Es común creer que, incluso, el aroma del chocolate provoca el irremediable y hasta imperdonable “pecado” de destruir una dieta. Su gran cantidad de azúcar, las grasas saturadas, los químicos y el aumento calórico hacen que su consumo sea cuestionado y uno de los prohibidos para aquellos que buscan cuidar su alimentación.
Es por este motivo que las personas que siguen una dieta, ya sea para mejorar su alimentación o para bajar de peso, mantienen el chocolate lo más lejos posible. Algunos lo esconden, o se lo ponen como meta al finalizar un periodo de restricción alimentaria y otros hasta prefieren no comprarlo; su aroma tentador es un “enemigo”.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en el Journal of Business Research demostró que el olor a chocolate podría tener un efecto benéfico a la hora de bajar de peso. Es decir, que el aroma a cacao podría ayudar y motivar a las personas a no romper la dieta y mantener hábitos saludables.
El olfato es un sentido esencial para las personas y juega un papel clave en la salud. Los diferentes aromas pueden cambiar el estado de ánimo y los comportamientos de los individuos. “Es por este motivo que muchas empresas utilizan estratégicamente aromas alimentarios indulgentes para atraer a los compradores a sus negocios”, advirtieron los expertos.
Según explicaron, “la razón detrás de esta práctica es que cuanto más tiempo estén expuestos los compradores a un dulce aroma, es más probable que se sientan tentados por él y los compren”.
Sin embargo, la investigación llevada a cabo por los científicos chinos y norteamericanos se basó en la teoría del “Autocontrol contrarrestante para vencer la tentación”, postulada en un trabajo realizado por Yaacov Trope y Ayelet Fishbach en el año 2000, el cual fue publicado en la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés).
Los científicos plantearon una hipótesis clara: la exposición a una señal olfativa indulgente durante un período prolongado (frente a un período relativamente corto o ningún tiempo) puede activar un objetivo de dieta y reducir el consumo de alimentos de este tipo.
El aroma y la tentación
Los científicos analizaron cinco estudios, de los cuales participaron cientos de estudiantes universitarios, para determinar si el olor podría tener un impacto en la tentación. A un grupo se les asignaron “camisetas perfumadas con aceite de esencia de chocolate y luego miraron un video de naturaleza no relacionado”, indicaron desde el Daily Mail.
Luego, se les pidió a los participantes que se imaginaran un pote de helado con el sabor que más les guste. Después de unos minutos, los expertos les pidieron que indicaran cuánto querían comer.
Según advirtieron los científicos, este trabajo permitió advertir que “aquellos participantes que habían estado expuestos 5 minutos al aroma del chocolate tenían menos ganas de comer helado que aquellos que estuvieron expuestos por 1 minuto o menos”.
En otra de las pruebas, tras mirar el video, los estudiantes fueron expuestos al aroma del chocolate por unos minutos y finalmente les mostraron 4 imágenes de comida: una barra de granola con chispas de chocolate, papas fritas, ensalada de frutas y helado de chocolate. Tras estas fotografías, los expertos les solicitaron que “determinen cuántas ganas tenían de comer cada uno de los alimentos en una escala del 0 al 100″.
Según los científicos, los participantes que fueron expuestos al aroma a chocolate desistieron en comer las opciones poco saludables (el helado y la barra de granola con chocolate). De este modo, según resaltaron los investigadores en el documento, “el aroma indulgente de los alimentos podría activar un objetivo dietético y, en consecuencia, reducir el deseo de las personas de consumir alimentos poco saludables. Los objetivos de la dieta (es decir, la voluntad de los consumidores de resistir la tentación de comer y mantener o perder peso) son uno de los determinantes más críticos del consumo indulgente de alimentos”.
“Por lo tanto, examinar el impacto de los aromas indulgentes de los alimentos en contextos de evaluación separados” les permitió a los científicos “comprender si el aroma indulgente de los alimentos desalienta el consumo intencional de alimentos indulgentes o promueve el consumo intencional de alimentos saludables”, indicaron en el trabajo
Ernest Baskin, uno de los principales autores de este estudio de la Universidad de Saint Joseph en Filadelfia, afirmó en diálogo con el Daily Mail que sus “hallazgos sugieren que las personas que hacen dieta pueden terminar comiendo menos cuando están expuestas a un olor indulgente durante un período prolongado de tiempo”.
En pocas palabras, oler chocolate puede provocar que las personas que están a dieta elijan no comprarlo. “Esto se debe a que las personas que hacen dieta suelen tener el objetivo de comer menos. Cuando huelen algo indulgente, inconscientemente les recuerda ese objetivo y, por lo tanto, es probable que consuman o compren menos”, aseguró Baskin al medio británico.
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