El hábito laboral que acelera el envejecimiento: cómo hacer para evitarlo

Este hallazgo ha encendido las alarmas de los expertos en salud pública, quienes señalan que los efectos adversos se asemejan al impacto de otras actividades perjudiciales como el fumar

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La American Heart Association advierte que más de 10 horas diarias sentado incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)
La American Heart Association advierte que más de 10 horas diarias sentado incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la era moderna, donde el trabajo frente a una pantalla es la norma, el acto cotidiano de sentarse durante horas parece inofensivo. Sin embargo, investigaciones recientes señalan que este hábito aparentemente inofensivo está teniendo consecuencias graves en la salud. Estudios demuestran que pasar largas horas sentado no solo incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, sino que también acelera el proceso de envejecimiento.

Según Katy Bowman, biomecánica y autora del libro My Perfect Movement Plan, “sentarse en realidad te está haciendo envejecer más rápido”, ya que afecta la salud ósea, muscular y metabólica de manera significativa. Bowman afirma que lo que comúnmente se percibe como signos naturales de envejecimiento pueden estar relacionados en gran medida con el tiempo que pasamos sentados.

Las consecuencias de este estilo de vida sedentario no se limitan al dolor de espalda o la pérdida de masa muscular. Según un estudio reciente de la American Heart Association, pasar más de 10 horas al día sentado incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón y reduce la esperanza de vida, incluso en personas que se ejercitan regularmente. Este hallazgo ha encendido las alarmas de los expertos en salud pública, quienes señalan que los efectos adversos de estar sentado durante períodos prolongados se asemejan al impacto de otras actividades perjudiciales como el fumar.

El sedentarismo laboral incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y reduce la esperanza de vida, incluso con ejercicio regular (Imagen Ilustrativa Infobae)
El sedentarismo laboral incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y reduce la esperanza de vida, incluso con ejercicio regular (Imagen Ilustrativa Infobae)

Pero, ¿cómo podemos revertir o mitigar estos efectos si nuestros trabajos exigen largas horas en una silla? Aunque eliminar por completo el sedentarismo laboral puede parecer imposible, los expertos coinciden en que existen formas efectivas de contrarrestar estos daños. Desde la incorporación de rutinas de movimiento, el uso de escritorios de pie hasta el hábito de tomar descansos frecuentes, se pueden implementar varias estrategias para mejorar la salud y evitar los estragos de pasar largas horas sentado.

El impacto del sedentarismo en la salud

Diversos estudios subrayan los efectos devastadores de permanecer sentado por largos períodos en la salud física. Sentarse afecta negativamente el sistema cardiovascular, ya que reduce la circulación sanguínea y propicia el desarrollo de enfermedades cardíacas. La American Heart Association ha advertido que sentarse más de 30 minutos sin interrupciones puede comenzar a comprometer el flujo sanguíneo, aumentando los riesgos de sufrir enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. En el caso de las personas que pasan más de ocho horas al día en sus escritorios, las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares aumentan considerablemente, independientemente de si cumplen con las pautas recomendadas de actividad física.

El impacto también alcanza la regulación del azúcar en la sangre y el control del peso corporal. Permanecer inactivo durante periodos prolongados afecta la capacidad del cuerpo para descomponer la glucosa y las grasas en el torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad. Un dato llamativo es que, comparado con la década de 1970, los trabajadores estadounidenses queman unas 100 calorías menos por día, lo que equivale a aproximadamente 30 minutos de caminata. Este déficit de actividad es un reflejo del estilo de vida moderno, en el que la mayoría de las actividades laborales y recreativas se realizan sentados frente a una pantalla.

Superar las 10 horas diarias sentado se asemeja al impacto de otras actividades perjudiciales como fumar (Imagen ilustrativa Infobae)
Superar las 10 horas diarias sentado se asemeja al impacto de otras actividades perjudiciales como fumar (Imagen ilustrativa Infobae)

Además de los efectos físicos, el sedentarismo prolongado impacta la salud mental. Estar sentado durante horas reduce la actividad en los grandes músculos de las piernas, lo que puede llevar a una disminución en la producción de ciertas sustancias químicas en el cerebro que regulan el estado de ánimo, y con el tiempo puede contribuir a la ansiedad y depresión. Algunos estudios señalan que el simple hecho de reducir el tiempo sentado en el día puede mejorar la concentración y el estado de ánimo general, especialmente en aquellos que realizan tareas de alta demanda cognitiva.

Consejos prácticos para evitar los efectos de estar demasiado tiempo sentado

Si bien pasar largas horas sentado es inevitable para muchos, los expertos proponen algunas estrategias para reducir sus efectos negativos:

  • Añadir movimiento a la rutina diaria: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU recomiendan al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Sin embargo, quienes pasan muchas horas sentados pueden necesitar hasta el triple de esta cantidad para contrarrestar los efectos del sedentarismo. Actividades como caminar, subir escaleras y realizar breves estiramientos durante el día ayudan a mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedades asociadas.
  • Tomar descansos frecuentes: una de las recomendaciones más simples y efectivas es ponerse de pie cada 30 minutos y caminar un poco. El ejercicio fisioterapeuta Brian Cleven sugiere incluso realizar pequeños ejercicios en el lugar de trabajo, como flexionar los pies o levantar los talones mientras se está sentado, para activar la circulación y reducir la fatiga muscular.
  • Utilizar un escritorio de pie: aunque trabajar de pie puede no ser una solución definitiva, permite cambiar de posición y mantener los músculos activos. Sin embargo, los especialistas advierten que no debe utilizarse como reemplazo de la actividad física regular. El objetivo es alternar entre estar de pie y sentado a lo largo del día para mantener la circulación activa y evitar los problemas derivados de permanecer en una misma posición.
La inactividad prolongada afecta el metabolismo, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad (Imagen Ilustrativa Infobae)
La inactividad prolongada afecta el metabolismo, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2 y obesidad (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Incorporar fidgeting o pequeños movimientos: en situaciones en las que no es posible levantarse, como durante un viaje, se pueden hacer movimientos pequeños o ajustes de posición, como cambiar la postura de las piernas o estirar los brazos. Aunque esta estrategia no reemplaza la actividad física, ayuda a reducir la tensión en los músculos y a mejorar la circulación.
  • Establecer recordatorios y objetivos de movimiento: con la tecnología actual, existen aplicaciones y dispositivos que pueden ayudar a recordar a las personas que deben moverse. Además, pequeños paseos después de las comidas, como sugiere el Dr. Edward Phillips de la Harvard Medical School, son beneficiosos para la regulación de la glucosa y el estado de ánimo, permitiendo además romper la rutina de inactividad.

En una sociedad en la que el sedentarismo se ha vuelto inevitable para muchos, los expertos destacan la importancia de implementar hábitos de movimiento regulares a lo largo del día. Aunque las pautas tradicionales de ejercicio físico siguen siendo relevantes, cada vez más estudios apuntan a que es crucial limitar el tiempo sentado para reducir el impacto de un estilo de vida sedentario. Al final, como apunta el Dr. Marc Hamilton, experto en fisiología de los músculos de la Universidad de Houston, “nuestros cuerpos fueron hechos para moverse durante todo el día”.

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