La de Dani García con la Guía Michelin es una de las historias de amor-odio más conocidas y debatidas de la gastronomía española. Todo comenzó en el año 2000 cuando, con tan solo 25 años, el chef de origen marbellí conseguía su primera estrella Michelin en el restaurante familiar en el que comenzó su trabajo como chef, Tragabuches. En 2005, el chef regresa a su Marbella natal, donde abre su primer restaurante, Calima. Gracias al desarrollo de su creatividad y su cocina, García se convierte en el primer chef biestrellado de Andalucía (2007 y 2011).
En 2014 inicia una nueva etapa con la apertura de su restaurante más innovador, Dani García Restaurante, el proyecto que le llevaría a lo más alto del Olimpo gastronómico. Tras casi 20 años de experiencia tras los fogones y cuatro temporadas después de su apertura, fue en noviembre de 2018 cuando este restaurante consigue su tercera estrella Michelin. Fue en una gala celebrada en Lisboa cuando García subía al escenario de la guía francesa para recibir, entre aplausos, el tercer astro, ese que lo coronaba como uno de los pocos reyes de la cocina en España.
Sin embargo, tan solo tres semanas después de haber sido galardonado con las 3 estrellas, Dani García anunciaba al mundo que cerraba su restaurante. Según él mismo explicó en ese momento, su objetivo era centrarse en democratizar su cocina y expandir a nivel global la gastronomía española. La noticia dio la vuelta al mundo, poniendo su nombre en todas las bocas y generando rumores sobre su relación con la guía.
Antes de proclamar su decisión a los cuatro vientos, García decidió hablar con Michelin y anunciar así su cambio de rumbo. El contenido de esta conversación se ha convertido ahora en dominio público gracias a Ángel Pardo, el que fuera responsable de Relaciones Exteriores de la compañía y trabajador de Michelin durante más de 40 años. En una entrevista en el pódcast gastronómico ‘Se me antoja by Montagud’, el directivo español ha explicado cómo fue esta conversación con Dani García y la que fue entonces la reacción de la guía.
“Te deja muy descolocado, pero lo entendimos”
“A Dani García se le da la tercera estrella en Lisboa, en noviembre, y a mediados de diciembre viene a Michelín a tener una reunión nosotros y explicarnos que su objetivo era la tercera, que era la ilusión de su vida y que ahora que tiene la tercera se quiere dedicar a otras cosas y hacer otro tipo de cocina, más popular para divulgar su cocina y las raíces andaluzas por todo el mundo”, ha desvelado Pardo durante su intervención en el pódcast.
El ex-directivo cuenta entonces la reacción que esta decisión generó dentro de la guía. “Nos sorprende muchísimo. Le decimos: ‘Has estado luchando muchos años por esto, consolídala, disfruta de la tercera estrella y luego tomas la decisión que tengas que tomar’”. Pero la decisión ya estaba tomada. Desde ese momento, García mantiene abierto su restaurante homónimo un año más, según Pardo, “para no defraudar a Michelin y a esa recomendación”. Tras eso, Dani García Restaurante cerraba sus puertas, cerrando así también, la menos por el momento, su relación con la guía roja.
“Es algo que te deja muy descolocado, lógicamente. Sobre todo porque hay un equipo de inspectores que lucha por eso, que presiona por eso, moviliza mucho dinero, muchas visitas, se monta un tinglado muy fuerte y que luego el cocinero diga eso te deja un poco... en shock.”, cuenta el ex-directivo de la compañía. “Pero lo entendimos. De hecho, yo redacté el comunicado en el que respetamos la decisión del chef, lamentábamos que la gastronomía española perdiese un talento de ese nivel y que le deseábamos lo mejor en sus nuevos proyectos”.
Nuevos proyectos que han llevado a García al éxito gracias a su grupo gastronómico, convertido en todo un imperio empresarial. Actualmente, el grupo Dani García está formado por catorce marcas diferentes, repartidas en más de veinte restaurantes por todo el mundo. BIBo, Lobito de Mar, Leña, Tragabuches o Casa Dani son algunos de los nombres bajo los que el cocinero marbellí sirve su cocina, una propuesta que abarca desde parrillas de carne hasta tapas andaluzas, pasando por platos de inspiración japonesa o italiana.
No obstante, el ‘adiós’ de García al mundo de las estrellas no fue más que un ‘hasta luego’. Cuatro años después de abandonar su galardonado establecimiento, el cocinero hacía un regreso por todo lo alto a la Guía Michelin con su restaurante Smoked Room, que se llevaba las dos estrellas al mismo tiempo tan solo seis meses después de la apertura, suceso que no se repetía desde 1936. En la actualidad, el chef malagueño cuenta con un total de dos estrellas Michelin en sus restaurantes en activo.