Niños que no descansan: 7 trastornos del sueño frecuentes y cómo afrontarlos

Bullying, violencia de género, duelos o cambios repentinos pueden ser la raíz del problema. A veces incluso, la llegada de un hermanito, puede desestabilizarlos y causarles dificultades a la hora de dormir. Cómo ayudarlos a descansar mejor

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Algunas imágenes de los dispositivos digitales pueden agredir el aparato psíquico del niño, que no está preparado para recibirlo, y afectar su sueño
Algunas imágenes de los dispositivos digitales pueden agredir el aparato psíquico del niño, que no está preparado para recibirlo, y afectar su sueño

Los trastornos del sueño en la infancia afectan la calidad de vida en los niños y niñas. Estos trastornos pueden tener diversas causas, que van desde problemas médicos hasta factores psicológicos y ambientales.

En un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychology en 2020, los investigadores examinaron las características del insomnio infantil, sus factores de riesgo y las estrategias de tratamiento más efectivas. El estudio encontró que el insomnio infantil es un problema común que puede estar relacionado con factores emocionales, como la ansiedad, así como con factores ambientales, como la falta de una rutina de sueño adecuada.

Existe una preocupación generalizada de que los niños estén expuestos a demasiado tiempo frente a una pantalla a través de dispositivos móviles cada vez más frecuentes y accesibles y que esto traiga problemas en su desarrollo.

En nuestra época los niños y niñas se encuentran expuestos desde muy temprano a una excitación excesiva a medios digitales, muchas veces sin sostén, y no cuentan con la estructura psíquica y cognitiva necesaria para metabolizar las experiencias sensoriales que los atraviesan.

Las dificultades para dormir puedes estar relacionadas con factores emocionales, como la ansiedad, así como con la falta de una rutina de sueño adecuada
(Foto: Christin Klose/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto)
Las dificultades para dormir puedes estar relacionadas con factores emocionales, como la ansiedad, así como con la falta de una rutina de sueño adecuada (Foto: Christin Klose/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto)

Los niños y niñas pequeños quedan capturados en esas imágenes que los inundan de ruidos y colores, donde, en muchos casos, el relato, la palabra aparece como algo secundario. Estas imágenes en continuado proveniente de dispositivos afectan el desarrollo subjetivo de cada niño generando efectos negativos.

Algunas imágenes, además, agreden de manera feroz el aparato psíquico que no está preparado para recibirlo: violencia y sexualización, y no pueden procesarse.

Uno de los efectos de la exposición son las dificultades para conciliar el sueño o los despertares alterados producto de un desborde de ansiedad y estrés.

En un estudio publicado en JAMA Pediatrics en 2019, los investigadores examinaron la asociación entre el tiempo frente a las pantallas y la duración del sueño en niños de 2 a 5 años. El estudio encontró que un mayor tiempo de pantalla, especialmente en las horas previas a acostarse, se asociaba con una menor duración del sueño en estos niños.

"Conversar con los niños, niñas o adolescentes ayuda a que puedan relatar aquello que puede estar generando temor o preocupación y no los deja dormir y descansar", aconsejó la licenciada Sonia Almada
"Conversar con los niños, niñas o adolescentes ayuda a que puedan relatar aquello que puede estar generando temor o preocupación y no los deja dormir y descansar", aconsejó la licenciada Sonia Almada

Esto sugiere que la exposición excesiva a dispositivos digitales puede contribuir a problemas de sueño en la infancia.

También las jornadas escolares, deportivas y actividades académicas extracurriculares excesivas hacen que los niños y niñas deben sobreadaptarse a tiempos y urgencias que los desestabilizan. El agotamiento físico y mental puede redundar muchas veces en problemas para conciliar el sueño o en despertares que interrumpen el ciclo natural del dormir.

Un estudio, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2018, examinó cómo la participación en actividades extracurriculares de manera excesiva afectaba el sueño de los adolescentes. Se encontró que los jóvenes que participaban en una mayor cantidad de actividades extracurriculares tenían una tendencia a dormir menos durante la semana

Aquellos que participaban en múltiples actividades extracurriculares, como deportes, música y clubes, mostraron una mayor reducción en la duración del sueño.

