Correr 10 horas a la semana y cubrir más de 120 km es un ejercicio extremo que podría alargar la vida de aquellos deportistas que lo realizan. Así lo apunta una investigación internacional entre científicos canadienses y australianos y cuyos resultados han publicado en la revista Revista Británica de Medicina Deportiva. El estudio ha analizado los datos de salud pública de las primeras 200 personas que lograron correr una milla (lo equivalente a 1´6 kilómetros) en menos de 4 minutos durante las décadas de 1950, 1960 y 1970.
Lo sorprendente ha sido descubrir que estos corredores vivían, en promedio, casi 5 años más que la población general. Estos hallazgos contradicen la creencia de que un ejercicio excesivo tiene efectos negativos a largo plazo, puse el estudio demuestra que llevar el cuerpo humano al máximo podría ser beneficioso, al menos para ciertos individuos.
Te puede interesar: Isabel del Campo, dermatóloga: “Es falso que las personas de piel morena o negra no necesiten protección solar”
Aunque numerosos estudios epidemiológicos indican que las personas físicamente activas viven más que las inactivas, aún existe un debate sobre si hacer más ejercicio de lo recomendado es beneficioso o perjudicial para la salud. Algunos científicos sugieren que los estilos de vida de los atletas de alta intensidad, como los maratonistas, ciclistas de resistencia o triatletas, podrían ejercer una tensión indebida en sus corazones, aumentando el riesgo de muerte prematura. No obstante, el ejercicio extenuante podría tener efectos diferentes en atletas experimentados en comparación con personas sedentarias.
En 2022, un estudio de Harvard descubrió que las personas que hacían más ejercicio de lo recomendado reducían su riesgo de muerte en un 30%, un 10% más que aquellos que seguían las pautas recomendadas de actividad. El cardiólogo Stephen Foulkes y sus compañeros de la Universidad de Alberta (Canadá) destacan que estudios epidemiológicos de ciclistas del Tour de Francia, atletas olímpicos y remeros muestran una mayor esperanza de vida en comparación con la población general. Este nuevo estudio demuestra que este patrón también se aplica a los corredores más rápidos de una milla.
“Esto puede reflejar mejoras en la esperanza de vida de la población general”, sugieren los autores, así como el “manejo de varias enfermedades transmisibles y no transmisibles importantes”. En otras palabras, no todos los beneficios en la esperanza de vida observados en los atletas profesionales pueden atribuirse únicamente a su estilo de vida.
Es posible que los atletas posean genes favorables en mayor proporción que la población general, ya que en el grupo de corredores de 200 millas, los investigadores encontraron 20 grupos de hermanos y varios dúos de padre e hijo. “Si bien no pudimos determinar la causa de muerte de la mayoría de los corredores, estudios sobre ciclistas del Tour de Francia y cohortes de atletas olímpicos (que incluyen corredores de media y larga distancia) sugieren que los efectos de la longevidad están mediados principalmente por menores tasas de enfermedades cardiovasculares y mortalidad relacionada con el cáncer”, apuntan.
Te puede interesar: Qué es la Nankurunaisa, la filosofía japonesa para vivir cada día con optimismo y sin estrés
El resultado de su análisis, añade el equipo, “reitera los beneficios del ejercicio a lo largo de la vida, incluso en los niveles de entrenamiento necesarios para un rendimiento de élite”.