Iniciar RCP dentro de los primeros 10 minutos de un paro cardíaco aumenta exponencialmente las tasas de supervivencia

Una investigación del Saint Luke’s Mid America Heart Institute y la Universidad de Missouri-Kansas City confirmó que la velocidad con la que un testigo inicia la reanimación cardiopulmonar (RCP) ante un caso de paro cardíaco puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, o entre un desenlace con secuelas graves o una recuperación completa.

El estudio, cuyos impactantes resultados se presentarán en el Simposio de Ciencias de la Reanimación de la Asociación Estadounidense del Corazón, que se celebrará los días 16 y 17 de noviembre, examinó cerca de 200.000 casos de paro cardíaco extrahospitalario y reveló que iniciar la RCP dentro de los primeros diez minutos resulta esencial para aumentar las posibilidades de supervivencia sin daños neurológicos significativos.

El paro cardíaco es un evento crítico en el que el corazón deja de bombear sangre súbitamente, interrumpiendo el flujo sanguíneo hacia el cerebro y otros órganos. Cuando esto sucede, los órganos vitales se ven privados de oxígeno, y en cuestión de minutos, esta falta de circulación puede causar daños irreparables o la muerte. La RCP, al presionar el pecho de la persona afectada, ayuda a mantener el flujo de sangre al corazón y al cerebro, proporcionando tiempo valioso hasta que lleguen los equipos de emergencia.

Este reciente estudio subraya que la intervención inmediata de un transeúnte, preferiblemente dentro de los primeros diez minutos, es determinante. Quienes reciben RCP en este período tienen un 81 % más de probabilidades de sobrevivir hasta el alta hospitalaria, y un 95 % más de posibilidades de superar el episodio sin daño cerebral significativo.

De los casos analizados entre 2013 y 2022, quienes recibieron RCP en los primeros minutos tras el paro cardíaco mostraron significativamente mejores tasas de supervivencia y menos secuelas neurológicas que aquellos que no recibieron asistencia temprana.

Este análisis abarca un total de 160.822 casos de paros cardíacos extrahospitalarios ocurridos en Estados Unidos entre 2013 y 2022. La investigación se centró en evaluar cómo el tiempo de inicio de la RCP por transeúntes influye en la supervivencia y el estado neurológico de los pacientes tras el alta hospitalaria. De la muestra, la edad promedio fue de 64 años y, aunque más del 9 % de los casos involucraban a mujeres, la mayoría eran hombres.

Los investigadores compararon las tasas de supervivencia y los resultados neurológicos entre los pacientes que recibieron RCP en distintos momentos y aquellos que no la recibieron, encontrando que cada minuto de retraso reduce la efectividad de esta intervención.

Entre las limitaciones señaladas en el estudio, los investigadores subrayan que el tiempo promedio de llegada de los servicios de emergencia fue de aproximadamente 10 minutos. Esto implica que, en muchos casos, los resultados positivos de la RCP temprana pudieron estar influenciados por la llegada de los paramédicos en ese tiempo. Además, los casos en los que no se inició la RCP por testigos antes de los 10 minutos mostraron una disminución considerable en la supervivencia, lo que indica que, en circunstancias donde la atención médica no llega a tiempo, los efectos de la RCP realizada tardíamente pueden ser limitados.

La investigación pone en primer plano el papel fundamental que desempeñan los transeúntes al ser los primeros en responder ante un paro cardíaco fuera del hospital. En muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte puede depender de que alguien en el lugar inicie la RCP antes de la llegada de los servicios médicos de emergencia. Según el doctor Evan O’Keefe, coautor del estudio, las acciones rápidas de un testigo pueden ser determinantes: “Si ve a alguien que necesita reanimación cardiopulmonar, no se obsesione con el tiempo que lleva inconsciente; sus acciones rápidas podrían salvarle la vida”, afirmó en un comunicado de prensa.

Los especialistas señalan que, aunque la RCP es una técnica accesible, es crucial aprenderla de fuentes confiables y actualizadas, ya que las recomendaciones pueden evolucionar con la investigación médica.