Una estadounidense prueba un restaurante español con dos estrellas Michelin y opina sobre su experiencia: “La peor comida de mi vida”

El restaurante Mugaritz, situado en San Sebastián, y con dos estrellas Michelin en su haber, es uno de los más prestigiosos de España y de todo el mundo. En él, el chef Andoni Luis Aduriz sirve el que es uno de los menús degustación más innovadores y polémicos del mundo de la alta cocina, una selección de platos originales que buscan, más que alimentar, entretener y sorprender al comensal. El restaurante, ubicado en el pueblo guipuzcoano de Errentería, lleva años en las listas de los mejores del mundo, aunque este año la propuesta de Aduriz bajaba un total de 50 puestos en la prestigiosa lista The World’s 50 Best Restaurants, pasando del 31 que ocupaba en 2023 hasta el 81 actual.

Aduriz es, sin lugar a dudas, uno de los chefs más innovadores y atrevidos del mundo de la alta cocina en España. Y es que, a través de su menú, una propuesta que dura aproximadamente tres horas y que se compone de en torno a 23-25 creaciones, el cocinero busca hacernos reflexionar con sus platos, extraños a la vez que llenos de sabores y combinaciones sorprendentes y desafiantes de las lógicas del mundo culinario. En efecto, sus platos plantean una experiencia única, con formatos y sabores vanguardistas, pero no todo el mundo acaba satisfecho con la experiencia que ofrece.

Esto es precisamente lo que ha ocurrido con la tiktoker estadounidense @chloejadetravels, creadora de contenido especializada en viajes que tuvo la oportunidad hace solo unas semanas de acudir a cenar a Mugaritz durante una visita a San Sebastián. No obstante, y pese a las altas expectativas que la influencer tenía antes de comenzar la degustación, no acabó nada satisfecha con la experiencia gastronómica, llegando a calificarla como “la peor comida de mi vida”.

Comenzó por un bocado que, en sus palabras, era “esencialmente como comer brillo de labios”, a lo que le siguió algo sí consiguió disfrutar, concretamente un espárrago blanco servido junto a una flor. Sin embargo, a partir de ese instante, el resto de platos fueron, para la tiktoker, una mezcla de confusión y decepción. En el vídeo, dividido en dos partes, habla de bocados como una “erupción marina” que parecía “un cigarro húmedo”, “un ombligo que se supone que tienes que chupar” elaborado con kéfir y aceite de almendra, unas “espinacas con salsa barbacoa” que le parecieron “absolutamente repugnantes” o una “piel de patata fermentada” que parecía una “toallita desmaquillante”.

La experiencia continúa con otros platos experimentales como una “barra de cereales con caviar encima” que considera “un desperdicio de caviar”, o un churro como postre que, en realidad, era un “plátano insípido”. La mayoría de estas cosas le desagradaron. “Todo es tan blando, no lo entiendo”, aseguraba la creadora de contenido en la voz en off de su vídeo. Tal fue el descontento de la tiktoker que decidió escribir una breve nota al chef al final de la experiencia, expresando su opinión: “This was pretty bad. I am sad” (“Esto ha sido bastante malo. Estoy triste”).

La joven estadounidense añadía en la descripción del vídeo otros comentarios sobre su experiencia. “Es una absoluta broma y definitivamente consiguieron esas estrellas hace 20 años, y por alguna razón han sido capaces de mantenerlas…”, escribía en su publicación. “Te dan un aviso al principio, diciendo que no te van a gustar todos los platos… y OK eso está bien… pero que todo sea totalmente asqueroso no tiene ningún sentido”. “La verdad es que no entiendo como este restaurante sigue en activo. Es el peor restaurante en el que he estado en mi vida”, concluye.

Pero la influencer y sus acompañantes no fueron las únicas que se mostraron insatisfechas con el servicio y la calidad de los platos ofrecidos. En su vídeo, @chloejadetravels expresó que “mirando alrededor, todo el mundo parecía muy confuso y enfadado”. Al final de la cena, ocurre uno de los momentos más llamativos de la noche, cuando otro cliente, molesto por la situación, se niega a pagar la cuenta. Esto llevó a que el personal del restaurante tomara medidas y llamara a las autoridades. En el video que @chloejadetravels compartió en TikTok, se puede ver a un agente de la Ertzaintza llegando al lugar.

En cuanto a la tiktoker y sus acompañantes, acabaron pagando los 897 euros de su cuenta (para tres comensales), auqnue la influencer explicó que, ante la situación, optaron por dejar una nota con quejas antes de solicitar un taxi para retirarse del lugar. “Entiendo la idea, pero hay que recuperar un poco el sabor. Usa sal al menos”, se podía leer en el comentario escrito al chef.

Aunque muchos de sus seguidores estuvieron de acuerdo con su reseña, otros tantos salieron en defensa de la propuesta de Aduriz en su restaurante gastronómico. “Este es un restaurante extremadamente diferente a cualquier otro que hayas probado. Lo amas o lo odias, pero todo el mundo tendrá una fuerte opinión sobre él, no es un restaurante clásico, es muy experimental”, explicaba una de sus seguidoras en la sección de comentarios. “Esta gente no tiene ni idea de lo que intenta Andoni; están fuera de su liga”, aseguraba otro.

El propio chef se ha posicionado en varias ocasiones sobre este tema, dando su opinión sobre qué debería esperarse un comensal al entrar en un restaurante de estas características. ‘’Es responsabilidad del comensal saber dónde va a comer, investigar el restaurante y conocer cómo es su cocina y sus platos, su concepto… No vale con ir a un restaurante que es muy arriesgado y luego quejarse, porque lo que puede ser es que este no sea tu restaurante”, explicó recientemente en una entrevista a Elle Gourmet. Algo similar afirmaba en una conversación con Esquire: “Es hasta normal, sería hasta adecuado que el cliente no entendiera del todo la experiencia en Mugaritz y eso que en los últimos años hemos introducido lo que llamo ‘platos rellanos’, algunos platos que son un ‘descanso’ entre nuestros fotogramas y acertijos porque no puedes tener todo el rato a la gente en tensión”, afirmaba el chef.