Estas son las personas que no deberían comer fresas

Pese a sus múltiples beneficios, su consumo no es apto para todos los públicos

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Las fresas deben indican su país de origen en el etiquetado. (Pexels)
Las fresas deben indican su país de origen en el etiquetado. (Pexels)

La fresa es una fruta de color rojo, brillante, suculento y fragante que se obtiene del fresal, una planta de la familia de las rosáceas. Aunque la silvestre se conoce desde la época prehistórica y era consumida por griegos y romanos, en Europa no se empezó a cultivar hasta el siglo XIII.

Es una de las frutas más populares en todo el mundo gracias a su sabor y la versatilidad que ofrece en la cocina. Pero, más allá de su dulzura, también aporta una serie de beneficios para la salud respaldados por la ciencia desde hace años: es abundante en antioxidantes y una fuente de vitaminas y minerales esenciales.

Ayudan a reducir el riesgo de enfermedades crónicas

Si por algo destacan las fresas es por su alto contenido en antioxidantes, unos compuestos que ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres. La Fundación Española de Nutrición (FEN) señala que son ricas en vitamina C, flavonoides, antocianinas y ácido elágico, elementos que pueden contribuir a la reducción del riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardíacas, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Un estudio realizado por la Universidad de George Mason en Virginia y publicado en la revista Nutrients en 2016 reveló que las antocianinas presentes en esta fruta pueden proporcionar beneficios significativos para la salud cardiovascular. Según este trabajo, las antocianinas, responsables del color rojo de las fresas, pueden mejorar la función endotelial y reducir la presión arterial. Por su parte, la vitamina C, un potente antioxidante, también juega un papel importante al prevenir el daño oxidativo en el cuerpo, contribuir al funcionamiento normal del sistema inmunitario y a la formación normal de colágeno de vasos sanguíneos, huesos, cartílagos, encías, dientes y piel. También ayuda a la absorción del hierro de la dieta y a disminuir la fatiga.

Un artículo de 2017 publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry sostenía que el consumo regular de fresas puede reducir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y triglicéridos en personas con síndrome metabólico, un factor de riesgo importante para enfermedades cardíacas.

Beneficiosas para las personas diabéticas

Se ha visto que esta fruta podría desempeñar un papel significativo en la regulación de los niveles de glucosa en personas con diabetes o en quienes tienen un riesgo elevado de desarrollar la enfermedad. Estudios sugieren que el consumo regular de fresas puede mejorar la respuesta glucémica tras comidas ricas en carbohidratos en adultos con sobrepeso y obesidad.

Un trabajo de 2010 realizado por investigadores de la Universidad de Illinois, publicado en la revista Nutrition Research, encontró que los extractos de fresas pueden aumentar la sensibilidad a la insulina en ratones con diabetes tipo 2.

Cuál es la fruta que ayuda a perder peso y cuida el corazón.

Qué personas no deben comer fresas

Esta fruta no está indicada en los siguientes casos:

  • Alergias: las fresas pueden ayudar a la liberación de histaminas en el cuerpo y en consecuencia, se podría dar urticaria en la piel. Aquellas personas que no pueden tomar aspira también deberían abstenerse de su consumo, ya que contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico.
  • Problemas en el aparato digestivo: no están recomendadas para aquellas personas que padezcan de colitis o colón irritable.
  • Piedras en el riñón

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