El mango, una fruta originaria de India y Sudeste Asiático, ha sido cultivado durante más de 4,000 años y es reconocido por sus numerosos beneficios para la salud. Estudios recientes destacan que puede mejorar la inmunidad y la salud digestiva, y que algunos polifenoles presentes en la fruta podrían reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
El mango es versátil y fácil de incluir en la dieta. Se puede agregar a batidos, ensaladas, salsas y combinaciones con otros alimentos, siempre moderando su consumo debido a su contenido de azúcar. Además de su buen sabor, aporta una gran cantidad de beneficios para la salud, destacándose por su perfil nutricional impresionante y su potencial para mejorar la inmunidad, la digestión y la salud ocular.
Gran aporte de nutrientes
La fruta proporciona una amplia gama de nutrientes esenciales. Una taza (165 gramos) de mango fresco ofrece, entre otros, 67% del valor diario (VD) de vitamina C, 20% de cobre, 18% de folato, 12% de vitamina B6, 10% de vitamina A, y 10% de vitamina E. También es una buena fuente de potasio y magnesio. Estos nutrientes son esenciales para el sistema inmunitario, la absorción de hierro y la reparación celular.
Todo ello lo hace sin añadir apenas calorías al recuento diario. Una porción de una taza de mango fresco contiene menos de 100 calorías, lo que lo hace ideal para incluir en dietas de control de peso, según apuntan estudios de nutrición. Sin embargo, es importante moderar el consumo de mango seco, pues este tiene mayor densidad calórica y contiene altos niveles de azúcar. Con tan solo una taza de mango seco, estaríamos consumiendo 506 calorías y 106 gramos de azúcar.
Puede ayudar a prevenir la diabetes
Aunque el mango contiene 22 gramos de azúcar natural por cada taza, no hay evidencia que sugiera que su consumo conduzca a diabetes. De hecho, varios estudios sugieren que una mayor ingesta de frutas frescas puede reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Sin embargo, un estudio reciente del Instituto Nacional de Salud americano evidenció que las personas que añadían 10 gramos de mango congelado a su dieta durante 12 semanas experimentaron mejoras en sus niveles de azúcar en sangre. Eso sí, habrá que consumirlo siempre con moderación, pues contiene niveles altos de azúcares naturales. Algunos expertos recomiendan a pacientes diabéticos tomar esta fruta siempre que las raciones no superen los 100 gramos.
Mejora de la salud cardiovascular y digestiva
El mango es rico en polifenoles, compuestos que actúan como antioxidantes para proteger el cuerpo. Entre estos se destacan la mangiferina, catequinas y galato de ácido, que ayudan a combatir los radicales libres, reduciendo el daño celular y el riesgo de enfermedades crónicas. Gracias a sus polifenoles, el mango puede ayudar a reducir el estrés oxidativo que contribuye al desarrollo de varios tipos de cáncer. Investigaciones sugieren que estos compuestos pueden detener el crecimiento de células cancerígenas.
Los nutrientes presentes en el mango, como magnesio, potasio y mangiferina, favorecen la salud del corazón. Estos componentes ayudan a la relajación de los vasos sanguíneos y a mantener una presión arterial saludable. Igualmente, el mango contiene enzimas digestivas conocidas como amilasas, además de agua y fibra dietética, beneficiando el sistema digestivo. Estudios indican que el mango puede ser más efectivo que suplementos de fibra para aliviar síntomas de estreñimiento.
Podría ser también beneficioso para la vista, pues contiene luteína y zeaxantina, antioxidantes que protegen los ojos de la luz solar y de la luz azul dañina. Además, su alto contenido en vitamina A es crucial para la salud ocular.