Cómo preparar la infusión de rooibos, la planta que ayuda a reducir el colesterol malo y mejora la salud de los huesos

La infusión de rooibos ha ganado popularidad en todo el mundo por sus múltiples beneficios para la salud y su exquisito sabor. Este té se caracteriza por su color rojizo y su sabor suave y ligeramente dulce y su ausencia de cafeína, lo que lo hace una opción ideal para personas sensibles a esta sustancia o aquellos que desean evitarla por razones de salud.

Además, esta infusión es una excelente fuente de antioxidantes, específicamente de un tipo único llamado aspalatina. Los antioxidantes son fundamentales para proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres, un factor asociado con múltiples enfermedades, incluidas las cardiovasculares y el cáncer.

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El rooibos también es rico en minerales esenciales como el hierro, el calcio, el potasio, el cobre, el magnesio, el zinc y el manganeso. Estos nutrientes desempeñan un papel vital en el mantenimiento de una buena salud, participando en procesos como el transporte de oxígeno en la sangre, la regulación de los fluidos corporales y la construcción de proteínas y enzimas.

Desde el punto de vista de la salud, se le atribuyen al rooibos varias propiedades beneficiosas. Se cree que tiene efectos positivos en el control de alergias, debido a su contenido en quercetina, un flavonoide conocido por su capacidad para aliviar los síntomas alérgicos. Además, la infusión puede contribuir a la salud ósea gracias a su contenido en minerales como el calcio y el manganeso, esenciales para el desarrollo y mantenimiento de huesos fuertes.

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Otro beneficio relevante del rooibos es su impacto positivo en la salud cardiovascular. Los flavonoides presentes en el té pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial. Recientes estudios también han demostrado que la infusión de rooibos mejora los niveles de colesterol, pues es capaz de reducir el LDL o “colesterol malo”, lo que contribuye a prevenir la aparición de enfermedades cardíacas.

Para las personas que buscan mantener un peso saludable o controlar la diabetes, el rooibos puede ser un gran aliado. Estudios sugieren que su consumo contribuye a una menor resistencia a la insulina y puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que lo convierte en una excelente opción para quienes padecen esta condición.

Para preparar una infusión de rooibos correctamente y disfrutar de sus beneficios, pondremos agua a hervir. Usaremos aproximadamente una cucharadita de rooibos por cada taza de agua (250 ml). Si preferimos una infusión con un sabor más intenso, podemos añadir un poco más de rooibos. Una vez que el agua haya hervido, serviremos y dejaremos en torno a 5 o 7 minutos. Después, colar la infusión para separar las hojas del líquido.

Para personalizar la infusión de rooibos, podemos añadir miel o azúcar para endulzar, un toque de leche para suavizar el sabor, o incluso un poco de limón para agregar un toque cítrico. También se pueden incorporar especias como canela, cardamomo o jengibre durante el tiempo de reposo para crear una versión más aromatizada de esta infusión.