- Expertos en psicología explican que el miedo controlado, como películas de terror, provocan sensaciones de adrenalina y alivio.
- Las experiencias aterradoras compartidas fortalecen los lazos sociales y promueven la resiliencia emocional.
- Celebraciones como Halloween permiten a niños y adultos experimentar el miedo en un entorno seguro, lo cual estimula la creatividad y el sentido de pertenencia.
Lo esencial: según estudios, el miedo controlado atrae a muchas personas porque permite experimentar emociones intensas sin riesgo. La Universidad de Aarhus incluso encontró que quienes disfrutan del terror en el ocio son más resilientes ante situaciones adversas, como en la pandemia. En los niños, festividades como Halloween o cuentos de terror ayudan a procesar el miedo y desarrollar habilidades para enfrentar el estrés. Este tipo de miedo, además, promueve el bienestar emocional y la conexión social.
Qué es el miedo
El miedo es una experiencia desagradable que se desea evitar a toda costa. Sin embargo, hay quienes se sienten atraídos por la adrenalina de un buen susto. Son aquellos que se lanzan a ver la última película de terror o celebran Halloween con toda la alegría. Y esto ocurre tanto en adultos como en niños.
¿Qué impulsa esta fascinación por el miedo? Florencia Alfie (MN 47873), licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó a Infobae: “El miedo, por definición, es una emoción básica y universal que todos los seres humanos experimentamos. Se activa como respuesta a situaciones que percibimos o decodificamos como peligrosas/amenazantes y las mismas pueden ser reales o imaginarias”.
Y añadió: “Es un proceso emocional que nos avisa cuando algo puede poner en riesgo nuestra integridad. Decimos que el miedo cumple una función adaptativa: está al servicio de nuestra supervivencia”. Así, el terror que producen las películas de zombies o los cuentos de misterio provocan una mezcla de emociones que tienen su finalidad.
Sarah Kollat, profesora de Psicología, Penn State, explicó en un artículo en The Conversation que las emociones evolucionaron como una experiencia universal en los humanos porque ayudan a sobrevivir. “Crear miedo en vidas que de otro modo serían seguras puede ser agradable y es una forma de que las personas practiquen y se preparen para los peligros de la vida real”.
La experta señaló: “Las experiencias de miedo controlado (en las que puedes hacer clic en el control remoto, cerrar el libro o salir de la casa embrujada cuando quieras) ofrecen el subidón fisiológico que desencadena el miedo, sin ningún riesgo real”.
Cómo reacciona el cuerpo ante el miedo
El doctor Ricardo A. Rubinstein, médico psicoanalista, y miembro titular en función didáctica APA, describió en una nota reciente en Infobae: “Frente a un peligro o amenaza hay tres reacciones posibles a nivel psicológico: la fuga, la lucha o la parálisis”.
Además, a nivel corporal ocurren muchas reacciones. Es en ese tono que el especialista indicó: “Se segregan aminas endógenas, adrenalina, que preparan al corazón, a los músculos y a todo el organismo para la lucha o la fuga. Todo esto ocurre a nivel biológico”.
Esta reacción física es crucial cuando nos enfrentamos a una amenaza real. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando vemos una película de terror? “Cuando experimentamos miedo controlado (como los sobresaltos de un programa de televisión sobre zombis), podemos disfrutar de esta sensación de energía, similar a la euforia del corredor, sin ningún riesgo. Y luego, una vez que nos enfrentamos a la amenaza, nuestro cuerpo libera el neurotransmisor dopamina, que proporciona sensaciones de placer y alivio”, describió Kollat.
Un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología reveló que las experiencias de miedo controlado, como recorrer una casa embrujada, reducen la actividad cerebral ante ciertos estímulos y disminuyen la ansiedad en los participantes después de la exposición.
“Este hallazgo sugiere que ver películas de terror, historias de miedo o videojuegos llenos de suspenso puede, en realidad, tranquilizarnos. Este efecto también podría explicar por qué mi marido y yo decidimos relajarnos viendo películas de zombis después de un día ajetreado de trabajo”, señaló Kollat.
A su vez, la licenciada Alfie explicó qué ocurre en los niños y adolescentes: “El misterio y el temor que rodea a los personajes de terror los convierte en adictivos para ellos, ya que les genera adrenalina. Esto produce una sensación de euforia, excitación y de sentirse vivos. Esta respuesta puede ser placentera para muchos, similar a la sensación que se experimenta al practicar un deporte extremo”.
La experta aseguró que las películas y juegos de terror permiten experimentar el miedo y la respuesta de huida o lucha en un entorno seguro: “¡Los espectadores saben que no están en peligro real! Ver películas de terror junto con amigos o familiares crea un sentido de pertenencia y conexión, donde compartir risas y sustos fortalece los lazos sociales”.
La importancia de “sufrir” acompañado
El sentido de pertenencia a un grupo social es una motivación fundamental para los seres humanos. Y compartir el miedo puede acercar a las personas.
“Compartir experiencias de miedo intenso fortalece los vínculos entre las personas. Buenos ejemplos son los veteranos que sirvieron juntos en combate y los sobrevivientes de desastres naturales”, describió Kollat.