"En nuestra época los niños y niñas se encuentran expuestos desde muy temprano a una excitación excesiva a medios digitales", dijo Almada (Getty)
"En nuestra época los niños y niñas se encuentran expuestos desde muy temprano a una excitación excesiva a medios digitales", dijo Almada (Getty)

La disminución en la cantidad de sueño se asocia con niveles más altos de somnolencia diurna y dificultades para concentrarse.

Algunas preocupaciones también hace que los niños y niñas no puedan conciliar el sueño o despertar en alerta. Entre los factores más frecuentes se pueden encontrar problemas escolares, como ser víctimas de bullying, problemas familiares, desavenencias, malos tratos, violencia de género, duelos o cambios bruscos. A veces, la llegada de un hermanito puede desestabilizarlos por tener que compartir la atención de los padres y algunos niños suelen tener dificultades a la hora de dormir o separarse de su mamá.

Los trastornos del sueño más comunes

1. Pesadillas: son sueños aterradores que despiertan los niños durante la noche. Pueden estar relacionados con el estrés, la ansiedad o simplemente ser parte del proceso de desarrollo del niño.

2. Terrores nocturnos: son episodios en los que los niños se despiertan asustados, pero no se encuentran totalmente despiertos. La mayoría de las veces no recuerdan la vivencia al día siguiente.

Las pesadillas son sueños aterradores que pueden ser producidos por el estrés o la ansiedad  (iStock)
Las pesadillas son sueños aterradores que pueden ser producidos por el estrés o la ansiedad (iStock)

3. Insomnio: en la infancia puede ser causado por factores emocionales, como el estrés o la ansiedad, o por problemas médicos.

También existen trastornos de otro orden como los siguientes:

4. Síndrome de piernas inquietas: también conocido como de Willis-Ekbom, es un trastorno neurológico que se caracteriza por una sensación incómoda en las piernas que se alivia al moverlas. Esto dificulta que un niño se quede dormido por la noche.

5. Apnea del sueño: es un trastorno en el que la respiración se interrumpe durante el sueño debido a una obstrucción de las vías respiratorias. Puede causar ronquidos fuertes, pausas en la respiración y problemas de sueño en los niños.

6. Sonambulismo: los niños que son sonámbulos se levantan de la cama y pueden caminar o realizar otras actividades durante el sueño. La mayoría de las veces no recuerdan estos episodios al despertar.

 Los niños pueden salir de caminata sonámbula. La mayoría de las veces no recuerdan estos episodios al despertar Foto: Jens Kalaene/dpa
Los niños pueden salir de caminata sonámbula. La mayoría de las veces no recuerdan estos episodios al despertar Foto: Jens Kalaene/dpa

7. Problemas de ritmo circadiano: Los niños pueden tener dificultades para ajustar su ritmo biológico interno al horario regular de sueño. Esto puede ocurrir con los niños o adolescentes gamers, por ejemplo, que se quedan jugando hasta altas horas de la noche.

Todos estos problemas provocan somnolencia diurna, es decir durante el día los niños y niñas tienen sueño porque no logran descansar bien por la noche y esto afecta tanto su calidad de vida como su rendimiento escolar.

Es muy importante establecer una rutina, una estructura que pueda encontrar un equilibrio entre las actividades extracurriculares y el descanso necesario. Establecer también un tiempo para la exposición a las pantallas ayuda no solo al cuidado del uso excesivo sino a la autorregulación. En un mundo que exige la hiperconexión permanente, la garantía de poder estar libre del influjo de las pantallas es un oasis para la salud mental, que genera alivio y confianza: hay vida detrás de los móviles y tablets.

Conversar con los niños, niñas o adolescentes ayuda a que puedan relatar aquello que puede estar generando temor o preocupación y no los deja dormir y descansar.

Si a pesar de todo esto un niño experimenta problemas de sueño persistentes, es recomendable consultar a un profesional de la salud para evaluar y tratarlo de manera adecuada.

* Sonia Almada: es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy y La niña del campanario.

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