Las frambuesas son unas deliciosas bayas repletas de sabor y cargadas de nutrientes con un gran impacto en la salud, algo quizás no tan conocido para la población. Sin embargo, son varios los estudios científicos que recogen las propiedades de estas frutas y la capacidad que tienen para combatir una serie de enfermedades, así como para proteger nuestra salud.
Las frambuesas son ricas en antioxidantes, especialmente flavonoides, que tienen un impacto positivo en la salud cardiovascular porque ayudan a reducir la inflamación, mejorar la función endotelial y disminuir la presión arterial. Según un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition, el consumo regular de frambuesas y otras frutas ricas en flavonoides está asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, contienen antocianinas, que son pigmentos responsables de su color rojo vibrante. Las antocianinas han demostrado tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que protegen el corazón al reducir el daño oxidativo y mejorar los perfiles lipídicos en sangre.
Las frambuesas contienen varios compuestos con propiedades anticancerígenas, como mostró un estudio publicado en la Journal of Carcinogenesis en 2009 que destacó que los extractos de frambuesa inhiben el crecimiento de células cancerosas y la formación de tumores en modelos animales. Los polifenoles y el ácido elágico presentes en las frambuesas son particularmente efectivos en la prevención del cáncer.
El ácido elágico es un antioxidante que ha mostrado capacidad para inducir apoptosis (muerte celular programada) en células cancerosas sin dañar las células sanas. Esto es crucial para prevenir la proliferación de células malignas. Además, los antioxidantes en las frambuesas protegen el ADN del daño oxidativo, un factor clave en la prevención del cáncer.
Las frambuesas tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que no causan picos rápidos en los niveles de azúcar en la sangre. Según una investigación publicada en la Journal of Nutritional Biochemistry, el consumo de estas bayas mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Por otra parte, su alto contenido de fibra también contribuye a la regulación del azúcar en la sangre. La fibra ralentiza la digestión y la absorción de carbohidratos, evitando picos bruscos en los niveles de glucosa. Esto es especialmente beneficioso para personas con diabetes tipo 2 o aquellas en riesgo de desarrollar la enfermedad.
Los antioxidantes en las frambuesas, como las antocianinas y los flavonoides, también juegan un papel importante en la protección del cerebro contra el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas. Un estudio internacional publicado en Frontiers in Aging Neuroscience descubrió que estos compuestos mejoraban la memoria y la función cognitiva en modelos animales.
Además, sus propiedades antimicrobianas pueden ayudar a combatir infecciones, pues los extractos de frambuesa inhiben el crecimiento de varias bacterias patógenas, incluyendo E.coli y S. aureus. Estos efectos antimicrobianos se deben a los compuestos fenólicos presentes en las frambuesas.
Es una baya crucial para el sistema inmunológico, pues al ser una fuente de vitamina C, ayuda a aumentar la producción de glóbulos blancos, que son esenciales para combatir infecciones.