En la actualidad existen más de 50 millones de personas con demencia, cifra que se estima que puede llegar a triplicarse en los siguientes 25 años. A medida que pasa el tiempo puede producirse una disminución del funcionamiento cognitivo en los adultos mayores, llamada deterioro cognitivo leve (DCL). Se caracteriza por problemas en la memoria, la atención y la función cognitiva que van más allá de lo esperado según la edad y el nivel educativo.
El DCL no interfiere significativamente en las actividades diarias, pero cada año, alrededor del 10 por ciento de las personas a las que se les había diagnosticado previamente deterioro cognitivo leve desarrollan la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia.
Aunque algunos estudios han demostrado que actividades como armar rompecabezas pueden proteger contra el envejecimiento cognitivo, los beneficios de estas actividades para prevenir o posponer el deterioro cognitivo aún son desconocidos. Hasta hoy, según los hallazgos de un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Texas A&M. Los investigadores comprobaron que los adultos mayores con deterioro cognitivo leve que participan en altos niveles de actividades como juegos de palabras y pasatiempos tienen mejor memoria, memoria de trabajo, atención y velocidad de procesamiento que aquellos que no lo hacen.
La neurocientífica Gabriela González Alemán, directora del Departamento de Psicología de la Universidad Católica Argentina y fundadora de Brainpoints (MN 33343), explicó a Infobae: “Los juegos mentales, con palabras y muchos hobbies son una una gimnasia real para para el cerebro y aumentan muchísimo lo que es la agilidad mental”.
Cómo se hizo el estudio
Para el estudio, publicado en el Journal of Cognitive Enhancement, Junhyoung “Paul” Kim, profesor asociado de conductas de salud en Texas A&M, junto con investigadores de la Universidad del Sur de Mississippi y la Universidad de Indiana, analizaron datos de 5.932 personas que tenían al menos 50 años en 2012, presentaban deterioro cognitivo leve y formaron parte del Estudio de Salud y Jubilación (HRS) de 2012 a 2020.
Los científicos analizaron las respuestas a siete preguntas sobre la frecuencia con la que los participantes participaban en actividades cognitivamente estimulantes, como leer, jugar y realizar pasatiempos.
A continuación, dividieron los niveles de participación en las categorías de bajo, medio y alto según los criterios utilizados en estudios anteriores y realizaron un análisis con mediciones repetidas.
“En resumen, el grupo de participación de alto nivel exhibió consistentemente índices más altos de función cognitiva durante el período de estudio”, dijo Kim. Estos participantes tenían índices más altos de memoria, memoria de trabajo, atención y velocidad de procesamiento que los de los grupos de nivel medio y bajo.
Además, los de la categoría de nivel medio tenían índices más altos de memoria de trabajo, atención y velocidad de procesamiento que los del grupo de nivel bajo de participación.
Kim y equipo tienen la esperanza de que estos hallazgos lleven a los médicos a recomendar a las personas mayores con deterioro cognitivo leve que jueguen, lean o participen en actividades estimulantes al menos tres o cuatro veces por semana.
Según otra investigación publicada en Dement Geriatr Cogn Disord Extra que estudió el rendimiento cognitivo de acuerdo a la edad, la educación y el género entre adultos sanos de entre 30 y 100 años, llegó a la conclusión que generalmente el cerebro está en su punto máximo en términos de rendimiento cognitivo a mediados de los 20 años.
En tanto, los investigadores concluyeron que entre los 50 a 55 años, se inicia cierto declive. “Existió una tendencia decreciente en el desempeño cognitivo en todas las subpruebas a medida que avanzaba la edad”, señalaron.
Otro estudio con adultos de 60 años o más mostró que la participación constante en actividades novedosas y cognitivamente exigentes potenció la función de la memoria.
En conclusión, ejercitar el cerebro para posponer o prevenir el deterioro cognitivo es una premisa igual de importante para la salud como la actividad física para estar en forma.
Cómo entrenar la mente
De acuerdo a la Clínica Mayo, el ejercicio, la dieta y el sueño tienen un gran impacto en el cuerpo, cerebro y estado de ánimo. Así que recomiendan trabajar hacia estos números: “2.5 horas de ejercicio moderado a la semana, 5 porciones de frutas y verduras al día, y de 7 a 8 horas de sueño por noche”.
Además de un estilo de vida saludable, el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos recomienda ejercitar el cerebro a diario y tratar de aprender con frecuencia una nueva habilidad para mejorar la función de la memoria.
La doctora González Aleman afirmó: “Todos los juegos, como las trivias, que son de preguntas y respuestas, hacen que tengamos que traer a la memoria a corto plazo un montón de información. Es una manera divertida de ejercitar la memoria a corto plazo y con esto hacerla mucho más accesible y entrenar la recuperación en la memoria”.
También, tener un pasatiempo estimula el cerebro. La doctora González Aleman dijo: “Tener un hobby estimula muchísimo la atención y la memoria. No hay que perder de vista que la estimulación de las capacidades atencionales tienen mucho que ver con las habilidades sociales, cuando la gente tiene una atención que es plena, que la conecta con el afuera, tiene vínculos que son mucho más placenteros y efectivos”.
