El café torrado es una de las variantes más consumidas en la Argentina, aunque está rodeado de mitos que distorsionan su percepción. Esta preparación, que consiste en tostar los granos con una pequeña cantidad de azúcar, ha generado muchas confusiones en torno a sus efectos en la salud y su calidad.
Es fundamental entender qué implica realmente este proceso y aclarar las ideas erróneas que lo rodean.
Mitos comunes sobre el café torrado
Uno de los principales mitos sobre esta variante consiste en que su contenido de azúcar es significativamente alto, lo que la volvería una opción menos saludable. Sin embargo, esta idea es incorrecta.
Durante el proceso de torrefacción, el azúcar se carameliza debido a las altas temperaturas, perdiendo su capacidad de endulzar y su aporte calórico. De hecho, la cantidad de azúcar residual en una taza de café torrado es mínima: representa menos de 0,1 gramos.
Para ponerlo en perspectiva, un sobre común de este producto tiene 60 veces más azúcar, lo cual significa que esta variante de la infusión no debería considerarse una bebida dañina.
Otro mito común es que el café torrado es de menor calidad. No obstante, los granos importados que se utilizan en la preparación de esta infusión en la Argentina están regulados por el Código Alimentario Argentino, que exige altos estándares.
Estos deben cumplir con los requisitos establecidos en la Tabla Oficial Brasilera, una de las clasificaciones más rigurosas a nivel mundial. Así, independientemente de si el café es tostado con o sin azúcar, los consumidores pueden confiar en lo que están bebiendo.
Algunas personas también creen que el proceso de torrefacción afecta negativamente el sabor. Si bien el caramelo resultante del azúcar tostado otorga un color oscuro al café, su impacto en el sabor es limitado.
De hecho, muchos consumidores prefieren el café torrado precisamente por el color y la intensidad que adquiere durante este proceso, características muy valoradas culturalmente en la Argentina.
Impacto positivo del café torrado en la salud
Además de los mitos relacionados con su calidad y contenido de azúcar, hay preocupaciones sobre los efectos del café torrado en la salud. Al contrario de lo que se suele pensar, el consumo moderado de este producto no es perjudicial. De hecho, todas las variedades de esta infusión pueden ofrecer beneficios para la salud.
Esta bebida contiene más de mil compuestos, entre los que se incluyen vitaminas, minerales y antioxidantes, que pueden tener efectos positivos en el organismo. Los antioxidantes, como el ácido clorogénico, contribuyen a combatir el daño oxidativo causado por los radicales libres, lo que puede ayudar a prevenir el envejecimiento celular y reducir el riesgo de enfermedades degenerativas.
Además, varios estudios han asociado el consumo regular de café con un menor riesgo de desarrollar diversas condiciones como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la depresión.
Es importante destacar que los efectos beneficiosos no se ven alterados por el proceso de torrefacción. Los compuestos clave, como el ácido clorogénico, permanecen en la infusión a pesar de la adición de azúcar durante el tostado. Por lo tanto, quienes disfrutan de esta variante pueden seguir beneficiándose de los diferentes compuestos sin preocuparse por el impacto del azúcar añadido.
El café torrado en el contexto cultural argentino
El café torrado tiene una larga historia en la Argentina, donde cerca del 90% de las tazas consumidas en los hogares son de este tipo de café. Esta práctica tiene su origen en las tradiciones de los inmigrantes españoles, quienes añadían azúcar durante la tostación para mejorar la conservación de los granos y protegerlos de la oxidación y la humedad.
Hoy en día, esta técnica sigue siendo muy popular en el país y se ha convertido en una parte esencial de la cultura del café en el país.
Además, el Código Alimentario Argentino reconoce y regula la torrefacción, lo que asegura que el producto cumpla con los estándares de calidad y seguridad alimentaria. A nivel internacional, la torrefacción también es permitida en muchos países, aunque con diferentes nombres y porcentajes de azúcar permitidos.
Los mitos que rodean a esta infusión suelen estar basados en malentendidos sobre su contenido de azúcar y su proceso de elaboración. Al desmitificar estos conceptos erróneos, es posible apreciar mejor las cualidades del café torrado y continuar disfrutándolo como parte de la cultura cotidiana.