- La actriz y cantante Jimena Barón comparte su método para optimizar el descanso.
- La técnica establece dejar de comer tres horas antes de dormir, de beber agua dos horas antes y no usar dispositivos una hora antes.
- Esta rutina busca minimizar interrupciones nocturnas y preparar el cuerpo para el sueño profundo.
Lo esencial: la “regla del 3-2-1″ de Jimena Barón propone tres pasos simples para quienes buscan un sueño reparador. Consiste en dejar de comer tres horas antes de acostarse, evitar ingerir agua dos horas antes y apagar dispositivos electrónicos una hora antes de dormir. Estos hábitos, respaldados por expertos en bienestar, favorecen una buena digestión y la producción de melatonina, y reducen los despertares nocturnos promoviendo un descanso más profundo.
Por qué importa: en un contexto en el que el insomnio y el agotamiento afectan a millones, rutinas como la “regla del 3-2-1″ ofrecen una solución accesible para mejorar la calidad del sueño. La adopción de estos hábitos puede:
- Optimizar la digestión y prevenir molestias nocturnas.
- Evitar despertares interrumpidos por la necesidad de ir al baño.
- Reducir la exposición a la luz azul, favoreciendo la producción de melatonina.
En qué consiste la regla del 3-2-1
La “regla del 3-2-1″ de Jimena Barón es un método que ella misma aplica para descansar mejor. Esta rutina sugiere tres pasos específicos antes de acostarse, facilitando la relajación del cuerpo y una transición más fluida hacia el sueño profundo.
Tres horas antes de dormir se recomienda comer por última vez, para dar al organismo el tiempo necesario para hacer la digestión sin interrupciones durante la noche. Dos horas antes de acostarse, se deja de beber agua para evitar despertarse a mitad de la noche por la necesidad de ir al baño. Finalmente, una hora antes de dormir se apagan los dispositivos electrónicos, como celulares, tablets y televisores, evitando así la exposición a la luz azul que afecta la producción de melatonina, la hormona encargada de regular el sueño.
¿Cuánto tiempo antes se recomienda cenar antes de ir a dormir?
Según el consejo de la “regla del 3-2-1″, la última comida del día debe realizarse tres horas antes de acostarse. Esta recomendación está respaldada por expertos en salud, quienes señalan que cenar con antelación permite al cuerpo digerir los alimentos de forma adecuada, lo que a su vez favorece un sueño más reparador.
Dormir inmediatamente después de comer puede causar molestias, como acidez o reflujo, debido a que el proceso digestivo aún está en marcha. Dejar este margen de tres horas ayuda también a evitar picos de insulina o problemas metabólicos que puedan interrumpir el sueño.
¿Cuánto tiempo antes de dormir se recomienda tomar el último vaso de agua?
La hidratación es fundamental para el organismo, pero tomar agua demasiado cerca de la hora de dormir puede provocar interrupciones en el descanso. Según el consejo de Barón, el último vaso de agua debe tomarse al menos dos horas antes de dormir. Esta pausa permite que el cuerpo procese y elimine el líquido, reduciendo la probabilidad de que la persona deba levantarse durante la noche para ir al baño. Mantener una buena hidratación durante el día y limitar la ingesta de líquidos en las horas previas a dormir ayuda a lograr un descanso ininterrumpido.
Los efectos de usar el celular en la cama
Revisar el celular antes de dormir es un hábito común, pero que puede perjudicar la calidad del sueño. La luz azul que emiten las pantallas de dispositivos electrónicos altera la producción de melatonina, la hormona que ayuda al cuerpo a prepararse para dormir. Diversos estudios, como los realizados por la Sociedad Americana de Fisiología, han demostrado que esta luz engaña al cerebro al hacerle creer que aún es de día, interfiriendo en el ciclo natural del sueño y dificultando que se concilie el sueño con facilidad. Este fenómeno, conocido como “insomnio tecnológico”, afecta la capacidad de descanso y provoca consecuencias como fatiga, irritabilidad y dolores de cabeza al día siguiente.
Para mitigar estos efectos, los especialistas sugieren desconectar los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarse. Esto permite que el cerebro se adapte a la oscuridad y comience a liberar melatonina de manera natural. Como medida adicional, dejar el celular lejos de la cama o en otra habitación es una práctica útil para evitar la tentación de revisarlo durante la noche y asegurar un sueño más reparador.
En un contexto en el que el insomnio y el agotamiento afectan a gran parte de la población, adoptar prácticas que favorezcan un descanso adecuado es fundamental. La clave está en seguir una rutina sencilla y constante que, como muestra el ejemplo de Barón, resulta eficaz para afrontar el día a día con mayor energía y bienestar.