¿Recoge de verdad el código de barras el origen de los productos? Esto es lo que dice la OCU

La Organización de Consumidores ha aclarado qué significa en realidad que la codificación de los alimentos que se venden en España empiece por el número 84

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La OCU ha aclarado si el código de barras indica el origen de los alimentos. (Wikimedia)
La OCU ha aclarado si el código de barras indica el origen de los alimentos. (Wikimedia)

Cada vez son más los nutricionistas en España que utilizan las redes sociales como altavoz para compartir sus conocimientos, dar consejos y trucos o, incluso, prestar su servicio a quienes lo contratan. Pero también hay quienes usan estos medios para difundir bulos que ciertas personas acaban creyendo. Entre los asuntos que suelen debatirse en estas plataformas digitales, se encuentra el origen de los productos que se compran en supermercados, que hay quienes aseguran que puede conocerse con tan solo mirar el código de barras. Pero, ¿es esto real? La OCU lo ha aclarado en un comunicado.

Ya sea por llevar un estilo de vida saludable, por evitar productos que no sean de calidad o por alguna alergia o intolerancia, cada vez son más las personas que prestan especial atención a su origen y a los ingredientes que incorporan. De ahí que la OCU exija una mayor transparencia en el proceso de elaboración y etiquetado de los productos que están a la venta en los distintos supermercados del país.

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De igual forma, la OCU ha reiterado en varias ocasiones su petición de que las comunidades autónomas aumenten el control en las inspecciones de las etiquetas de los alimentos. Además, la entidad reclama el desarrollo de una normativa europea que obligue a que todos los productos, ya sean frescos, envasados o prefabricados, indiquen la procedencia de, al menos, el primer ingrediente, que es el principal con el que se ha elaborado.

Qué significan los números del código de barras de un producto

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La OCU lo ha dejado claro: en contra de lo que muchos consumidores creen, los productos cuyo código de barras empieza con el dígito 84 no indican necesariamente que su origen sea español. Esta aclaración ha sido respaldada por la empresa AECOC, encargada de distribuir esos códigos en el país.

La verdadera función de los números de los códigos de barras es servir como un método de codificación destinado exclusivamente a la gestión logística de los artículos, incluyendo su distribución y procesamiento en puntos de venta. La organización GS1, de ámbito internacional, otorga estos códigos a través de sus filiales en varios países, incluyendo a AECOC en España. Por tanto, no tienen la finalidad de indicar el país de origen de los productos, sino más bien asegurar la eficiencia de su manejo en la cadena de suministro.

La asignación del número 84, en concreto, implica simplemente que la codificación fue realizada por AECOC para productos que serán comercializados dentro de España. Esto no excluye a los artículos procedentes de otros países, los cuales pueden recibir un código iniciado por este dígito si se espera su venta en el mercado español. La OCU destaca la importancia de consultar la etiqueta del producto para obtener información precisa sobre su origen.

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Cómo descubrir el verdadero origen de los alimentos

Solo se exige la indicación de procedencia en las frutas y hortalizas frescas, entre otros alimentos.
Solo se exige la indicación de procedencia en las frutas y hortalizas frescas, entre otros alimentos.

En el ámbito de la legislación alimentaria actual, una cuestión de crucial importancia se centra en el debate sobre la obligatoriedad del etiquetado de origen para ciertos productos. Así, solo se exige la indicación de procedencia en una lista concreta: frutas y hortalizas frescas, huevos, carne, pescado y marisco fresco, aceite de oliva, agua mineral, miel, frutos secos y productos lácteos que incluyan un mínimo del 50% de leche.

Esta normativa deja fuera a numerosos productos prefabricados que utilizan ingredientes de la lista mencionada, sin la obligación de especificar el origen de estos componentes. Esto puede llegar a generar preocupación entre los consumidores sobre la verdadera procedencia de lo que compran.

La polémica surge ante la creciente demanda de una mayor transparencia en el etiquetado de los alimentos. El conocimiento detallado sobre la procedencia se ha convertido en una prioridad para muchos, lo que determina sus decisiones de compra. La falta de información obligatoria en el etiquetado para productos derivados o prefabricados que contienen ingredientes de la lista regulada, plantea un debate sobre la necesidad de ampliar esta legislación para abarcar una gama más amplia de productos.

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