Deficiencia de vitamina D, una condición que afecta al 50 % del mundo

Millones de personas enfrentan riesgos de salud. Su aporte es crucial para el sistema óseo y el bienestar inmunológico

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La vitamina D es clave
La vitamina D es clave para la salud ósea y muscular, pero millones presentan niveles insuficientes

Cleveland Clinic ha puesto de manifiesto que aproximadamente el 35 % de los adultos en los Estados Unidos y hasta el 50 % de la población mundial presentan niveles insuficientes de vitamina D, una condición que puede tener graves consecuencias para la salud. Según informaron, esta deficiencia afecta principalmente a los huesos y músculos, pero también puede influir en el sistema nervioso y el sistema inmunológico. La “vitamina del sol”, como se la conoce, es esencial para la absorción de calcio y fósforo, minerales clave para el desarrollo y mantenimiento óseo.

De acuerdo con Yale Medicine, la deficiencia puede ser difícil de detectar, ya que muchas personas no presentan síntomas evidentes. Sin embargo, en casos más severos, los afectados pueden experimentar dolor muscular, debilidad, espasmos, sensibilidad aumentada al dolor e incluso fracturas óseas.

En niños, esta condición puede derivar en raquitismo, una enfermedad que provoca deformidades óseas como piernas arqueadas. En adultos, la deficiencia severa puede causar osteomalacia, una condición caracterizada por huesos blandos y dolor crónico. Además, según ese medio, esta deficiencia puede estar relacionada con un mayor riesgo de caídas en personas mayores debido a la debilidad muscular.

La deficiencia de vitamina D
La deficiencia de vitamina D puede permanecer oculta durante años, desencadenando problemas graves como osteoporosis y debilidad muscular

Causas y factores de riesgo de la deficiencia de vitamina D

La falta de exposición al sol es una de las principales causas de esta deficiencia. Según Cleveland Clinic, la piel produce vitamina D cuando se expone a la luz solar, pero factores como el uso de protector solar, la pigmentación oscura de la piel, la edad avanzada y la ubicación geográfica pueden limitar esta producción. Por ejemplo, las personas que viven en climas más oscuros o que pasan la mayor parte del tiempo en interiores tienen un mayor riesgo de desarrollar niveles insuficientes de esta vitamina.

La exposición solar moderada, sin
La exposición solar moderada, sin protector, tres veces por semana puede ayudar a estimular la producción natural de vitamina D (Imagen Ilustrativa, no real, realizada por IA)

Además, Yale Medicine destacó que ciertas condiciones médicas pueden dificultar la absorción de vitamina D, como la enfermedad inflamatoria intestinal (Crohn o colitis ulcerosa), la enfermedad celíaca, la fibrosis quística y el fallo renal o hepático. Las personas que han pasado por cirugías bariátricas o que han tenido secciones del intestino delgado removidas también enfrentan desafíos para absorber esta vitamina. Asimismo, algunos medicamentos y tipos de cáncer, como el linfoma, pueden interferir.

Otro factor importante es la dieta. Aunque algunos alimentos contienen vitamina D, como el pescado graso, los huevos y los productos fortificados, no siempre es suficiente para cubrir las necesidades diarias. En diálogo con Telegraph, Nichola Ludlam-Raine, dietista especializada y autora del libro How Not To Eat Ultra-Processed (Cómo no comer alimentos ultraprocesados), contó que las leches vegetales fortificadas y los cereales enriquecidos pueden ser opciones útiles para aumentar la ingesta de esta vitamina. Sin embargo, en muchos casos, la suplementación es necesaria para alcanzar niveles óptimos.

Factores como la dieta, la
Factores como la dieta, la exposición solar limitada y ciertas enfermedades explican el alarmante aumento de la falta de vitamina D (Europa Press)

Síntomas y consecuencias de la deficiencia de vitamina D

Aunque muchas personas con deficiencia de vitamina D no presentan síntomas, Nichola Ludlam-Raine detalló una serie de señales que podrían indicar niveles bajos de esta vitamina. Entre ellas, se encuentran el cansancio crónico, la propensión a infecciones, el dolor óseo, la debilidad muscular, la pérdida de cabello, la cicatrización lenta de heridas y, en algunos casos, el aumento de peso. Por ejemplo, un estudio de 2015 publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, encontró que el 89 % de las participantes con fatiga crónica presentaban niveles deficientes de vitamina D.

Además, en cuanto a las infecciones, la dietista señaló en diálogo con Telegraph que la vitamina D desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico.

Esto se debe a que algunos estudios han sugerido que la suplementación con esta vitamina podría reducir el riesgo de infecciones respiratorias agudas, aunque los resultados no son concluyentes. Según contó a ese medio el profesor Ashley Grossman, experto en endocrinología de la Universidad de Oxford, “la evidencia empírica sugiere que los suplementos de vitamina D podrían ayudar a reducir el riesgo de infecciones respiratorias en niños”.

No obstante, subrayó que las recomendaciones sobre la cantidad de vitamina D a consumir varían entre 400 y 2.000 unidades internacionales (UI), siendo 800-1.000 UI la dosis más comúnmente vendida.

La deficiencia de vitamina D
La deficiencia de vitamina D en niños puede provocar raquitismo, una enfermedad que resalta la importancia de consultas médicas tempranas (Imagen Ilustrativa, no real, realizada por IA)

Tratamiento y prevención

El tratamiento para la deficiencia de vitamina D generalmente incluye suplementos y cambios en el estilo de vida. Según Yale Medicine, los médicos pueden recetar dosis específicas, dependiendo de la gravedad de la deficiencia, la edad, el peso y si la persona está embarazada o lactando.

Los suplementos pueden ser de vitamina D₂ (ergocalciferol) o D₃ (colecalciferol), siendo esta última la forma más efectiva para aumentar los niveles en sangre. En casos de malabsorción, como en pacientes con fibrosis quística o enfermedad celíaca, se pueden requerir dosis más altas o medicamentos específicos como el calcidiol.

Además, se recomienda consumir alimentos ricos en vitamina D, como pescados grasos (salmón, sardinas, atún), y productos fortificados como cereales, jugos y leches.

"El salmón y otros pescados
"El salmón y otros pescados grasos son excelentes fuentes de vitamina D, esenciales para mantener niveles adecuados en el organismo (Imagen Ilustrativa, no real, realizada por IA)

En cuanto a la exposición solar, algunos médicos sugieren pasar al menos 15 minutos al sol tres veces por semana, sin protector solar, para estimular la producción de vitamina D en la piel. No obstante, otros expertos desaconsejan esta práctica debido al riesgo de cáncer de piel asociado con la exposición directa al sol.

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