El nuevo etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas entró en vigor el pasado jueves primero de octubre.
Como respuesta al elevado numero de casos de sobrepeso y diabetes en México, la Secretaría de Salud (SSa) del gobierno federal declaró emergencia epidemiológica, a fin de intensificar las acciones de prevención, diagnóstico oportuno y control de estas enfermedades.
Derivado del proceso legislativo del 29 de octubre de 2019, se aprobaron las reformas a la Ley General de Salud, para establecer el etiquetado frontal en donde se advirtiera de manera clara, veraz, rápida y simple sobre el contenido que exceda los niveles máximos de nutrimentos críticos e ingredientes.
Así pues, los empaques de productos que cumplan con estas características deberán mostrar un sello negro de forma octagonal que advierta si el contenido incumple con los niveles saludables de azúcares, calorías, grasas saturadas, grasas trans y sodio.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Cosumidor (Profeco), el nuevo etiquetado también tendrá dos leyendas precautorias, la primera para productos con edulcorantes, ingredientes que se adicionan para dar dulzor, por ejemplo: acesulfame, aspartame, sucralosa y stevia; y la segunda para aquellos con cafeína.
“Entre más número de sellos se deberá considerar como alerta de consumo o del alimento o bebida no alcohólica ya que el producto puede ser poco saludable”, explica la dependencia en la Revista del Consumidor de octubre 2020.
El nuevo etiquetado busca ser entendible por todos, incluso por niños. De esta manera, cuando tengan la inquietud de comprar un producto con uno o varios sellos podrán decidir si es conveniente adquirirlo.
Además, cuando un alimento o bebida tenga etiquetas de advertencia o alguna leyenda precautoria no podrá contener estrategias de publicidad enfocadas en atraer la atención de niños y niñas, como el uso de personajes.
En tanto, la Profeco informó sobre los riesgos asociados al consumo de ingredientes poco saludables contenidos en algunos productos ofertados en el país.
Calorías
Con el tiempo, las calorías en exceso se convierten en grasa corporal, lo que provoca aumento de peso, obesidad y un riesgo mayor de padecer enfermedades del corazón o algún tipo de cáncer.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad recomendada para las mujeres es de 1,600 a 2,000 kilocalorías (kcal) diarias y para hombres de 2,000 a 2,500 kcal.
Para que un producto porte un sello de exceso de calorías debe contener 275 o más kcal en 100 gramos de sólidos; y 70 o más kcal en líquidos de 100 mililitros.
Azúcares
Este ingrediente consumido en exceso contribuye al desarrollo de enfermedades como caries, sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2, entre otras. En este sentido, la Profeco advirtió que “cuando en la etiqueta de un producto dice ‘Azúcares’ pueden ser jarabe de maíz, de alta fructuosa, glucosa o fructosa.”
En los sólidos y líquidos (100 g o ml), es considerado como exceso de azúcares aquellos que tienen 10% del total de energía proveniente de azúcares libres.
Sodio
El sodio puede provocar hipertensión, presión arterial alta, retención de líquidos, dificulta la función de los riñones, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con la OMS, el promedio diario recomendado es de 2.3 g al día; no obstante “en México la ingesta promedio es de 7 g diarios, más del triple del valor que recomienda el organismo internacional. Cabe destacar que las personas hipertensas deben moderar o evitar su consumo”, señala la revista de la Profeco.
Grasas trans y grasas saturadas
Las grasas trans aumentan el riesgo de enfermedades del corazón. “Son las grasas más dañinas para la salud; no se necesita consumirlas en ninguna cantidad”. Por otra parte, el consumo en exceso de las grasas saturadas aumenta el riesgo de sufrir ataques cardiacos y otras enfermedades vasculares.
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