Aceite de oliva virgen extra: propiedades y beneficios del ‘superalimento’ español cuida el corazón

Es el alimento base de la dieta mediterránea por sus múltiples propiedades que blindan nuestra salud

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Pan con aceite de oliva
Pan con aceite de oliva (Shutterstock España)

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un ‘superalimento’ español fundamental en la dieta mediterránea, conocido por sus múltiples beneficios para la salud. Su consumo regular ha sido vinculado a una serie de efectos positivos en el organismo, desde mejorar los niveles de colesterol hasta prevenir enfermedades crónicas, como bien recoge la Fundación Española del Corazón (FEC).

Elevación de los niveles de colesterol HDL (bueno)

Uno de los principales beneficios del aceite de oliva virgen extra es su capacidad para elevar los niveles de colesterol HDL, conocido comúnmente como el colesterol “bueno”. El HDL se encarga de transportar el colesterol desde las arterias hacia el hígado, donde puede ser eliminado del cuerpo, algo que es crucial porque un nivel elevado de HDL está asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los ácidos grasos monoinsaturados presentes en el aceite de oliva, particularmente el ácido oleico, juegan un papel fundamental en este proceso. Al aumentar el HDL, el aceite de oliva virgen extra ayuda a mantener las arterias limpias y a mejorar la salud cardiovascular en general.

Disminución del colesterol LDL (colesterol malo)

El colesterol LDL, conocido como el colesterol “malo”, es responsable de la acumulación de placa en las arterias, lo que puede llevar a aterosclerosis, infartos y accidentes cerebrovasculares. El aceite de oliva virgen extra contribuye a disminuir los niveles de LDL en el organismo gracias a su contenido en antioxidantes, como los polifenoles, que protegen las partículas de LDL de la oxidación. La oxidación del LDL es un paso crucial en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, por lo que la protección contra este proceso es un beneficio significativo del AOVE.

Beneficios para el control de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es un factor de riesgo importante para diversas enfermedades cardíacas y vasculares. Diversos estudios han demostrado que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra puede ayudar a controlar la presión arterial, pues los polifenoles presentes en este alimento tienen propiedades vasodilatadoras, que contribuyen a la relajación y expansión de los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial. Además, el aceite de oliva virgen extra es una fuente rica en antioxidantes, que también juegan un papel en la protección de los vasos sanguíneos contra el daño oxidativo.

Reducción de la aparición de trombosis y prevención de la diabetes

El aceite de oliva virgen extra puede reducir el riesgo de trombosis, una condición caracterizada por la formación de coágulos sanguíneos que pueden obstruir las arterias y venas. Los compuestos bioactivos del AOVE, como los polifenoles y el ácido oleico, tienen efectos anticoagulantes y antiinflamatorios, que ayudan a mantener la sangre fluida y a prevenir la formación de coágulos.

Además, el AOVE puede jugar un papel preventivo en la aparición de la diabetes tipo 2. Así, su consumo regular mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite una mejor regulación de los niveles de azúcar en la sangre.

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Algunas contraindicaciones: consumo con moderación en algunas personas

Aunque el aceite de oliva virgen extra ofrece numerosos beneficios para la salud, es importante que las personas con obesidad y aquellas que estén bajo tratamiento dietético lo consuman con moderación. El AOVE es una fuente concentrada de calorías debido a su alto contenido de grasas, aunque sean saludables. Por lo tanto, su consumo debe ser controlado para evitar un exceso calórico que pueda contrarrestar los esfuerzos por perder peso.

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