Pasar al menos dos horas semanales en la naturaleza puede tener un impacto significativo en la salud física y el bienestar mental. Investigadores de la Universidad de Exeter descubrieron que dedicar tiempo a actividades al aire libre está asociado con una mejor calidad de vida y una mayor satisfacción personal. Este hallazgo refuerza la creciente evidencia que subraya la importancia del contacto regular con entornos naturales.
El estudio, publicado en Scientific Reports, analizó datos de más de 19.000 personas y encontró que quienes alcanzaban este umbral de 120 minutos semanales eran más propensos a reportar buena salud y mayor bienestar psicológico. Además, se observó que este beneficio no depende de factores como la edad o el nivel socioeconómico, lo que sugiere que cualquier persona puede beneficiarse de estar en la naturaleza de forma regular. A través de este análisis, los investigadores pudieron identificar un umbral clave: aquellos que pasaban al menos dos horas por semana en entornos naturales reportaban una mejor salud general y mayor satisfacción con su vida.
El equipo de investigación subrayó que no importaba cómo se distribuyeran esos 120 minutos. Tanto una única salida prolongada como varias visitas cortas al aire libre a lo largo de la semana mostraron el mismo impacto positivo. Sin embargo, cuando el tiempo total en contacto con la naturaleza era inferior a dos horas, los participantes no experimentaban los mismos beneficios. Esta evidencia científica aporta una base sólida para recomendar el contacto regular con la naturaleza como una práctica simple y accesible para mejorar la calidad de vida.
Los resultados no son los mismos para las personas que pasan menos de dos horas semanales en la naturaleza porque, según el estudio, parece existir un umbral mínimo a partir del cual el contacto con entornos naturales comienza a generar beneficios significativos para la salud. Este umbral, identificado en 120 minutos, marca el punto en el que las personas reportan mejoras tanto en su bienestar físico como mental.
El hecho de que quienes pasan menos tiempo en la naturaleza no experimenten los mismos resultados sugiere que el cuerpo y la mente necesitan una exposición prolongada para activar los mecanismos que reducen el estrés, mejoran el estado de ánimo y promueven una mayor satisfacción con la vida. La naturaleza ofrece un espacio para desconectarse de las tensiones diarias, pero estos efectos requieren cierto tiempo para manifestarse plenamente. Tiempos menores pueden no ser suficientes para alcanzar los niveles de relajación y restauración necesarios para obtener estos beneficios.
El estudio encontró que los beneficios no disminuyen dependiendo de cómo se organicen las visitas al aire libre. Esto ofrece flexibilidad para adaptar las actividades a distintos estilos de vida, lo que hace que sea más fácil incorporar tiempo en la naturaleza en la rutina semanal.
Este hallazgo refuerza la idea de que el tiempo en entornos naturales no es solo una actividad recreativa, sino un factor clave para mantener una buena salud. El simple hecho de estar al aire libre por debajo de los 120 minutos no parece suficiente para generar los mismos resultados, lo que subraya la importancia de hacer un esfuerzo consciente por pasar al menos dos horas a la semana en la naturaleza.
El contacto regular con la naturaleza no solo mejora la salud física y el bienestar mental, sino que también ofrece una serie de beneficios adicionales que pueden influir positivamente en diversos aspectos de la vida. El estudio subraya que pasar tiempo al aire libre ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo, aumentar la creatividad y fortalecer el sistema inmunológico. Estos beneficios hacen que la naturaleza se convierta en un recurso esencial para el bienestar personal.
Además, la exposición a entornos naturales ha sido relacionada con la prevención de enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad, proporcionando una especie de barrera protectora contra estas afecciones. La ciencia también ha demostrado que estar en contacto con la naturaleza reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que contribuye a una sensación de calma y relajación. En conjunto, estos hallazgos refuerzan la importancia de incorporar tiempo al aire libre en la vida cotidiana como una forma simple y efectiva de mejorar la calidad de vida y proteger la salud mental.
De esta manera, el contacto regular con la naturaleza durante al menos dos horas semanales se está posicionando como un elemento crucial para mantener una buena salud física y mental. La evidencia científica señala que este tiempo en espacios al aire libre puede actuar como una poderosa herramienta preventiva frente a diversos problemas de salud, desde el estrés hasta enfermedades más graves como la depresión o la ansiedad. Además de mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, estar en la naturaleza fomenta una sensación general de bienestar y promueve una mayor satisfacción con la vida.
Mantener este contacto semanal con entornos naturales no requiere de grandes esfuerzos ni de actividades intensas, lo que lo convierte en una práctica accesible para personas de diferentes edades y estilos de vida. Tanto una caminata tranquila por el parque como una excursión por el campo pueden ser suficientes para alcanzar los 120 minutos recomendados y aprovechar los beneficios que aporta el contacto con la naturaleza. Por ello, es fundamental incorporar tiempo al aire libre en la rutina semanal como una forma simple y efectiva de cuidar de nuestra salud y bienestar.