En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar al 21 de junio como el Día Internacional del Yoga, con fin de concientizar sobre los beneficios de esta milenaria disciplina que se originó en la India, más aún en el contexto actual de pandemia, donde quienes la practican experimentaron notables cambios en su cuerpo y en su mente.
El término “yoga” proviene del sánscrito y significa unión: la unión del cuerpo y la mente. Ello se logra a través de poses corporales y del manejo de la respiración con el fin de calmar la ansiedad y lograr un estado de meditación. Una serie de referentes de la disciplina expresaron cuáles son los beneficios de la práctica del yoga, sin ser indiferentes al marco global impartido por el coronavirus.
1) Dejar de pensar en la pandemia
John Witt, un prestigioso maestro de yoga reconocido en Asia por sus clases de yoga dinámico y que hoy se dedica al modo terapéutico en Nueva York, afirmó en un reportaje publicado por Naciones Unidas que durante el tiempo que esta disciplina se practique, la persona dejará de pensar en la pandemia, ya sea por por 5, 20 ó 60 minutos.
“Durante ese lapso, no se piensa en la pandemia, no se discute con alguien de la familia o se siente la soledad; te sientes conectado. Puede ser mediante un video en YouTube o recibiendo instrucciones en directo a través de una plataforma digital. Es una distracción positiva, muy agradable y reparadora por naturaleza. Tenemos que pensar que el estrés es como un bote de basura y que lo estamos vaciando, entonces podremos afrontarlo de nuevamente, ya que es inevitable porque lo tendremos cada día que despertemos”, aseguró Witt.
“En el contexto actual, el yoga apoya el estado físico de las personas que, en general, se mueven menos por la limitación de las actividades fuera de casa y, sobre todo, sirve como instrumento para mantener un equilibrio mental”, explicó el maestro, resaltando la importancia de aprender a meditar.
2) El “coronasomnio”
Las personas no pueden dormir porque la pandemia los pone nerviosos, ansiosos y los estresa: las deudas se acumulan, la familia está más tiempo en casa, los encuentros sociales se suspendieron, las malas noticias abundan y las rutinas quedaron afectadas.
Pero el reloj es implacable durante la noche, ya que su tic-tac continúa y el sueño brilla por su ausencia. Es importante saber que el impacto del insomnio, sostenido en el tiempo, provoca problemas de salud y afecta la calidad de vida. Durante el aislamiento de la pandemia, los estudios científicos revelaron que muchas personas perdieron la noción de los días, las semanas y las horas. Además, descansar mal o de manera insuficiente debilita el sistema inmune.
El yoga es un buen aliado contra el insomnio, ya que activa el sistema parasimpático, que es el encargado de bajar los niveles de estrés del organismo. Un correcto estiramiento antes de acostarse favorece la relajación de los grupos musculares.
La respiración profunda pero lenta actúa como un potente relajante a la hora de apoyar la cabeza en la almohada y colabora en el alivio de las tensiones musculares, que muchas veces nos impiden conciliar el sueño. Además, una correcta oxigenación hace que la mente se despeje y que pueda desconectarse de la ansiedad y de la incertidumbre con la que se vive a diario por la pandemia.
Para quienes nunca practicaron ejercicios de respiración, los maestros del yoga recomiendan inspirar, sostener la respiración durante cuatro segundos y exhalar durante seis. Así, al menos diez veces. De ese modo, se logran aliviar las tensiones del día, el cuerpo se relaja y la mente se libera.
Finalmente, las relajaciones o visualizaciones guiadas son el aliado perfecto de los ejercicios de respiración. Si no se tiene experiencia, se puede probar con alguna aplicación o un video de YouTube y seguir las instrucciones que son muy sencillas pero efectivas, a la hora de terminar con el insomnio de una manera natural.
3) Hábitos saludables en la comida
John Witt asegura que el yoga genera hábitos saludables alimentarios, ya que quienes lo practican empiezan a comer mejor. Justamente, una buena digestión ayuda a que los acontecimientos adversos puedan ser procesados de una mejor manera.
Es sabido que los alimentos influyen en el funcionamiento de la mente y del cuerpo. Esto puede encontrarse en los textos más antiguos de la tradición hindú, como el Hatha Yoga Pradipika y el Baghabad Ghita. El plan de alimentación ideal se orienta en ingerir aquellos alimentos que puedan nutrir el cuerpo y la mente, que aporten un equilibrio en el ánimo, en la concentración, en la lucidez y en el equilibrio.
La dieta yóguica es lactovegetariana. Por eso, la leche, el queso y el yogur -todos descremados- son los únicos alimentos que se consumen de origen animal, ya que son bajos en grasas y ricos en hidratos de carbono. Verduras y frutas, legumbres, cereales, frutos secos y lácteos deben ser consumidos a diario, evitando los de origen procesado y prefiriendo los orgánicos o ecológicos, los frescos y maduros. Lo ideal es que tantos las verduras como las frutas se consuman crudas o apenas cocidas para que conserven todos sus nutrientes.
