Estas son las personas que no deberían comer nectarina

Con la llegada del verano, las frutas cobran aún más protagonismo en la alimentación. Se tratan de productos refrescantes que ayudan a combatir las altas temperaturas. Así, el melón, la sandía y las nectarinas son algunas de las frutas reinas de la temporada.

En el caso de las nectarinas, esta destacan por un sabor dulce y jugoso que se integra perfectamente en ensaladas, macedonias y postres de todo tipo. Ricas en fibra, vitaminas A y C, y antioxidantes, las nectarinas contribuyen una opción popular y saludable para los meses de verano. Además, su versatilidad hace que puedan utilizarse para recetas tanto dulces como saladas, los que las convierte en un producto esencial en la despensa.

La nectarina, una variante del melocotón con piel lisa, a menudo se origina como un brote mutado en los árboles de melocotón. Estos brotes son usualmente injertados para crear nuevas especies. Por tanto, sus propiedades nutricionales son muy similares a las del melocotón, según indica la Fundación Española de Nutrición (FEN).

De este modo, la nectarina se distingue por su mezcla de fibras, principalmente insoluble, que mejora el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y protege contra el cáncer de colon y enfermedades cardiovasculares. Aporta vitamina C y carotenoides con actividad provitamínica A, como alfa-caroteno, beta-caroteno y criptoxantina, además de luteína y zeaxantina. El beta-caroteno, responsable de su color, actúa como antioxidante, beneficiando la salud ocular y fortaleciendo uñas, dientes y cabello.

Por otra parte, el potasio es su mineral más abundante. Además, contienen cumarinas, compuestos que mejoran la microcirculación venosa al reducir la permeabilidad de los capilares y aumentar su resistencia, beneficiando la tonicidad de las paredes vasculares.

Entre las principales razones para evitar el consumo de la nectarina se encuentra la alergia. Las personas alérgicas a esta fruta pueden experimentar síntomas como picazón, hinchazón, dificultades respiratorias e incluso shock anafiláctico al ingerirla. Ante cualquier sospecha, es recomendable eliminarlo de la dieta.

Lo mismo ocurre con las personas alérgicas a las proteínas transportadoras de lípidos (PTL), fundamentales para la supervivencia de las plantas y principal causa de alergia a las frutas de la familia de las rosáceas. Por ello, quienes son alérgicos a las PTL de las nectarinas deben evitar el consumo de melocotones, ciruelas, cerezas, manzanas, peras, fresas y almendras hasta consultar a un especialista en alergología.

Además, se recomienda precaución a las personas con intolerancia a la fructosa, ya que la nectarina tiene un alto contenido de azúcares. También se aconseja prudencia a quienes sufren el síndrome del intestino irritable (SII), puesto que, al tratarse de una fruta rica en fibra y azúcares, es probable que desencadene los síntomas propios de esta patología.

Por último, aunque se trate de una fruta con un sabor dulzón, lo cierto es que es un alimento seguro para las personas con diabetes si se consumen con moderación. Tal y como apunta el portal médico especializado The Medical News Today, tiene un índice glucémico bajo, por lo que no debería causar picos significativos en los niveles de glucosa.