Estas son las personas que no deberían comer avena

La avena es un alimento poco recomendable para aquellas personas con problemas gastrointestinales crónicos

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Un joven desayuna un bol de avena (Shutterstock)
Un joven desayuna un bol de avena (Shutterstock)

La avena es un alimento destacado por sus beneficios nutricionales y su versatilidad en la cocina. Rica en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, puede ayudar a controlar el peso, reducir el colesterol y mejorar la salud digestiva, según la Fundación Española de Nutrición (FEN). Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, no todas las personas pueden consumir avena sin riesgos para su salud, por lo que deberían evitarla o reducir su consumo.

La enfermedad celíaca es una condición autoinmune en la que el consumo de gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno, desencadena una respuesta inmunitaria que daña el intestino delgado. Aunque la avena es naturalmente libre de gluten, a menudo se cultiva, cosecha y procesa junto con granos que contienen gluten, lo que puede llevar a una contaminación cruzada. Esta contaminación puede ser suficiente para provocar una reacción en personas celiacas.

Además, aunque algunas personas con enfermedad celíaca pueden tolerar la avena sin gluten, otras pueden reaccionar a la avenina, una proteína similar al gluten que se encuentra en la avena. Por lo tanto, es crucial que los celíacos consulten a un profesional de la salud antes de incorporar avena a su dieta y elijan solo avena certificada sin gluten.

La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una condición en la que las personas experimentan síntomas similares a los de la enfermedad celíaca, como dolor abdominal, hinchazón y fatiga, después de consumir gluten, pero sin el daño intestinal característico de la enfermedad celíaca, como explica la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten. Aunque la avena no contiene gluten, las personas con SGNC también pueden ser sensibles a la avenina. Además, la contaminación cruzada con gluten puede ser un problema, al igual que en la enfermedad celíaca. Por lo tanto, las personas con SGNC deben tener precaución y optar por avena certificada sin gluten.

Romina Pereiro habla sobre la sensibilidad al gluten y de la importancia de un diagnóstico médico antes de eliminar el gluten de la dieta diaria.

Aunque es rara, algunas personas pueden tener una alergia específica a la avena. Los síntomas de una alergia a la avena pueden incluir erupciones cutáneas, picazón, hinchazón, dificultades respiratorias y, en casos graves, anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal. Por ello, las personas con una alergia diagnosticada a la avena deben evitar todos los productos que contengan avena y leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos para evitar la exposición accidental.

El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal que causa síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Algunas personas con SII pueden encontrar que la avena exacerba sus síntomas debido a su contenido de fibra soluble e insoluble, que puede ser difícil de digerir para algunas personas. Además, la avena contiene fructanos y galactanos, tipos de carbohidratos fermentables que pueden desencadenar síntomas en personas con SII. Aquellos con SII que sospechan que la avena puede estar causando problemas deben hablar con un dietista o un médico para determinar la mejor manera de manejar su dieta.

La nutricionista Roxana Ehsani explica, en unas declaraciones recogidas por Eat This, Not That, que las personas con condiciones digestivas crónicas, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa o la enfermedad diverticular, pueden tener dificultades para digerir la fibra de la avena. En momentos de brotes agudos o inflamación severa, la fibra de la avena puede irritar el tracto gastrointestinal, empeorando los síntomas. En tales casos, puede ser recomendable evitar la avena hasta que los síntomas estén bajo control, y reintroducirla solo bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Por otra parte, la avena contiene niveles moderados de FODMAPs, un grupo de carbohidratos fermentables que pueden causar problemas digestivos en personas sensibles. Los FODMAPs pueden ser difíciles de digerir y pueden causar hinchazón, gases y dolor abdominal. Las personas que siguen una dieta baja en FODMAPs para manejar condiciones como el SII pueden necesitar limitar su consumo de avena o elegir porciones pequeñas para evitar síntomas desagradables.

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