Métodos clásicos, variantes modernas, recomendaciones habituales, consejos excéntricos. La información abunda. La búsqueda de la figura soñada está ligada a un sinfín de teorías basadas en conceptos muy disimiles entre sí y con dudosa veracidad. Por eso siempre es conveniente escuchar a los que saben.
Para proceder correctamente en las rutinas de entrenamientos, el profesor de educación física y personal trainer Francisco Ozores clarificó con Infobae aquellas incógnitas frecuentes que invaden la mente de quienes inician una vida fit.
1- En la rutina conviene empezar con aeróbico
"Depende del objetivo. Si el entrenamiento cardiovascular se toma como un medio para mejorar el estado aeróbico, como por ejemplo lo hace un runner, se recomienda hacerlo al inicio, dedicándole a ese bloque la mayor energía", dijo Ozores. En este caso se requieren aproximadamente entre 15 y 20 minutos para recién empezar a quemar grasa. "Ahora, si el objetivo es atacar las grasas, se recomienda hacerlo después de un trabajo de fuerza, ya que durante este quemamos el glucógeno, el azúcar en sangre y directamente cuando te sentás en la cinta ya lo estás haciendo", explicó.
2- La fórmula para definir es hacer más repeticiones con menos peso
Las repeticiones favorecen la dureza o el tono muscular, pero la definición la va a dar la quita de grasa. Por ende, realizar más repeticiones con menor peso no asegura que se vaya a definir los músculos. "Para marcarlos se tienen que luego quitar la grasa subcutánea (que está por encima) con aeróbico y dieta", sostuvo Ozores.
3- Si el entrenamiento no duele, no funciona
Es falso. Si ya se tiene la adaptación muscular, se puede haber entrenado correctamente y no necesariamente debe aparecer el dolor. "Que duela no quiere decir que hayas entrenado bien, y que no duela no quiere decir que hayas entrenado mal. Simplemente depende de la tolerancia del ácido láctico y de la adaptación que ya tengas al entrenamiento".
4- No estirar después de entrenar
Una vez terminada la rutina es fundamental agregar los estiramientos tanto para "hacer una vuelta a la calma y bajar las pulsaciones, como para generar una mejora en la resistencia de la flexibilidad, y recuperar el tono muscular y evitar lesiones después de un trabajo de fuerza", comentó el experto, que señaló además la diferencia entre estirar y elongar: el estiramiento es una pequeña ayuda de pocos segundos para entrar en calor al comienzo, mientras que la elongación es un sistema de entrenamiento de la flexibilidad mucho más prolongado para después de finalizar la práctica.
5- A más días y horas de práctica, mayores serán los resultados
"Falso. La cantidad de entrenamiento, de horas o de sesiones va a depender del objetivo y de la capacidad que estés trabajando. Toda distinta capacidad (sea la fuerza, la flexibilidad, la resistencia, la coordinación) necesitan su tiempo de recuperación". El exceso de entrenamiento atenta contra los resultados e incrementa el riesgo a padecer lesiones o fatiga.
6- Es más efectivo hacer ejercicio en la mañana
Esto dependerá del biorritmo, a pesar de que la mañana puede ser más propicia, ya que las hormonas anabólicas -como la testosterona- están más predispuestas debido a las horas de sueño y el nivel de insulina es más elevado luego de un buen desayuno. Hay personas que son más predispuestas a efectuar cualquier tipo de actividad, no solo física sino también cognitiva, a la mañana y otros en cambio, a la noche.
7- Entrenar por la noche perjudica al sueño
En este punto también entra en juego el biorritmo. Entrenar incrementa las pulsaciones y activa el sistema nervioso generando una excitación. Pero también produce un lógico cansancio, que se refleja más tarde en la relajación. Ozores asegura que todo dependerá de las costumbres personales. La excitación para el que entrena frecuentemente por la noche no será tan elevada. Tal es así que incluso este hábito acompañado de una buena alimentación puede recuperar un sueño más profundo.
8- Hacer ejercicios en ayunas
Es un método del que mucho se ha hablado y debatido. Pero la realidad es que no aporta ningún beneficio. Su efectividad está comprobada en casos muy particulares, personas que trabajan a nivel muy profesional, como en el físicoculturismo. "Pero es 'cero' recomendable para la gente convencional, ya que peligra una hipoglucemia (no tener azúcar en sangre). Además, el rendimiento de fuerza es muy bajo porque el glucógeno muscular después de tantas horas de ayuno está por el piso", acotó el especialista.
9- Alimentarse antes/después de entrenar
"Los dos son muy importantes. Comer antes para tener la energía necesaria y post-entrenamiento para recuperar lo que desgastamos". Ozores aconsejó que si el entrenamiento es aeróbico y lo que se pretende es quemar el sistema debe consistir en una comida con carbohidratos restringidos y muchas proteínas previo a la actividad, y volver a recuperar las proteínas musculares -esta vez sin carbohidratos- para seguir atacando las grasas después de los ejercicios. En cambio, en los entrenamientos de fuerza será necesaria una buena dosis de carbohidratos y proteínas tanto antes como luego de entrenar para generar la hipertrofia o tono muscular.
10- Cuanto más se suda, más se adelgaza
Otra creencia falsa. El sudor también está ligado a una cuestión termostática del cuerpo, cuando este tiende a generar una homeostasis para hacer un equilibrio de la temperatura externa, como por ejemplo sucede en un sauna, donde se traspira pero no se trabaja sobre la grasa. "Algunos creen que por traspirar están quemando más y apelan a abrigarse demás o usar fajas térmicas. Con esto no solo no queman sino que peligra una deshidratación", puntualizó el personal trainer, que contó que la grasa corporal se disminuye solo con aeróbico.
11- Llegada cierta edad ya no se debe ejercitar
No hay un límite para el entrenamiento. Por el contrario, con el correr de los años se necesita cada vez más porque se van perdiendo las capacidades físicas y exigirlas a través de del ejercicio físico evitará problemas posteriores, como las osteoporosis. De todos modos es importante elegir la actividad adecuada para cada caso.
12- Es necesario consumir suplementos proteicos
"El suplemento acompaña. Pero primero lo que hay que hacer es la dieta, y si esta es la correcta no es necesario porque ningún suplemento reemplaza a la comida", aseveró. ¿En qué casos convienen? Cuando se entrena la cantidad correcta y se sigue la dieta requerida, pero los resultados demuestran que la rutina no alcanza, es recién cuando los suplementos surgen como opción.
13- Los carbohidratos aumentan de peso
Los carbohidratos no engordan. "Lo que engorda es no quemarlos o no elegir el momento apropiado para consumirlos", especifica Ozores. Por ejemplo, no habrá problemas en consumirlos durante el día previo a entrenar o aproximadamente antes de seis horas de dormir porque todavía hay tiempo durante el día para quemarlos. También influye la calidad de carbohidratos, sean integrales (galletas de arroz, pan integral, avena o cereales) o simples (azúcar, golosinas, harinas, entre otros).
14- Hacer muchos abdominales para reducir la grasa del vientre
Para disminuir la barriga hay que variar primero la dieta, asesorarse con una especialista en nutrición, y después vendrán las tareas aeróbicas y continuas, de intensidad moderada. Cuando el exceso de grasa de la zona bajó, comienza la etapa para trabajar los músculos con abdominales. En cambio, realizar abdominales antes que aeróbico cuando hay una acumulación de grasa en el tejido subcutáneo solo aumentará el volumen.
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