. Longo, establece tres alimentos beneficiosos que deben incluirse en todas las dietas:
- Recomienda comer “pescado tres o cuatro veces por semana”, evitando los más grandes, ya que “generalmente contienen mercurio”.
- Luego, siempre hay que tener en cuenta las verduras, “intentando variar al máximo y teniendo en cuenta la estacionalidad. Y preferir las verduras a las frutas: esta última es, de hecho, muy azucarada”.
- Por último, las legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite. “Es importante que la ingesta de proteínas sea baja, pero suficiente al menos hasta los 65 años y, por tanto, aproximadamente 0,8 gramos por kg de peso corporal. Luego podrás subir para no perder masa muscular”.
Por otro lado, en uno de sus estudios más exitosos, Longo promueve una dieta que imita el ayuno gracias a la inclusión de componentes específicos elaborados a base de ingredientes vegetales. “Desarrollamos la dieta que imita el ayuno hace muchos años en mi laboratorio de Los Ángeles para ayudar a los pacientes con cáncer que, en el primer estudio clínico, se negaron a ayunar solo con agua”, aseguró el doctor.
Sin embargo, insiste en que esta dieta no debe improvisarse, sino que debe estar aconsejada clínicamente. “Tiene una composición muy compleja que en general incluye un aporte energético que varía entre 800 y 1100 calorías diarias, muchas grasas vegetales, pero pocos azúcares y pocas proteínas”, afirma. Asimismo, se ha demostrado que estos ciclos de no más de 5 días, pueden aumentar “la edad biológica en 2,5 años”.
Los cinco ingredientes que no debes combinar
La dieta de la longevidad se convierte en un punto de referencia en la nutrición, según revela un reciente estudio presentado en la conferencia de la Sociedad Estadounidense de Nutrición. Esta investigación incluyó a más de 100,000 personas, demostrando que aquellos que adaptaron su alimentación para incluir verduras, cereales integrales, grasas vegetales saludables y frutas desde los cuarenta años, tuvieron hasta un 84% más de probabilidades de alcanzar los 70 años con salud.
Este hallazgo respalda otro estudio noruego reciente y un trabajo de 2014, abogaron por la llamada “dieta de la longevidad”, basada en alimentos propios de la dieta mediterránea: “verduras, cereales integrales, grasas vegetales saludables y frutas”. Sin embargo, las modificaciones y excesos actuales de la “dieta mediterránea” puede resultar inconveniente.
Además, “estamos muy indignados por la comida chatarra, pero nosotros, los italianos, incluso cuando éramos niños, comemos demasiadas ‘5P’: pan, pasta, pizza, patatas y proteínas —el equivalente, cada día, a muchas cucharadas de azúcar—”. Incluso, sentencia a la fruta y dulces después de la comida: “se trata de una combinación nociva en la que estos ingredientes provocan un exceso de azúcar en la sangre que luego se convierte en grasa, contribuyendo también a disminuir la funcionalidad de la insulina, especialmente si no se practica una alimentación restringida en el tiempo”.