Las avellanas son frutos secos muy apreciados no solo por su delicioso sabor y versatilidad en la cocina, sino también por sus numerosos beneficios para la salud. Originarias de Europa y Asia, han sido una parte integral de la dieta humana durante siglos y muchas personas optan por incluir este fruto seco en su dieta diaria. La Fundación Española de Nutrición (FEN) recoge en un informe todas las propiedades que las avellanas contienen y sus ventajas para nuestro bienestar general.
Uno de los aspectos más destacables de las avellanas es su alto contenido en grasas saludables y energía. Aunque hay quienes evitan consumir frutos secos debido a su alto contenido calórico, es importante entender que las grasas presentes en las avellanas son principalmente grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Estas grasas son beneficiosas para el corazón y ayudan a reducir el colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, mientras aumentan el colesterol HDL o “colesterol bueno”. Gracias a esta composición grasa, las avellanas son una excelente fuente de energía, ideal para quienes llevan una vida activa.
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Además de su contenido en grasas saludables, las avellanas son una rica fuente de fibra dietética, esencial para el buen funcionamiento del sistema digestivo, ya que facilita el tránsito intestinal y previene problemas como el estreñimiento. Asimismo, una dieta rica en fibra puede ayudar a mantener niveles saludables de azúcar en sangre y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Consumir avellanas regularmente puede, por tanto, contribuir a una mejor salud digestiva y cardiovascular.
A diferencia de otros alimentos ricos en grasas, estos frutos secos no contienen colesterol. Esto es una gran ventaja, ya que el colesterol dietético puede contribuir a la acumulación de placas en las arterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Al no contener colesterol, las avellanas son una opción saludable para quienes buscan cuidar su salud cardiovascular sin sacrificar el sabor y la nutrición.
Otro componente crucial de las avellanas es su alto contenido en vitamina E, un poderoso antioxidante que protege las células del daño causado por los radicales libres. La vitamina E también es esencial para la salud de la piel, ya que ayuda a mantenerla hidratada y puede prevenir el envejecimiento prematuro. Además, es un nutriente que juega un papel importante en el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a combatir infecciones.
Las avellanas también son una buena fuente de vitamina B6, que es vital para el metabolismo de las proteínas y el desarrollo del cerebro. La vitamina B6 ayuda en la producción de neurotransmisores, que son sustancias químicas cruciales para la comunicación entre las neuronas. Un adecuado consumo de vitamina B6 puede mejorar el estado de ánimo y la función cognitiva.
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Además de las vitaminas, estos frutos secos están cargados de minerales esenciales como fósforo, magnesio, hierro, calcio y potasio. El fósforo es fundamental para la formación de huesos y dientes fuertes y el magnesio juega un papel vital en la función muscular y nerviosa, así como en la regulación de la presión arterial. El hierro es esencial para la formación de glóbulos rojos y el transporte de oxígeno en el cuerpo, mientras que el calcio es bien conocido por su importancia en la salud ósea, mientras que el potasio ayuda a mantener un equilibrio adecuado de electrolitos y a regular la función cardíaca.
A pesar de los múltiples beneficios, es importante recordar que las avellanas son altas en calorías. Por lo tanto, su consumo debe ser moderado, especialmente para aquellos que buscan controlar su peso. Sin embargo, cuando se consumen en cantidades adecuadas, las avellanas pueden ser una adición deliciosa y nutritiva a la dieta, proporcionando una amplia gama de nutrientes que contribuyen a una buena salud general.