El embarazo es una etapa crucial en la vida de una mujer, donde la alimentación desempeña un papel fundamental para el desarrollo saludable del bebé y el bienestar de la madre.
Entre los alimentos que deben evitarse durante este período se incluyen los huevos crudos, las carnes crudas o poco cocidas, los quesos blandos no pasteurizados, el alcohol y el consumo excesivo de cafeína. Estos alimentos pueden contener bacterias o sustancias que representan riesgos para el desarrollo del feto y la salud de la madre. Por eso, conocer los riesgos y las recomendaciones específicas de los expertos es fundamental.
Los alimentos que hay que evitar durante el embarazo
Huevo crudo
Los huevos crudos o poco cocidos representan un riesgo importante para las mujeres embarazadas debido a la posible presencia de la bacteria Salmonella. Esta bacteria puede causar infecciones que desencadenan síntomas como fiebre, vómitos y diarrea, lo cual puede complicar el embarazo y afectar tanto a la madre como al bebé.
Alimentos que contienen huevo crudo, como la mayonesa casera, salsas como la holandesa, tiramisú o ciertos aderezos para ensaladas, deben evitarse o prepararse con huevos pasteurizados, que son una alternativa segura.
“El huevo crudo está absolutamente contraindicado en una mujer embarazada y en cualquier persona, en un niño, en un adulto sano o en un adulto mayor. No se come huevo crudo de ninguna manera por el riesgo de contraer una contaminación bacteriana como es la salmonelosis”, explicó Silvina Tasat, licenciada en Nutrición (M.N.1495) y miembro titular e integrante de la Subcomisión Científica de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), en diálogo con Infobae.
Y agregó: “Para que el huevo sea seguro, debe cocinarse hasta que la yema alcance los 67 grados centígrados. Esto se logra con una cocción prolongada, por lo que no se deben consumir huevos crudos ni tortillas con huevo semicrudo. Tampoco se recomienda consumir mousse de chocolate o mayonesa casera con huevo crudo”.
Por su parte, Fiorella Vitelli, licenciada en nutrición (MN 7.490) dijo a Infobae que “el huevo no es recomendable que se consuma en caso de que no esté bien cocido, pasa lo mismo con el pescado o con la carne“ y suma un dato esencial a tener en cuenta: “es importante hacer una evaluación de toxoplasmosis durante el embarazo y, en caso de que no se tenga el anticuerpo, es fundamental que todos los vegetales crudos que se vayan a consumir tengan una correcta sanitización antes de su consumo lo que dificulta el pedido de los mismos en restaurantes, delivery, etc”.
“Cualquier alimento poco cocido o no pasteurizado puede ser un riesgo”, añadió Vitelli. Por eso, recetas como los huevos duros, revueltos o tortillas son seguras siempre que estén bien cocidos. Según Tasat, cuando están cocidos, los huevos son “alimentos super protectores para el embarazo”.
Carnes crudas o poco cocidas
Las carnes crudas o poco cocidas representan un riesgo significativo durante el embarazo debido a la posibilidad de contaminación con bacterias como Salmonella, Escherichia coli y Listeria, así como con parásitos como el Toxoplasma gondii, responsable de la toxoplasmosis. Estas infecciones pueden causar complicaciones graves tanto para la madre como para el feto, incluyendo abortos espontáneos, infecciones congénitas o problemas de desarrollo.
“Es fundamental evitar el consumo de carnes crudas, ya sean de vaca o pescado”, advirtió Tasat, y dio ejemplos: “platos como ceviches, sashimis o sushis deben prepararse con pescados cocidos, ya que el pescado crudo puede contener parásitos como el anisakis, que puede provocar infecciones graves. Para las embarazadas, se desaconseja completamente el consumo de pescados crudos”.
Y sumó: “También se deben evitar alimentos ahumados, como el salmón o las carnes ahumadas, ya que el proceso de ahumado no garantiza una cocción adecuada. Todo alimento debe estar bien cocido para garantizar la seguridad”.
Para prevenir estos riesgos, es esencial que las carnes, ya sean de vaca, cerdo, cordero o aves, se cocinen completamente, hasta que no quede ningún rastro de color rosado en su interior y los jugos sean claros. También es importante extremar las precauciones al manipular la carne cruda, para asegurar una correcta higiene en la cocina para evitar la contaminación cruzada con otros alimentos.
Quesos blandos no pasteurizados
Durante el embarazo, los quesos no pasteurizados representan un riesgo importante debido a la posibilidad de contaminación con la bacteria Listeria, que puede provocar listeriosis, una infección bacteriana que es 18 veces más frecuente durante el embarazo.
Los quesos que hay que evitar son todos aquellos de corteza blanca y los azules, como el gorgonzola, el roquefort y el dolcelatte. Además, los quesos blandos y pegajosos, como el brie, el camembert y el queso de cabra, también deben ser eliminados de la dieta.
La Listeria, presente en productos lácteos no pasteurizados o quesos de maduración suave, puede causar abortos espontáneos, muerte fetal, parto prematuro y enfermedades graves en los recién nacidos. Por eso, es vital que las mujeres embarazadas eviten cualquier lácteo no pasteurizado y seleccionen cuidadosamente los quesos que consumen para minimizar los riesgos.
No todos los quesos están prohibidos. Según Kaye, “puede comerlos cocidos”, y las salsas bien calientes son seguras. Los quesos duros como el cheddar, gruyère y parmesano, junto con el requesón y paneer, son opciones seguras si se hacen con leche pasteurizada, que elimina las bacterias dañinas.
