El café es una de las infusiones por excelencia de los argentinos. El primer puesto en la predilección nacional sólo se lo disputa el tradicional mate, pero una vez que se traspasa el territorio local, no hay discusión que valga. Alrededor del mundo, el café aparece en cada desayuno y en cada merienda. Se hace presente también después de un almuerzo o cena, o en el minuto a minuto del trabajo por su poder energizante. Siempre hay un buen motivo para tomarlo.
En los últimos años, surgieron los más variados sabores y peculiaridades en torno a la bebida. Algunas opciones, astutas maniobras de marketing; otras, buenas alternativas para colmar la curiosidad. La anteúltima de las novedades fue el blue latte que se impuso en una cafetería australiana. Y el último suceso cafetero llega desde Nueva York. Se trata del café con leche de banana, que se instaló con un éxito impensado.
Recorriendo las calles del célebre condado neoyorquino de Brooklyn, se encuentra un bar hasta entonces poco conocido, pero cuyo nombre en los últimos días resuena como un estribillo pegadizo: el J+B Design & Cafe. El local comenzó a innovar con sabores exóticos de café helado hace casi un año, pero hubo que esperar hasta el café con leche de banana para su salto a la popularidad.
Entonces, ¿de qué se trata el café con leche de banana? La bebida es la culminación de un sabor excepcional logrado a base de leche de plátano que le proporciona un endulzado natural a la infusión, servida en una copa helada cargada de hielo. El gerente de la cafetería furor, Fumio Tashiro, aseguró que su sabor es equiparable al de un milkshake.
Sorpresivamente, los consumidores de la bebida coincidieron en que el sabor a la banana pasa inadvertido, pero que el plátano lo que sí hace es equilibrar con mayor eficacia la acidez natural que genera el café respecto a la mezcla regular con la leche tradicional. Según la revista gastronómica Eater, "Tashiro mezcla un plátano muy maduro y una escasa taza de leche con un toque de jarabe hasta que la textura de la banana deja de ser reconocible".
En una entrevista concedida a la publicación especializada, Tashiro confesó que el café con leche de banana había estado en el menú hacía casi un año y jamás había llamado la atención de los clientes. Todo eso cambió un par de meses atrás. El boca en boca promovió que hoy sea uno de los productos exóticos más requeridos de su local con una venta de 50 por semana.
"Pensé que era demasiado extraño para la gente, pero luego algunos clientes comenzaron a pedirlo y después unos pocos más hasta hoy que todos hablan de la bebida!, señaló. Además, aseguró que con la proliferación del invento no busca fama, sino ofrecer una alternativa a los vecinos de Brooklyn. "Opté por experimentar y finalmente funcionó", concluyó.
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