Finalmente, los maestros del yoga recomiendan tres reglas simples para una correcta ingesta alimentaria: llenar solo la mitad del estómago con alimentos, una cuarta parte con agua y dejar libre el cuarto restante. El punto es nunca saciarse.
4) Menos estrés
John Witt dice que “el yoga nos hace más maleables a nivel mental y físico para afrontar el estrés de la pandemia”. Asegura que este contexto es ideal para experimentar todos los beneficios de esta disciplina, incluso, para quienes nunca la practicaron.
“Es un muy buen momento para empezar. Hace falta practicar yoga: soy un convencido de que hay que hacerlo en estos momentos. No puedo imaginarme hoy sin hacer yoga: me sentiría desconsolado, confundido y sin saber qué hacer. Por eso, practico al menos 20 minutos al día para sentirme equilibrado. Lo mejor es que no importa la edad o la capacidad: todos podemos encontrar algún estilo de yoga que nos ayude a atravesar este momento”, dijo Witt a Naciones Unidas.
Por su parte, la Clínica Mayo refuerza esa idea y asegura que, en distintos estudios, se ha demostrado que el yoga puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Tiene la capacidad de mejorar el estado de ánimo y la sensación general de bienestar, pero también, puede controlar los síntomas de depresión y de ansiedad que se presenten por situaciones difíciles.
5) Mejorar la respiración
“Al practicar respiración profunda, introducimos mecánicamente mayores cantidades de oxígeno, lo cual contrarresta el trabajo sobrecargado del corazón y -al ayudar a este órgano vital- automáticamente baja el bombeo de la sangre a los músculos y el cuerpo se relaja. Respiración consciente, respiración profunda”, agregó el maestro de yoga, John Witt. “Es algo fácil que hacemos todos los días pero la mayoría de las personas no lo hace correctamente porque utiliza el pecho en vez del diafragma. Cuando hacemos bien, entran mayores cantidades de oxígeno al organismo y nos sentimos más relajados”. dijo.
“Duplicar el tiempo que dura la exhalación en cualquier momento, es una muy buena forma de relajarnos. Contar de una manera muy simple, por ejemplo hasta tres y luego regresivamente, nos reduce el estrés y la sensación de estar desbordados. Se puede elegir cualquier pose de yoga que nos guste, o cualquier técnica de respiración y hacerla en distintos momentos del día: dos minutos ahora, y cinco minutos más tarde”, destacó el profesional.
6) Mayor responsabilidad del espacio propio, del espacio colectivo e incremento de la capacidad de resiliencia
El contexto de pandemia nos hace más responsables de nuestro espacio y eso ayuda en un ambiente colectivo, debido a que somos más conscientes de lo que hacemos. En tal sentido, John Witt resalta que “lo mejor del yoga, es que nos enseña a asumir la responsabilidad de nuestras acciones y nos hace más resilientes”.
La resiliencia, o entereza, es la capacidad que tiene una persona para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos. Una de las características más importantes de los resilientes es que aceptan la realidad tal como es, sin maximizar ni minimizar sus problemas o preocupaciones. Es decir, las personas resilientes miran la realidad de manera objetiva y no se incurren en victimización.
La capacidad de resiliencia se puede entrenar y posee innumerables beneficios como la disminución de los trastornos del ánimo, vivir más conformes con el presente, saber cómo enfrentar cualquier tipo de situación que se presente, padecer menos trastornos del estado del ánimo o depresión y ayudar a las demás personas a tener una actitud positiva frente a la vida, a pesar de las circunstancias.
7) Mejorar la inmunidad
Ayurveda es el nombre de la medicina tradicional y alternativa de la India -surgida hace 5 mil años- cuyo objetivo es la unificación del cuerpo, la mente y el espíritu. Así, la enfermedad y la salud son el resultado de la confluencia de tres aspectos principales de la existencia o doshas.
La palabra Ayurveda proviene de las raíces sánscritas «ayuh» o ‘vida’, y «vidya» o ‘saber’. El director de la Fundación de Salud Ayurveda Prema, el doctor Jorge Berra, afirma que se trata de un sistema médico tradicional de la India reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ante las enfermedades, tiene un enfoque integral para el equilibrio mente-cuerpo, optando por tratamientos naturales basados en la alimentación, como asimismo, y el uso racional y científico de plantas medicinales locales.
Para mejorar la inmunidad, Berra recomienda consumir una o dos veces por día un te preparado con albahaca, canela, pimienta negra, jengibre seco y pasas secas. Además, es muy beneficioso tomar una o dos veces al día “leche dorada”, una preparación que se realiza con media cucharadita de té de cúrcuma en polvo disuelta en 150 ml de leche caliente.
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