“El exceso de peso, factor de riesgo para decenas de enfermedades, ya es la forma más común de malnutrición en la mayoría de países: los casos en niños se han cuadruplicado en tres décadas y en los adultos, casi se han triplicado”, resume el último informe sobre las tasas de obesidad global publicado en la revista The Lancet.
Este trabajo vuelve a alertar a la población en general sobre la creciente epidemia que está atravesando el mundo y avanza aún más que el coronavirus, ya que la obesidad afecta hoy a más de 1000 millones de personas (uno de cada 8 habitantes del planeta), y el COVID, según los datos notificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) alcanzó los 774 millones de casos en el globo desde el inicio de la pandemia.
El estudio, con datos de más de 190 países y elaborado en colaboración con el Imperial College de Londres, indicó que entre los niños y adolescentes del mundo la tasa de obesidad en 2022 era cuatro veces superior a la de 1990, mientras que, entre los adultos, esa tasa se duplicó en las mujeres y casi se triplicó en hombres.
“Las cifras de obesidad se han estabilizado en muchos países ricos, pero aumentan rápidamente en otras partes del mundo como Asia o Latinoamérica”, manifestó al presentar el estudio, uno de sus autores, el profesor del Imperial College Majid Ezzati.
Y agregó: “Estimaciones anteriores de la Federación Mundial de Obesidad sugirieron que habría 1000 millones de personas viviendo con obesidad para 2030, pero esa cifra ya fue superada en 2022. Estamos realmente sorprendidos por lo rápido que han sucedido las cosas. Es una verdadera epidemia”, dijo Ezzati.
El nuevo análisis global, realizado por más de 1.500 investigadores de la Colaboración de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles y la OMS, analizó las medidas de altura y peso de más de 220 millones de personas de más de 190 países.
A pocos días antes del Día Internacional contra la Obesidad que se conmemora el próximo lunes 4 de marzo, el informe estimó que unos 159 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años padecían obesidad en 2022, una cifra que en los adultos ascendió a los 879 millones de personas, lo que supone que un 43 % de la población adulta mundial de ese año sufría sobrepeso.
“Es muy preocupante que la epidemia de la obesidad que era evidente entre los adultos en gran parte del mundo en los años 90 se refleje ahora también en los niños y adolescentes”, aseguró Ezzati.
El estudio también observó que entre 1990 y 2022 la proporción de menores afectados por insuficiencia ponderal (bajo peso en relación con la edad) disminuyó en una quinta parte entre las niñas y en más de un tercio entre los niños, mientras que entre los adultos disminuyó más de la mitad durante este mismo periodo.
El aumento de los niveles de obesidad sumado a esta disminución del número de personas con insuficiencia ponderal (bajo peso para la edad, que refleja un estado resultante de una insuficiente alimentación) desde 1990 ha causado que el sobrepeso en la forma más común de malnutrición en la mayoría de los países.
“No obstante, insuficiente nutrición y obesidad son dos caras de un mismo problema, la falta de acceso a dietas sanas”, afirmó el director del Departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, Francesco Branca, que recordó que mientras la alimentación insuficiente pone en mayor riesgo de enfermedad y muerte a muchos niños, especialmente en regiones como el este de África o el sur de Asia, la obesidad puede derivar en enfermedades cardiovasculares, diabetes o incluso algunos tipos de cáncer.
Obesidad en el mundo
Según los datos recopilados, los países con mayor prevalencia de obesidad en 2022 son los archipiélagos del Pacífico y el Caribe, donde cerca de dos tercios de los adultos son obesos.
En el continente europeo, el Reino Unido vio aumentar su tasa de obesidad del 13,8 % en 1990 al 28,3 % en 2022 para las mujeres y del 10,7 % al 26,9 % para los hombres, con una prevalencia de la obesidad que ocupó el puesto 87 en el mundo para las mujeres y el 55 para los hombres en el año 2022.
En el polo opuesto, China ocupó el puesto 190 en el mundo para las mujeres, el undécimo más bajo del ‘ranking’ mundial, y el puesto 149 para los hombres, el 52 más bajo, en 2022. Branca subrayó la necesidad de políticas de prevención para reducir la obesidad, y en este sentido citó los progresos que países como Francia o España han logrado en reducir el sobrepreso de las mujeres del país.
Ezzati dijo que los investigadores se sorprendieron al descubrir que ninguna de las naciones ricas industrializadas, excepto Estados Unidos, encabezaba la lista de países con mayor prevalencia de obesidad en 2022. Dijo que eso era un gran cambio con respecto a 2017, cuando La última vez que la OMS realizó un análisis de obesidad global similar, encontró que EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido se encontraban en la categoría superior de prevalencia de obesidad.
De acuerdo con el doctor Guha Pradeepa, coautor del estudio, los actuales problemas mundiales como el cambio climático, las interrupciones causadas por la pandemia o los conflictos pueden empeorar los índices mundiales de ambas formas de desnutrición, al aumentar la pobreza y el coste de los alimentos ricos en nutrientes.
Ante esta situación, los expertos aseguraron que es necesario poner en marcha políticas integrales para abordar estos desafíos, tales como normativas sobre la comercialización de alimentos y bebidas nocivos dirigidos a niños. También recomiendan iniciativas para regular la venta de productos con alto contenido en grasas, azúcares y sal cerca de las escuelas, o políticas de precios y etiquetado nutricional para promover dietas más sanas.
“La razón por la que la epidemia ha progresado tan rápidamente es porque las medidas políticas no han sido lo suficientemente incisivas. Se ha dependido del cambio de comportamiento, pero las soluciones no han tocado el elemento estructural, que son las políticas en torno a la alimentación y el medio ambiente”, sostuvieron los expertos en el informe, que agregaron que la obesidad y el bajo peso coexisten en muchos países y deben abordarse en paralelo, mediante intervenciones políticas de doble función que aborden ambas formas de desnutrición.
“Tales políticas incluyen la promoción y el apoyo a la lactancia materna, impuestos a las bebidas azucaradas, regulación de la comercialización de alimentos dirigida a los niños y el suministro de alimentos nutritivos en instituciones públicas como las escuelas”, dijo Branca. Añadió que la reforma agrícola, el diseño urbano y la inversión en atención primaria de salud pueden respaldar esas políticas.
Branca dijo que la política pública debe apuntar a mejorar el seguimiento de los fabricantes de alimentos y garantizar el acceso equitativo a alimentos saludables y nutritivos para todos. “Más de 3 mil millones de personas en el mundo todavía no pueden permitirse una dieta saludable”, afirmó el experto.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que alcanzar los objetivos mundiales de reducción de la obesidad exigirá del trabajo conjunto de los gobiernos, las comunidades y los organismos nacionales de salud pública, así como de la cooperación del sector privado, que “debe rendir cuentas de las repercusiones sanitarias de sus productos”.