Cómo preparar la infusión de cúrcuma, la planta que ayuda a prevenir el cáncer y a controlar el síndrome del intestino irritable

La cúrcuma es una especia dorada conocida principalmente por su uso en la cocina, especialmente en el curry, pero también se ha valorado durante siglos en diversas culturas por sus propiedades medicinales. En los últimos años, ha ganado popularidad como una superespecia, gracias a sus potenciales beneficios para la salud, que han atraído la atención tanto en la esfera de la medicina alternativa como en algunas investigaciones científicas.

Esta especia, que proviene de la raíz de la planta Curcuma longa, es rica en curcuminoides, compuestos farmacológicamente activos siendo la curcumina el más destacado entre ellos. La curcumina es reconocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. A pesar de su baja biodisponibilidad, que limita la cantidad que el cuerpo puede absorber, se están explorando diversas formas de aumentar su absorción, como la combinación con pimienta negra, que contiene piperina, una sustancia que puede aumentar la biodisponibilidad de la curcumina.

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La infusión de cúrcuma es una forma sencilla y placentera de incorporar esta especie en la dieta diaria. Para prepararla, se puede usar cúrcuma fresca, que se ralla o se corta en trozos pequeños, o cúrcuma en polvo. Se añade a agua caliente y se deja en infusión. A menudo, se agrega un toque de pimienta negra para potenciar la absorción de la curcumina y, en algunas recetas, se incluyen otros ingredientes, como jengibre, canela, o miel para potenciar el sabor.

Además de posibles beneficios antiinflamatorios y antioxidantes, hay estudios que sugieren que la cúrcuma podría contribuir a la salud del cerebro. Se ha vinculado a la curcumina el potencial para aumentar los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína que juega un papel crucial en la sobrevivencia y el crecimiento de las neuronas. Estas propiedades podrían hacerla importante en el tratamiento o la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

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El consumo de infusión de cúrcuma se ha asociado también con la salud del corazón. La curcumina podría mejorar la función endotelial, lo que es esencial para la regulación de la presión sanguínea y la coagulación de la sangre, factores importantes para prevenir enfermedades cardiovasculares.

En el ámbito digestivo, la cúrcuma ha sido tradicionalmente utilizada para aliviar los síntomas de diversas dolencias estomacales, como el síndrome del intestino irritable (SII). Aunque la evidencia científica es limitada, algunos estudios preliminares sugieren que la curcumina podría tener efectos positivos en la digestión y en la reducción de los síntomas asociados a trastornos inflamatorios intestinales.

Además, su acción contra el cáncer es otra de las cualidades que hacen tan interesante esta infusión. Algunos estudios apuntan a que la curcumina reduce el riesgo de que las células del cuerpo se dañen, lo que a su vez baja las posibilidades de mutaciones celulares y cáncer.

Es importante mencionar que, a pesar de los potenciales beneficios de la cúrcuma, la infusión debe consumirse con moderación. Exceder en su consumo puede llevar a efectos adversos, incluyendo malestar estomacal o incluso riesgos para aquellos con condiciones específicas de salud o quienes consumen ciertos medicamentos.

Aunque la infusión de cúrcuma representa una opción interesante y potencialmente beneficiosa, se debe considerar como un complemento y no como un sustituto de un tratamiento médico convencional. Se recomienda siempre consultar a un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en la dieta o el régimen de suplementos.