El aspartamo es un edulcorante artificial que se utiliza habitualmente como sustituto del azúcar en alimentos y bebidas. Fue descubierto en 1965 y pasó a ser uno de los aditivos alimentarios más estudiados en la alimentación humana.
Tras la revisión de estudios científicos recientes, se espera un inminente anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la asociación del aspartamo como “posible carcinógeno”.
El anuncio oficial está pautado para el inicio del viernes hora de Ginebra - este jueves al atardecer de acuerdo con el horario de países como la Argentina, Uruguay y Brasil- y detallará en qué se basa esa clasificación y aportará más detalles sobre los niveles de riesgo y las pruebas existentes.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y el Comité de Expertos de la Organización Conjunta sobre Aditivos Alimentarios (JECFA), dos organismos que nuclean expertos de la OMS y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), difundirán sus pronunciamientos sobre el edulcorante. Los resultados de las dos evaluaciones que se hicieron serán confidenciales hasta el momento de su publicación.
Una de ellas se publicará en la revista The Lancet Oncology. La otra se difundirá en el sitio web de la OMS, según informó en su página la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.
Aquí van 3 claves para tener en cuenta:
1- El aspartamo podría aumentar el riesgo de cáncer
En el caso del aspartamo, la Agencia IARC lo clasificaría como “posiblemente cancerígeno”, según había informado la agencia Reuters a fines del mes pasado. Esta categoría se refiere a productos que se consumen regularmente y en ella se han incluido antes otros productos alimentarios, como las bebidas alcohólicas y las bebidas muy calientes, las cuales se han relacionado con el cáncer de esófago.
Esto no implicaría una prohibición del consumo para humanos, sino una advertencia sobre los riesgos de su consumo.
En países de climas cálidos, por las desviaciones de sabor que tiene como consecuencia de altas temperaturas, el aspartamo se usa en concentraciones más bajas y en combinación con otros edulcorantes en comparación con el centro y norte de Europa.
2 - Estudios y recomendaciones sobre el aspartamo
En mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud había publicado nuevas directrices en las que desaconsejó el uso de los edulcorantes no azucarados, como el aspartamo, si se busca bajar el sobrepeso o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.
Además, en marzo de 2022, se publicó en la revista especializada PLOS Medicine un estudio observacional de más de 100.000 adultos en Francia que generó preocupación.
El doctor Michael Jones, científico principal de genética y epidemiología del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres, señaló en marzo del año pasado: “Este amplio estudio observacional de más de 100.000 adultos en Francia relaciona el uso de edulcorantes artificiales con el riesgo de cáncer. Sin embargo, el consenso actual, según el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, es que no hay pruebas claras de que los edulcorantes artificiales causen cáncer en humanos, aunque las autoridades sanitarias de seguridad alimentaria reevalúan con frecuencia las pruebas disponibles”.
El estudio en Francia no demostró causalidad, es decir que no encontró que el edulcorante cause cáncer. Los tipos de personas que utilizan edulcorantes artificiales pueden ser diferentes en muchos aspectos a los que no los utilizan, y estas diferencias pueden explicar parcial o totalmente la asociación. Los autores utilizaron métodos estadísticos para intentar tener en cuenta esas diferencias, pero admitieron que podría haber otras razones para la asociación entre edulcorantes artificiales y riesgo de cáncer.
Ahora, el aspartamo podría ser catalogado como “posiblemente cancerígeno para los seres humanos”. Se trata de una de la más débiles de las tres categorías en las que la OMS clasifica cualquier cosa que haya sido relacionada con el cáncer en cualquier tipo de estudio.
La Agencia Internacional del Cáncer clasifica a los agentes (desde el tabaco hasta los gases de escape de los motores de gasolina) según su asociación con la probabilidad de causar cáncer en 4 categorías.
Va desde la primera categoría “carcinógeno para el ser humano” (cuando hay pruebas suficientes que confirman que puede causar cáncer a los humanos) hasta “Probablemente no carcinógeno para el ser humano”, que significa que hay pruebas suficientes de que el agente no causa cáncer a los humanos.
En el caso del aspartamo, quedaría en la categoría “posiblemente carcinógeno”. Se trata de una categoría intermedia que también incluye productos que se consumen habitualmente, como las bebidas alcohólicas y las bebidas muy calientes (que se han relacionado con el cáncer de esófago).
Cuando emite sus dictámenes, la IARC generalmente no tiene en cuenta la cantidad de un producto (dosis) que una persona puede consumir sin peligro. En el caso del aspartamo, trabajaron dos organismos de expertos. Se sabe que la Agencia hizo una evaluación de los datos sobre cualquier posible efecto cancerígeno del aspartamo. Esto significa que sus expertos se centraron en la identificación de riesgos por el consumo del edulcorante.
3- Cuándo se excede la ingesta diaria aceptable
Desde el año 1981, el Comité JECFA afirmó que el consumo de aspartamo es seguro dentro de los límites diarios aceptados. Por ejemplo, un adulto de 60 kilos de peso tendría que beber entre 12 y 36 latas de refresco dietético al día -dependiendo de la cantidad de aspartamo que contenga la bebida- para estar en riesgo. Esa opinión ha sido ampliamente compartida por los organismos nacionales que se dedican a la regulación de los alimentos, incluidos los de Estados Unidos y Europa.
La evaluación que hizo la Agencia Internacional del Cáncer este año se enfocó en evaluar la carcinogenicidad. En cambio, el comité de Aditivos llevó a cabo la evaluación de riesgos, un tipo de trabajo que determina la probabilidad de que se produzca un tipo específico de daño (por ejemplo, cáncer) en determinadas condiciones y niveles de exposición a un agente, como puede ser el aspartamo.
Como el mes pasado, ya se difundió en los medios de comunicación que el aspartamo podía ser clasificado como “probablemente cancerígeno”, la industria y los reguladores nacionales manifestaron que temían que al realizarse las dos evaluaciones casi al mismo tiempo, los resultados podían resultar confusos para el público.
“Pedimos amablemente a ambos organismos que coordinen sus esfuerzos en la revisión del aspartamo para evitar cualquier confusión o preocupación entre el público”, pidió Nozomi Tomita, funcionaria del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, en una carta fechada el 27 de marzo y dirigida a la directora general adjunta de la OMS, Zsuzsanna Jakab. La carta también pedía que las conclusiones de ambos organismos se hicieran públicas el mismo día, como está ocurriendo esta semana.
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