Los juegos estimulan mucho más el cerebro cuando son compartidos con otras personas, afirmó la experta. “Todos los juegos de tablero compartidos o las cartas son divertidos y tienen que ver con estrategia, con comprensión, con la generación de alianzas con otros, y estas cosas agilizan los mecanismos cerebrales. Muchos de ellos incluso tienen mecanismos de cálculo involucrados que son buenísimos para mejorar el razonamiento y la memoria a corto plazo”.
Según la Fundación Pasqual Maragall para la investigación sobre el Alzheimer si bien los juegos para ejercitar la mente son un efectivo recurso para activar la memoria, también hay que realizar actividades variadas para estimular distintas capacidades cognitivas. Así, recomiendan leer un libro, escribir un diario, estudiar, hacer manualidades, aprender nuevas habilidades y participar en actividades culturales y sociales.
12 juegos recomendados
1. Aprender un nuevo juego, instrumento, manualidad u otra habilidad puede ser divertido y tener el beneficio adicional de evitar la pérdida de memoria a medida que se envejece, aseguró el instituto. Según la Fundación Pasqual Maragall este tipo de actividades contribuye a aumentar la reserva cognitiva.
2. Ajedrez y damas. “Basado en la estrategia y la táctica, requiere de la activación de funciones ejecutivas, como la atención, la concentración, el pensamiento crítico (al tratar de prever la estrategia del adversario), la lógica, la capacidad de ordenar ideas y decidir, la flexibilidad de pensamiento, la planificación y previsión de consecuencias, y la resolución de problemas”, dijo la fundación.
3. Memotest. Es otro juego para ejercitar la mente, especialmente la memoria visuoespacial. También se recomienda hacer cálculos mentales sin usar la calculadora para estimular la memoria.
4. Cubo de Rubik. Es una tarea cognitiva visoespacial, que requiere de habilidades como atención sostenida (concentración), razonamiento, memoria operativa, planificación y flexibilidad.
5. Dominó. “Estimula la atención y la concentración, la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo, el cálculo, la percepción visual, el pensamiento crítico y la flexibilidad de pensamiento (para ir adaptando la propia estrategia a los cambios que se produzcan en el juego)”, detalló la fundación.
6. Juegos de cartas. La mayoría exigen capacidad de atención, concentración, estrategia y memoria y, algunos, velocidad de procesamiento de la información. “Los juegos de cartas más complejos también contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico, como el bridge o el póker”, añadió la fundación.
7. Rompecabezas. Al hacerlos se estimulan distintos tipos de memoria. Además, hacer puzles favorece la concentración, la capacidad de planificación y la motricidad fina.
8. Sudokus. Permiten ejercitar la percepción, la memoria, la lógica, la deducción, la capacidad de planificación y la memoria de trabajo.
9. Crucigramas, autodefinidos y sopa de letras. “Permiten trabajar diversas funciones lingüísticas (fundamentalmente, el léxico y la memoria semántica) y la flexibilidad mental, al asociar definiciones y palabras y al buscar sinónimos que se ajusten a la longitud del espacio disponible”, indicó la fundación.
10. Buscar las diferencias. “Los pasatiempos que consisten en buscar las diferencias exigen altas dosis de capacidad de observación y atención, así como la habilidad para el análisis sistemático y ordenado de las situaciones”, señaló la fundación.
11. Adivinanzas y acertijos. Aprender y descubrir es una capacidad cognitiva que se desarrolla a fuerza de practicarla. Cuantas más adivinanzas se jueguen, más fácilmente resultará adivinar las siguientes.
12. Videojuegos. Un reciente estudio realizado por expertos de la Universidad de Oxford afirma que el tiempo dedicado a los videojuegos podría ser bueno para la salud mental. “Los videogames ayudan muchísimo a lo que es la toma de decisiones rápidas, el desarrollo de pensamiento estratégico, entrenan las reacciones en situaciones de incertidumbre”, afirmó la neurocientífica.
Otras actividades que estimulan el cerebro
“Aprender a tocar un instrumento o escuchar música nueva, aventurarse a conocer otras canciones, estilos o de otras culturas hace que se reconecten distintas áreas del cerebro y mejoren”, señaló la doctora González Aleman.
Y agregó: “También es beneficioso adquirir nuevos hábitos, por ejemplo, aprender un idioma nuevo o una habilidad. Esto hace desafiar a nuestra mente y que activemos la atención, la memoria, la habilidad de resolución de problemas. También se produce un incremento de vocabulario”.
La experta señaló que también es muy bueno enseñar una habilidad a otro. “Por ejemplo, si yo sé bordar o tejer enseñarlo a otra persona. No tiene por qué ser algo tan artesanal también podemos enseñarle a una persona cómo podar un rosal. Esto siempre acarrea una mayor motivación por la interacción con los demás”.
La doctora también destacó que para agilizar la mente se pueden emplear actividades de todos los días: “Por ejemplo, ir por un camino distinto a trabajar o cepillarme los dientes con la mano izquierda, que es una forma de activar el otro lado del cerebro”.
Y agregó que actividades como dibujar, pintar y bailar estimulan las habilidades motoras, la memoria, la atención y agilizan la velocidad con la que funciona la mente. “Lo mismo ocurre al hacer ejercicio o bailar de manera regular, actividades que incrementan la capacidad de planificación de memoria, la coordinación motora, la organización y la secuenciación”, concluyó la médica.