Las experiencias de miedo controladas crean oportunidades similares para estrechar vínculos, afirmó la experta: “La exposición al estrés no solo desencadena la respuesta de lucha o huida, sino que también inicia lo que los psicólogos llaman el sistema de “cuidar y hacerse amigo”. Este sistema está regulado en gran medida por la llamada “hormona del amor”, la oxitocina, debido a que ante factores estresantes los niveles de esta aumentan para iniciar estrategias de afrontamiento social, afirmó Kollat.
Los beneficios de celebrar Halloween para los niños
Según la licenciada Alfie, el miedo que producen las películas, cuentos y celebraciones como Halloween tienen varias funciones importantes para los niños y adolescentes. Algunas de las más destacadas son:
- Ayuda a los niños a entender y procesar esta emoción. Experimentar el miedo en un contexto seguro, como en cuentos o películas, les permite reconocer sus propios temores y aprender a manejarlos.
- Estimula la imaginación de los niños, llevándolos a explorar escenarios y personajes fantásticos. Esto puede enriquecer su creatividad.
- Crea momentos de unión y diversión. Los sustos de las películas de terror compartidos con amigos o familiares pueden generar risas y fortalecer las relaciones.
- Ayuda a enfrentar ciertas problemáticas. Los cuentos de miedo a menudo abordan temas como la muerte o la pérdida, de una manera accesible para los niños. Esto les permite reflexionar sobre ellos sin estar directamente expuestos a situaciones reales.
- Desarrolla habilidades para enfrentar situaciones estresantes en la vida real. Los niños aprenden que está bien sentir miedo pero que también pueden lidiar con él. Celebraciones como Halloween permiten a los niños aceptar aquello que les da miedo.
Un entrenamiento para situaciones de estrés
Las experiencias de miedo controladas funcionan también en adultos como una preparación psicológica ante posibles situaciones adversas.
Kollat explicó: “Pensemos en los primeros días de la pandemia de COVID-19, cuando las películas Contagio y Epidemia eran tendencia en las plataformas de streaming mientras la gente de todo el mundo se refugiaba en sus casas. Al observar cómo se desarrollan los escenarios de amenazas de forma controlada a través de los medios de comunicación, podemos aprender sobre nuestros miedos y prepararnos emocionalmente para desafíos futuros”.
Recreational Fear Lab es una unidad de investigación dedicada a la investigación científica de actividades de ocio aterradoras dirigida por Marc Malmdorf Andersen y Mathias Clasen en la Universidad de Aarhus, en Dinamarca. Estos investigadores demostraron en un estudio que las personas que consumían regularmente medios de terror eran psicológicamente más resilientes durante la pandemia de COVID-19 que los no fanáticos del terror.
”Los científicos sugieren que esta resiliencia podría ser el resultado de un tipo de entrenamiento por el que pasaron estos fanáticos: practicaron cómo lidiar con el miedo y la ansiedad provocados por su forma preferida de entretenimiento. Como resultado, estaban mejor preparados para manejar el miedo real desencadenado por la pandemia”, explicó Kollat.
Y finalizó: “En el caso de las experiencias de miedo controladas, asustarse a uno mismo es una técnica fundamental para ayudarlo a sobrevivir y adaptarse en un mundo aterrador. Al provocar emociones positivas y poderosas, fortalecer las redes sociales y prepararse para sus peores miedos, podrá afrontar mejor cada día al máximo”.
Qué hacer si mi hijo tiene miedo a Halloween
La licenciada Alfie explicó que los disfraces ocultan la identidad, y usarlos por un rato alienta a los niños a hacer cosas que no harían sin estar cubiertos, camuflados o en grupo: “El anonimato puede cambiar el comportamiento y los hace sentir más fuertes. A la mayoría de chicos y adolescentes les gusta celebrar Halloween porque el juego de transformarse en otro ser es divertido y terapéutico a la vez”.
Pero, ¿qué pasa si no les gusta esta celebración? La licenciada Alfie brindó estrategias:
- Hablar con el niño sobre lo que le asusta y validar sus sentimientos. Hacerle saber que está bien sentir miedo.
- Explicarle qué es Halloween y por qué se celebra. Se le puede hablar sobre las tradiciones de una manera alegre y divertida, enfatizando el aspecto de disfraces, dulces, juegos, recorridas y anécdotas entre vecinos.
- Permitir que elija un disfraz que le guste y que no le asuste. Optar por algo divertido o simpático en lugar de aterrador puede ayudar a cambiar su perspectiva.
- Invitarlo a participar de actividades relacionadas con Halloween como decorar la casa, preparar trajes, hacer manualidades, maquillajes, o comidas temáticas. Esto puede ayudar a asociar la festividad con experiencias positivas.
- Elegir películas o libros sobre Halloween que sean adecuados para su edad y que no sean aterradores.
- Explicarle que compartir experiencias y participar en la celebración puede brindarle la oportunidad de conectarse con otros. Es un momento de encuentro.
- Si salir a pedir dulces le resulta difícil, considerar hacer una celebración en casa con amigos o familiares, donde el ambiente sea más controlado y cómodo para él.
- Si aún así sigue sintiéndose incómodo, respetar sus sentimientos y no presionarlo para participar cuando no quiere hacerlo (ya tendrá tiempo).
Finalmente, la licenciada Alfie destacó: “Recordar que cada chico es diferente, y lo más importante es apoyarlo, contenerlo, validarlo y hacerlo sentir seguro con sus emociones”.