Dabiz Muñoz abrió DiverXO con 27 años, un restaurante de tres estrellas Michelin que le ha hecho convertirse en tres ocasiones en el mejor chef de todo el mundo. Ahora, a sus 44 años, el chef ha cambiado drásticamente, no solo en lo que a cocina se refiere. Inmerso ahora en una completa renovación gastronómica, tanto en su restaurante insignia como en el resto de sus propuestas, el cocinero vive también uno de los momentos más emocionantes de su vida personal, disfrutando al máximo del primer año de vida de su hija, Laia Pedroche.
Este ajetreo vital y laboral puede ser la razón de que el chef, en los últimos meses, haya disminuido drásticamente sus apariciones públicas, algo para lo que ha hecho una excepción esta semana. El chef de DiverXO participaba el pasado lunes en el encuentro organizado por el Basque Culinary Center con motivo de la presentación de la lista de los ‘100 Jóvenes Talentos de la Gastronomía’, un evento en el que Muñoz respondía a las preguntas de tres de esos profesionales. Sus respuestas han sido de lo más reveladoras, especialmente aquella que abordaba el tema de la salud mental y el esfuerzo en el trabajo de hostelería.
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En su intervención, el chef admitía que cada vez cree menos en la frase que colocó sobre los 14 escalones que dan acceso a las cocinas de DiverXO, su reputado restaurante, y que se convirtió en un auténtico lema. En este cartel se podía leer la siguiente frase: “No pain, no gain” (sin dolor no hay éxito).
El famoso cocinero abordaba así el tema estrella que ronda las conversaciones en ámbitos gastronómicos, el evidente cambio de mentalidad de los jóvenes profesionales de la hostelería, cada vez menos dados a tolerar jornadas demasiado largas y malas condiciones laborales. “La asociación entre el éxito y el dolor creo que no funciona”, explicaba en una de sus respuestas. “Descubrí que esforzarse mucho no necesariamente significa sufrir. A mí me hubiera gustado disfrutar un poco más”.
Quién sabe si, tras la mudanza de DiverXO, en la que el chef lleva meses trabajando, este lema desaparecerá de las paredes del restaurante. Esta nueva versión del buque insignia de Muñoz se ubicará en La Finca, una lujosa urbanización situada en el municipio de Pozuelo de Alarcón, y contará con un diseño completamente nuevo, distinto al que se podía ver en su anterior ubicación.
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Una “relación tóxica” con DiverXO
No es la primera vez que el chef admite haber tenido un profundo cambio de mentalidad. A lo largo de los más de 15 años de carrera que el chef madrileño lleva a sus espaldas, Dabiz Muñoz ha mejorado en lo profesional, aunque también personalmente, hasta llegar a lo que él asegura que es su etapa más feliz. Hace unos meses, en su intervención en Madrid Fusión, reconocía haber tenido “una relación tóxica con mi restaurante durante 13 años”, algo que asegura haber ido cambiando poco a poco. “Soy un obsesivo y eso me ayuda a muchas cosas y me empeora en otras”, confesaba.
“Si quieres liderar un proyecto que merezca la pena, vas a tener que sacrificar muchas cosas. Pero eso no significa que tenga que haber sufrimiento, se puede disfrutar del camino”, aseguraba el cocinero. “Se habla mucho de la sostenibilidad económica y del planeta, pero también es muy importante buscar la sostenibilidad humana, de los equipos”, concluía el chef, hablando sobre uno de los problemas más debatidos en el mundo de la restauración durante los últimos años.