El presidente de Estados Unidos Joe Biden fue visto recientemente con marcas en su rostro que despertaron varios interrogantes. Los periodistas preguntaron en una conferencia de prensa por esas marcas y el portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, explicó que se debían a que Biden había usado la noche anterior una máquina de presión continua en las vías respiratorias (mascarilla CPAP, por su sigla en inglés) porque sufre apnea del sueño.
Uno de los tratamientos más habituales para pacientes con apnea del sueño son las mascarillas CPAP, que suministran un flujo continuo de aire ayudando a mantener las vías respiratorias abiertas y asegurando que la persona reciba el oxígeno que necesita mientras duerme. Incluye una máscara que se sujeta con correas que rodean la cabeza (de ahí las marcas en el rostro del presidente).
El doctor Daniel Pérez Chada (MN 47.085) presidente de la Fundación Argentina del Sueño, consultor del servicio de Neumonología y director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral explicó en Infobae que “la apnea del sueño, una enfermedad muy frecuente pero también muy subdiagnosticada: se estima que el 70% de las personas afectadas no saben de su condición; la cual provoca que los músculos de la garganta se relajen repetidamente durante el descanso, generando una pausa en la respiración durante las horas de sueño que pueden extenderse por unos pocos segundos y, en casos graves, prolongarse por más de un minuto”.
En tanto, la doctora en Neurología Stella Maris Valiensi, autora del libro “La ruta del sueño”, publicado por Del Hospital Ediciones, del Instituto Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires (IUHIBA), explicó a Infobae: “Las apneas son pausas respiratorias, o sea, que la persona deja de respirar diez segundos o más y lo normal es que tenga menos de cinco pausas respiratorias por hora mientras duerme. Durante estos eventos ocurre un colapso total de un lugar de la vía aérea que se llama orofaringe. Cuando el colapso es parcial se llama hipopnea”.
Cómo se diagnostica la apnea del sueño
El doctor Pérez Chada también explicó en Infobae que la mayoría de las personas que sufren apnea del sueño no saben que la tienen porque sólo ocurre durante el sueño, esto hace que muchos pacientes desconozcan que padecen este trastorno al dormir. Para realizar el diagnóstico se tienen en cuenta la historia clínica del paciente, sus síntomas y el examen físico. En este caso, es fundamental el aporte del acompañante nocturno del paciente, porque él es quien nota las pausas en la respiración y puede dar cuenta del ronquido irregular, una señal muy predictiva de apnea de sueño.
“Una vez que tenemos este relato, podemos explorar si la persona padece excesiva somnolencia diurna, y esto se hace a través de cuestionarios validados específicos para detectar este problema durante el sueño”, señaló el doctor.
Luego del interrogatorio, lo que sigue es el examen físico. “Entre las señales físicas sugestivas de esta afección se encuentran: el cuello grande, la obesidad, una lengua aumentada de tamaño, amígdalas muy aumentadas de tamaño, una campanilla muy congestiva o el aumento del tejido del paladar blando”, describió Pérez Chada.
Finalmente, cuando se termina el examen físico del paciente, se debe confirmar este diagnóstico a través de estudios específicos. “El que hemos utilizado por décadas es la polisomnografía, que analiza las distintas etapas del sueño y la actividad cardiorrespiratoria en esas etapas del sueño. Sin embargo, en los últimos años ha ganado espacio la poligrafía respiratoria. Este es un estudio que, a diferencia de la polisomnografía en la que se mide la actividad electroencefalográfica, se realiza midiendo solamente el flujo en la vía aérea, el esfuerzo torácico para respirar, la oximetría de pulso y la frecuencia cardíaca”, explicó el doctor.
“Pero lo que es importante recordar es que este estudio debe realizarse cuando tenemos una alta sospecha clínica. En síntesis, historia del paciente, examen físico y estudios objetivos. Si el riesgo es bajo, una polisomnografía. Y si la sospecha clínica es moderada o alta, una poligrafía en el domicilio del paciente”, señaló el doctor.
Cómo afecta la salud
Hay que tener en cuenta que además de disminuir la calidad del sueño, la apnea también tiene consecuencias en la salud.
La doctora Valiensi explicó: “En cada momento que dejamos de respirar nuestro organismo, para defenderse, va bajando la saturación del oxígeno y eso hace que el corazón también se enlentezca, lo que produce bradicardia. Y después, al salir del evento, cuando empezamos a respirar, habitualmente, cuando son apneas obstructivas, ocurre un ronquido. En ese momento hay un microdespertar, para defendernos, porque, obviamente, si es muy largo el evento, el riesgo de morirse es más importante, pero tiene que ser muy larga la pausa para que esto ocurra”.
Agregó la doctora: “Si una persona padece muchos eventos durante la noche y por hora y tiene varios microdespertares, peor va a ser su calidad de sueño, más cansado se va a sentir al otro día. Todo esto hace que aumente la frecuencia cardíaca y se incremente la presión arterial al dormir, lo que está asociado a problemas cardiovasculares”.
Según el doctor Enrique De Rosa, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista especializado en temas de salud mental, la apnea del sueño puede afectar al cerebro porque durante sus episodios se produce una disminución en el flujo sanguíneo cerebral y en los niveles de oxígeno. “Esta falta de oxigenación tiene efectos negativos concretos en las células cerebrales y generan un daño neuronal a largo plazo”.
Una de las teorías de la enfermedad de Alzheimer es la acumulación de placas de beta-amiloide en el cerebro. “Algunos estudios han sugerido que la apnea del sueño puede aumentar la producción y acumulación de beta-amiloide en el cerebro, lo que podría acelerar el proceso de deterioro cognitivo”, explicó el psiquiatra.
El tratamiento
Según la Clínica Mayo, en los casos más leves de apnea del sueño, se suele recomendar solo cambios en el estilo de vida, como bajar de peso, dejar de fumar, cambiar la posición al dormir o tratar las alergias nasales. Si estas medidas no mejoran los síntomas, o si la apnea es de moderada a grave, existe una serie de tratamientos.
La doctora Valiensi dijo que la forma de tratar la apnea del sueño depende de la cantidad de eventos por horas que una persona tiene. “A veces, si es un grado leve, producido por ejemplo, por aumento del tamaño de las amígdalas, se puede operar”.
“Un niño que ronca y que tiene apneas no es para nada normal y hay que ir sí o sí al experto en medicina de sueño de niños, pediatras, para que le den el tratamiento acorde”, recomendó la especialista.
Sobre el tratamiento que realiza el primer mandatario norteamericano, Pérez Chada indicó a Infobae que la “presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés) es la terapéutica más difundida y con mejores resultados para el tratamiento de las formas moderadas y severas. Se trata de una máscara nasal conectada a un aparato que impulsa aire a una presión mayor que la que se encuentra en el ambiente. Mediante una tubuladura, que se encuentra conectada a un pequeño compresor, el aire llega hasta la nariz y desde allí se transmite hasta la garganta, con lo cual queda abierta y el aire entra y sale normalmente”.
“El tratamientos para apneas con CPAP, que es un aparatito que se coloca todas las noches y lo que va a hacer es dilatar ese orificio que se llama orofaringe para que no colapse. Pero también existen terapias miofuncionales que pueden ayudar; puede ser aconsejable también dormir de costado, o sea, de cúbito lateral eso también disminuye la cantidad de eventos. El problema es que no tenemos control de qué posición adopta la persona al dormir durante toda la noche. En conclusión, hay una gran gama de terapéuticas que dependen del número de apneas y los síntomas diurnos del paciente, como así también de si tiene hipertensión refractaría a los tratamientos comunes”, concluyó la experta.
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