Son muchos los bares y tabernas con solera que se pueden encontrar en las ciudades españolas. Con años o incluso siglos de historia, estos locales mantienen su esencia y sus tradiciones, para el deleite de clientes habituales y la sorpresa de turistas extranjeros. La taberna Antigua Casa de Guardia, ubicada en la ciudad de Málaga, es un ejemplo de ello, un emblemático bar con 183 años de historia que sirve sus vinos dulces desde mediados del siglo XIX.
Este entrañable enclave, muy cerca del centro de la capital malagueña, fue fundado en el año 1840 por D. José de la Guardia y destaca sobre todo por su amplia oferta de vinos o caldos elaborados en las tierras meridenses. Esta típica tasca malagueña está situada en la Alameda Principal del centro histórico de la ciudad y se conserva prácticamente en su estado original. Pasar por sus puertas talladas en madera te hace viajar en el tiempo 100 años atrás, a una clásica bodega donde todavía te apuntan en la barra con una tiza lo que vas debiendo, a medida que vas pidiendo uno de sus vinos, (Moscatel, Pajarete, Pedro Ximenez…) o uno de sus clásicos vermuts.
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En la hora del aperitivo, especialmente en días festivos y fines de semana, la taberna se llena hasta los topes de malagueños y visitantes que acuden a disfrutar de un tentempié y un vaso de vino o caña entre amigos. La sensación de bullicio es total, y se potencia al ser un local sin sillas, ni mesas, ni taburetes. Sus vinos y tapas se pueden degustar únicamente de pie, apoyados como mucho en su larga barra que recorre el local de punta a punta. El bar es esquinero, luminoso y espacioso, y sus paredes están repletas de carteles de antiguas ferias y fotos que narran los más de 180 años de historia del mítico bar.
Los vinos de la Antigua Casa de Guardia
La Antigua Casa de Guardia es, por encima de todo, una espectacular bodega. Para aquellos malagueños que saben de vino, este es sin duda el mejor destino al que acudir si lo que se pretende es degustar un buen vino dulce de la zona. Esta taberna elabora desde 1840 vinos dulces y secos, malagueños e internacionales, principalmente de las variedades Pedro Jiménez y Moscatel, de viñas cultivadas tradicionalmente en los Montes de Málaga.
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Sus deliciosos vinos se conservan en enormes toneles que se guardan tras la barra e impregnan el bar de un delicioso olor a vino. Puedes pedir un vaso de algunas de sus especialidades, entre ellas el Pajarete 1908, un vino 100% Pedro Ximenez galardonado con el Premio Palacio al mejor vino dulce, Málaga 2001 y Medalla de plata Iberwine 2008. También se pueden degustar otros vinos galardonados internacionalmente como el Verdiales Seco (medalla de plata en Iberwine 2008) o el Moscatel Guardia (Bacchus de Plata 2014), o un vaso de su vermut casero, un delicioso brebaje perfecto para acompañar sus sencillas tapas de aperitivo.
Encurtidos, conservas y mariscos para acompañar
Sin duda, el vino es el absoluto protagonista en esta histórica taberna. Además, también cuentan con algunas tapas para acompañar, perfectas para escoltar a un buen vaso de vino dulce. Las tapas no se piden en la barra de vinos, sino que se exhiben en una vitrina refrigerada situada en el centro del local. Se piden en este mostrador y se pagan de manera independiente, a un camarero destinado exclusivamente a ello.
Como no podía ser de otra manera, estando en Málaga, la taberna sirve conchas finas, también conocidas como la almeja de Málaga, es uno de los moluscos más consumidos en la costa malagueña. Pero también gambas, buenos mejillones, encurtidos, platos de embutido, anchoas, mejillones al vapor o banderillas. Básicamente, conservas y mariscos de la zona que acompañan al vino para formar el aperitivo con más solera de todo Málaga.