Roncar a menudo puede ser un signo de alerta de enfermedades cardiovasculares, según un estudio

Los ronquidos pueden ser una señal temprana de que se sufre de hipertensión, especialmente en hombres con sobrepeso

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Una mujer no soporta los ronquidos de su pareja. (Getty)
Una mujer no soporta los ronquidos de su pareja. (Getty)

Los ronquidos, además de ser desagradables de escuchar, pueden ser una señal temprana de que nuestro corazón está sufriendo. Un reciente estudio de la Universidad de Flinders (Australia) publicado en la revista NPJ Digital Medicine apunta que roncar a menudo puede ser un signo de hipertensión, especialmente en hombres de mediana edad con sobrepeso.

Este estudio es el más completo hasta la fecha y el primero en utilizar múltiples tecnologías de monitoreo nocturno en el hogar durante un período prolongado para explorar la relación entre los ronquidos y la tensión arterial alta. “Por primera vez, podemos decir objetivamente que existe una conexión significativa entre los ronquidos nocturnos habituales y la presión arterial alta”, ha afirmado el doctor Bastien Lechat, autor principal de la investigación y profesor del Instituto de Investigación Médica y de Salud Flinders (FHMRI) y la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud Pública.

“Encontramos que el 15% de todos los participantes en el estudio, que eran principalmente hombres con sobrepeso, roncaban durante más del 20% de la noche en promedio. Estos ronquidos nocturnos regulares están asociados con presión arterial elevada e hipertensión no controlada”, ha explicado el doctor Lechat. “Estos resultados enfatizan la importancia de considerar los ronquidos como un factor en la atención médica y el tratamiento de problemas relacionados con el sueño, especialmente en el contexto del control de la hipertensión”.

Los ronquidos son un fenómeno común que afecta a un gran porcentaje de la población y, a menudo, se subestiman en términos de sus implicaciones negativas para la salud. Es más, los ronquidos y la apnea del sueño a menudo se superponen, indicando causas comunes compartidas. “Observamos que en quienes roncaban regularmente, el riesgo de tener hipertensión no controlada era casi el doble. Este riesgo casi se duplicaba nuevamente en las personas que roncaban regularmente y tenían apnea del sueño frente a aquellas que no roncaban regularmente”, ha proseguido el profesor Danny Eckert, director de Salud del Sueño en la Universidad de Flinders y otro de los autores principales del artículo.

El doctor Daniel Pérez Chada explica cómo afectan las apneas durante el sueño a nuestro sistema cardiovascular.

Otra de las conclusiones a las que se llegó es que roncar por sí solo también puede servir como una señal de advertencia temprana de presión arterial alta, ya que la mala calidad del sueño debido a los ronquidos puede empeorar el riesgo de hipertensión. La hipertensión es el término médico para la presión arterial alta durante un largo período de tiempo y que puede provocar graves problemas de salud como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas o enfermedades renales.

Para llevar a cabo el experimento, los científicos utilizaron datos de seguimiento del sueño recopilados por un sensor debajo del colchón para detectar ronquidos y apnea del sueño, junto con un monitor de presión arterial doméstico registrado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en más de 12.000 participantes en todo el mundo durante un período de nueve meses.

“Este es el estudio más grande hasta la fecha que investiga las posibles relaciones entre los ronquidos, la apnea del sueño y la hipertensión mediante evaluaciones objetivas en los hogares de las personas, y revela información importante sobre las posibles consecuencias de los ronquidos en el riesgo de hipertensión”, asegura el doctor Lechat. “También destaca la necesidad de considerar los ronquidos como parte de la atención clínica y el manejo de los problemas del sueño, particularmente en el contexto del manejo de la hipertensión.

“Los hallazgos de este estudio allanan el camino para investigar más a fondo si las intervenciones terapéuticas dirigidas a los ronquidos pueden reducir la hipertensión y los riesgos asociados con ella”, concluye.

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