Estas son las personas que no deberían tomar leche

La leche es una de las principales fuentes de calcio que existen a nivel alimentario. Su ingesta puede ser directa a través de un vaso de leche, donde su aporte nutricional será mayor, o indirecta en los casos en los que sea un ingrediente más de una receta o producto, como es el caso de los yogures.

En este contexto, la Fundación Española de Nutrición (FEN) afirma que la leche es una fuente fundamental de calcio, proteínas y otros nutrientes esenciales para la formación de huesos y dientes. Por tanto, el citado organismo señala que durante la infancia y adolescencia se recomienda el consumo de leche entera, debido a su contenido energético y de vitaminas A y D, vinculadas a la grasa.

Por otra parte, durante la edad adulta también es importante mantener un consumo adecuado de leche para conservar la masa ósea y prevenir la desmineralización de los huesos, una causa común de osteoporosis y fracturas. Este efecto es especialmente relevante para las mujeres en las etapas de adolescencia, embarazo, lactancia y menopausia. La grasa de la leche, que se presenta en pequeños glóbulos con una fina capa protectora, es fácil de digerir para la mayoría de la población. Sin embargo, hay ciertas patologías que dificultan este proceso.

A pesar de su valor nutritivo, la leche de vaca está contraindicada en determinadas circunstancias, como en personas con intolerancia a la lactosa, galactosemia y alergia a la leche. En este sentido, las reacciones alérgicas pueden variar desde picazón y urticaria hasta dificultad para respirar y shock anafiláctico. En España, entre el 19% y el 28% de la población sufre intolerancia a la lactosa, una condición que puede afectar tanto a niños como a adultos tras un episodio de gastroenteritis. Según la Fundación Española del Corazón, es probable que las personas con intolerancia a la lactosa puedan consumir productos fermentados como el queso y algunos tipos de yogur, debido a su bajo contenido de lactosa.

Por otro lado, dado el contenido calórico de la leche entera, esta misma organización recomienda que las personas con obesidad y dislipemia reemplacen siempre la leche entera por leche desnatada; y los quesos curados y semicurados por quesos bajos en grasa.

La Fundación española del corazón recomienda que el consumo de leche diario sea de entre 200 y 250 mililitros, el equivalente a una taza. Adicionalmente, las guías dietéticas estadounidenses 2020-2025 recomiendan consumir al menos tres tazas de productos lácteos al día, pero advierten que los lácteos enteros pueden elevar el colesterol y aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca, a diferencia de las opciones bajas en grasa.

En consecuencia, y según señala el portal especializado The Medical News Today, esta información es relevante para las personas diabéticas, ya que tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2 incrementan el riesgo cardiovascular. En estos casos, entre las opciones recomendadas se incluyen yogur natural sin azúcar, queso bajo en grasa o en porciones moderadas, queso cottage y leche.