Los cocineros expertos saben lo que buscan cuando van a un restaurante: materia prima de calidad, respeto por el producto y una elaboración cuidada. Todo ello se aglutina en uno de los restaurantes preferidos de Dabiz Muñoz, un cocinero que no solo ostenta el título de mejor chef del mundo, sino que, además, disfruta como nadie del buen comer. Por ello, nadie como Muñoz para recomendarnos los lugares donde comer rico y de calidad, calificativos que definen al restaurante Lera, en el pueblo zamorano de Castroverde de Campos.
Durante uno de sus vídeos, en el que se encargaba de chivarnos la receta de su ramen de guiso madrileño, el cocinero soltaba una pequeña recomendación sobre dónde comer unos guisos, para él, espectaculares. Es entonces cuando mencionaba el restaurante Lera, de su amigo, el cocinero Luis Alberto Lara. “Hace unos guisos para flipar”, exclamaba el reconocido como mejor chef del mundo.
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Pero esta no es la única vez que Muñoz ha recomendado la cocina de Lera. En la web del propio restaurante, destaca una reseña del cocinero madrileño, que se deshace en halagos hacia los platos que se elaboran en este restaurante leones. “No es porque Luis Lera sea mi amigo, que lo es, pero el Restaurante Lera en Zamora es único”, comenzaba escribiendo Dabiz Muñoz. “Es un cocinero que habla con las aves, hasta 12 diferentes en mi menú, cocinadas con conocimiento, precisión, originalidad y mucho talento... ¡brillantísimo!”, asegura el chef, mencionando la que es sin duda una de las especialidades de la casa.
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“No conozco nada igual ni parecido”, finalizaba su reseña, una afirmación que hace que, como mínimo, nos planteemos viajar hasta Castroverde de Campo para probar el pichón que Luis Alberto Lara prepara en su cocina.
El restaurante hotel Lera comenzó siendo una casa de comidas que la familia Lera fundó en 1973, dedicada a redescubrir la cocina tradicional castellana con un estilo muy personal. Luis Alberto Lera tomó la dirección en 2008, un cambio generacional que vino de la mano de una apuesta por respetar la herencia culinaria y enriquecer el recetario con nuevas técnicas. Esta forma de cocinar le ha ganado no solo el reconocimiento del mejor chef del mundo, sino también el de las guías más prestigiosas del mundo de la cocina: Lera cuenta con dos soles Repsol y una estrella Michelin, además de una estrella verde por su sostenibilidad concedida también por la guía francesa.
Los guisos y la cocina de caza que han conquistado a Dabiz Muñoz
En su vídeo en Instagram, el chef de DiverXO mencionaba una de las especialidades del restaurante: los guisos, recetas tradicionales que Luis Alberto conserva y replica con el recetario de su familia en mano. Pero, sin duda, la especialidad de este hotel-restaurante es la carne de caza, una cocina muy influenciada por la afición a la montería que su familia ha compartido durante años, además de por la tradición de carne silvestre que abunda en la comarca.
El Pichón Bravío de Tierra de Campos es el plato emblemático por excelencia de la casa, un producto único de esta comarca zamorana que se caracteriza por un sabor intenso y una textura delicada. Este delicioso plato de carne de ave se puede probar en la carta del restaurante, formada además por otros platos clásicos que se mantienen todo el año, como los escabeches, las legumbres, los guisos o el lechazo castellano. Por otro lado, desde el restaurante Lera ofrecen un menú degustación corto (98 euros) o largo (138 euros).
Además de su cocina, el restaurante Lera cuenta con otras muchas virtudes, entre ellas, sin duda, su ubicación. Este hotel-restaurante se encuentra en el pueblo de Castroverde de Campos, ubicado en el noreste de la provincia de Zamora, lindando con las provincias de León y Valladolid, a unos 65 kilómetros de la capital zamorana. Este bello pueblo, rodeado por amplias llanuras repletas de campos de cereal, cuenta con una población de 276 habitantes, que se dedican en su mayoría a la agricultura y la ganadería.
Con una historía de más de diez siglos, este pueblo cuenta con un gran patrimonio histórico, por lo que merece la pena pasear por sus calles, visitar sus iglesias y observar los restos de su castillo y la muralla que lo rodeaba.
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