La deshidratación no siempre es tan evidente como parece. Aunque la sensación de sed, la piel seca y los dolores de cabeza son señales comunes, existen otros síntomas menos conocidos que pueden alertarnos de que el cuerpo está perdiendo más líquidos de los que puede reponer.
De acuerdo con los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU), el cuerpo humano necesita un equilibrio constante de agua y electrolitos para mantenerse en funcionamiento. Cuando no se logra este balance, pueden aparecer complicaciones.
- Mal aliento como señal de deshidratación: es uno de los signos menos intuitivos de deshidratación. MedlinePlus explica que la falta de agua en el cuerpo puede reducir la producción de saliva, lo que permite que las bacterias crezcan en la boca. Como resultado, esto genera un aliento desagradable, similar al “aliento matutino” que todos experimentamos por la noche debido a la disminución de la producción salival. John Higgins, profesor de medicina en la Universidad de Texas, señala que el mal aliento persistente podría ser una señal de que el cuerpo necesita rehidratarse.
- La piel seca o enrojecida: un síntoma menos conocido, que según MedlinePlus es un indicativo de que la piel está perdiendo hidratación. A medida que se progresa en los niveles de deshidratación, la piel se vuelve menos elástica, lo que puede hacer que demore más en volver a su forma habitual después de un pellizco.
- Calambres musculares, especialmente en el calor: en condiciones extremas de calor, el cuerpo pierde líquidos rápidamente a través del sudor, lo que interfiere en su capacidad para enfriarse de manera eficiente. Los calambres musculares que se producen durante el ejercicio o en ambientes calurosos son un claro indicativo de deshidratación. Un estudio publicado en BMJ Open Sport and Exercise Medicine también encontró que los calambres se reducen considerablemente cuando se rehidrata con bebidas que contienen electrolitos.
- Fiebre y escalofríos: otro síntoma común de deshidratación relacionado con el calor es la fiebre, acompañada de escalofríos. La Clínica Mayo advierte que cuando la fiebre es elevada, la deshidratación se intensifica, haciendo que la piel pierda su frescura y humedad, y adquiera una temperatura elevada al tacto. Este es un momento crítico para tomar medidas inmediatas, como enfriar el cuerpo y buscar atención médica.
- Antojos de comida, especialmente de dulces: es posible que cuando tienes sed, tu cuerpo te lo “pida” de manera inesperada: con antojos de alimentos, sobre todo dulces. Higgins explica que la deshidratación puede dificultar que el hígado libere glucosa almacenada, lo que genera esa sensación de antojos. Los estudios han demostrado que el deseo de dulces es más usual durante estos momentos, ya que el cuerpo trata de obtener energía de una forma rápida.
- Dolores de cabeza: incluso una leve deshidratación puede provocar dolores de cabeza, según MedlinePlus. La falta de agua reduce el volumen sanguíneo, lo que afecta el flujo de oxígeno al cerebro, originando dolor. Si notas que tu cabeza comienza a doler sin razón aparente, es recomendable que tomes agua para ver si el síntoma mejora.
Cómo mantenerse hidratado: consejos prácticos
- Llevar siempre agua: una forma fácil de mantenerte hidratado es tener una botella de agua cerca. Si tienes agua a tu alcance es más probable que bebas durante el día sin pensarlo demasiado.
- Agregar sabor al agua: si el agua sola no es de tu agrado, puedes hacerla más atractiva añadiendo trozos de fruta o jugo de frutas naturales. Otra opción son los refrescos carbonatados sin azúcar, que pueden ser un buen sustituto y te motivan a beber más.
- Té y café sin azúcar también cuentan: el café y el té son buenas opciones para hidratarse, siempre que no contengan azúcar añadida. Aunque la cafeína tiene un efecto diurético, un estudio publicado en PLoS One concluyó que el café puede hidratar de manera similar al agua cuando se consume con moderación.
- Sustituir snacks secos por frutas y verduras: consumir frutas y verduras no solo te aporta agua, sino también vitaminas y minerales esenciales. Además, muchas frutas, como la sandía o el pepino, están compuestas por más de un 90% de agua.
- Mantenterse hidratado durante las comidas: beber agua mientras comes no solo ayuda a mantener la hidratación, sino que también puede ayudarte a controlar el ritmo de las comidas. Un estudio publicado en Obesity sugiere que beber agua antes de las comidas podría ayudar en la pérdida de peso.
Deshidratación en adultos mayores
Los adultos mayores son especialmente vulnerables a la deshidratación debido a una disminución en la sensación de sed, problemas de movilidad o medicamentos que aumentan la necesidad de líquidos. Según el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento (NCOA), los síntomas de deshidratación en personas mayores incluyen confusión, presión arterial baja, mareos y estreñimiento.