Alimentos fritos, precocinados, grasos... Es probable que esto sea lo que se nos venga a la cabeza cuando hablamos de colesterol en las arterias. Rara vez pensamos en la proteína que tiene el pollo o los huevos, pero quizá deberíamos empezar a hacerlo. Una investigación de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) acaba de descubrir que consumir un exceso de proteína puede incrementar el riesgo de desarrollar colesterol en las arterias.
Se trata de la aterosclerosis, una enfermedad que aparece por la acumulación de grasa y colesterol en los conductos sanguíneos. Esta placa acumulada hace que las arterias se endurezcan y envejezcan más rápidamente, lo que daña sus propiedades elásticas y su capacidad de transportar el oxígeno, como explica la Fundación Española del Corazón. El estudio, publicado en la revista Nature Metabolism, alerta de que una ingesta de proteínas superior al 22% de calorías en la dieta puede acelerar la activación de las células inmunitarias que intervienen en la formación de la placa, lo que a su vez aumenta el riesgo de aterosclerosis.
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Los componentes básicos de la proteína son los aminoácidos, capaces de alterar el metabolismo de las células. Los investigadores descubrieron que el responsable de la acumulación de grasa en las arterias es la leucina, uno de los aminoácidos esenciales que no podemos fabricar por nosotros mismos, por lo que recurrimos a él a través de ciertos alimentos.
Algunos alimentos ricos en leucina son la pechuga de pollo (contiene aproximadamente 2.5 g de leucina por cada 100 g.), el pavo (alrededor de 2.6 g de leucina por cada 100 g.), el queso parmesano, el atún (contiene alrededor de 2 g de leucina por cada 100 g.) y legumbres como los guisantes, las judías y los frijoles.
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Los peligros de tener colesterol
El colesterol malo, o lipoproteína de baja densidad (LDL), se acumula en la pared de las arterias, contribuyendo a su estrechamiento y originando la aterosclerosis. Esto puede provocar una disminución del flujo sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
El exceso de colesterol en la sangre puede ser el resultado de una dieta alta en grasas saturadas y trans, diabetes, presión arterial alta, falta de ejercicio, sobrepeso u obesidad, tabaquismo y antecedentes familiares de endurecimiento de las arterias. Por lo tanto, es fundamental controlar los niveles de colesterol y llevar un estilo de vida saludable para prevenir los riesgos asociados con el exceso de grasa y colesterol en las arterias.
Para combatir el colesterol, se pueden seguir varias estrategias, incluyendo cambios en la dieta y el estilo de vida. Algunas recomendaciones para reducir el colesterol incluyen evitar alimentos de origen animal ricos en colesterol, como yemas de huevo, fritos y lácteos enteros; incrementar la ingesta de fibra soluble a través de alimentos como cereales integrales, frutas y legumbres; mantener una dieta rica en frutas, verduras y pescado rico en ácidos grasos omega-3, como el salmón, atún y la caballa y limitar el consumo de sal a no más de 2,300 miligramos al día.