Alcohol
El alcohol está completamente contraindicado durante el embarazo, ya que incluso pequeñas cantidades pueden afectar el desarrollo del feto. El consumo de alcohol puede causar síndrome de alcoholismo fetal (SAF), lo que provoca graves problemas de conducta, dificultades de aprendizaje y retrasos en el desarrollo.
Además, aumenta el riesgo de abortos espontáneos y bajo peso al nacer, por lo que los expertos recomiendan abstenerse por completo desde el momento en que se planea el embarazo.
Según la nutricionista Rhiannon Lambert, “el consejo actual es que ninguna cantidad de alcohol es segura durante el embarazo y, de hecho, se debe evitar incluso antes de quedarse embarazada, ya que puede afectar a la placenta”.
Cafeína en exceso
El consumo excesivo de cafeína durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones como el bajo peso al nacer y partos prematuros. La cafeína, presente en el café, té, refrescos y chocolate, atraviesa fácilmente la placenta y puede afectar el desarrollo del bebé, ya que su organismo tarda mucho más en metabolizarla.
Para minimizar riesgos, las mujeres embarazadas deben optar por opciones descafeinadas o reducir el consumo de productos con cafeína, prestando atención a las etiquetas para controlar su ingesta diaria.
“El consejo más reciente es que 200 mg de cafeína por día durante el embarazo es seguro, pero la cafeína no solo se encuentra en el café y el té, sino también en el chocolate, el té verde, los medicamentos y los refrescos. Esta cantidad de cafeína equivale aproximadamente a dos tazas de té o bebida gaseosa light”, explicó Lambert.
En esta línea, Vitelli hizo mención a la infusión predilecta de los argentinos: el mate y la mateína. “Es difícil de calcular con nuestro consumo cultural de mate así que este mismo puede variarse con mezclas de hierbas permitidas para que no tenga tanta yerba mate”.
Respecto al edulcorante, la nutricionista dijo que “los edulcorantes no son recomendados ya que pasan la barrera placentaria y pueden permanecer en los tejidos fetales” y citó un estudio para profundizar al respecto.
¿Qué hacer ante los antojos de estos alimentos durante el embarazo?
Los antojos son una parte natural del embarazo, pero es importante saber qué alimentos evitar para proteger la salud de la madre y el bebé. Como se djio, ciertos alimentos crudos, como el pescado o el huevo, representan riesgos que deben evitarse estrictamente. Pero, ¿cómo resolver cuando las ganas de ingerir algunos de esos alimentos son más fuertes?
Para Vittelli, “la cultura del antojo es algo a cuestionar. Es importante detectar si surge desde el hambre emocional o el hambre nutricional” y añadió que una persona con déficit de hierro puede experimentar un repentino deseo de consumir carnes rojas, incluso si antes no lo hacía, y que esta señal del cuerpo es importante escuchar. Sin embargo, advirtió que “un antojo excesivo de alimentos como helados, panificados o dulces puede afectar negativamente la microbiota de la madre y, en consecuencia, la del bebé”.
Según Tasat, “si tienen antojo de sushi, pueden optar por sushi vegetariano o con pescados cocidos. La recomendación de no consumir alimentos crudos, como pescado o huevo, es no negociable”. La experta dio otro ejemplo para reemplazar: “La mayonesa casera puede hacerse con huevo cocido y siempre se deben elegir preparaciones en las que los alimentos estén bien cocidos”.
Y dijo, contudente: “El consumo de alcohol tampoco es negociable durante el embarazo”.
Cuáles son los alimentos recomendados durante el embarazo
Una alimentación adecuada es clave para el desarrollo saludable del bebé y el bienestar de la madre, por lo que ciertos alimentos son esenciales en esta etapa. Tasat apuntó que “los alimentos fundamentales para consumir durante el embarazo son los lácteos, que aportan calcio, vitamina D, proteínas de alto valor biológico, vitamina B12 y ácido fólico”, y aclaró que deben estar pasteurizados.
La experta aconsejó consumir tres porciones diarias de lácteos descremados, como leche, yogur y queso. Un vaso de leche, un yogur y 30 gramos de queso compacto son suficientes para cubrir el calcio necesario para la formación de los huesos y dientes del bebé, evitando que la madre sufra un déficit.
“Para una dieta equilibrada, se deben consumir carnes magras, frutas y vegetales, cubriendo al menos cinco porciones diarias. Esto incluye ensaladas o verduras cocidas en almuerzo y cena, y tres porciones de frutas repartidas a lo largo del día”, agregó la experta y sumó la importancia de consumir legumbres, granos enteros y harinas integrales, que ayudan a combatir la constipación, un problema común en el embarazo debido a los cambios hormonales.
Vitelli advirtió sobre la importancia de mantener un equilibrio en la alimentación durante la gestación, y señaló que “el embarazo nunca es un momento para hacer dietas de descenso de peso, pero tampoco para comer desmedidamente, comer por dos es un mito que puede generar muchas complicaciones”.
“La fibra, tanto fermentable como no fermentable, presente en frutas, vegetales y cereales integrales, es fundamental”, dijo Tasat. La nutricionista también enfatizó en que es fundamental incorporar ácidos grasos omega-3 durante el embarazo para favorecer el desarrollo ocular, cardiovascular y cognitivo del bebé.
Tasat recomendó consumir pescados de aguas profundas como el salmón y el atún fresco, y evitar el atún enlatado en el primer trimestre por su posible contenido de mercurio. Tras esa etapa, sugirió añadir sardinas, anchoas y caballa, además de incluir frutos secos, semillas y palta por sus grasas saludables, junto con una hidratación adecuada de al menos dos litros de agua diaria.
Por último, la experta aconsejó evitar el consumo de azúcar agregada y reducir los alimentos industrializados durante el embarazo.