Hoy, 9 de junio, se conmemora el Día Mundial del Hígado Graso, y desde la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), alertaron que “durante las últimas décadas, la enfermedad se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más comunes, la cual tiene una asociación estrecha y bidireccional con los componentes del síndrome metabólico”.
Y debido a que, como ocurre con la mayoría de las enfermedades hepáticas, las personas con hígado graso no tienen ningún síntoma, incluso aquellas que desarrollan daño hepático significativo, sumado al hecho de que no existen tratamientos médicos que reviertan la enfermedad y que resuelvan la presencia de grasa del hígado, son los buenos hábitos los mejores aliados que tienen las personas para prevenir y tratar esta condición.
El doctor Federico Villamil es jefe del Centro de Hepatología y del Servicio de Trasplante Hepático del Hospital Británico, y sostuvo que “como ocurre con la mayoría de las enfermedades hepáticas, las personas con hígado graso no tienen ningún síntoma, incluso aquellas que desarrollan daño hepático significativo. Por lo tanto, es aconsejable que los individuos con sobrepeso o diabetes se hagan estudios para ver si tienen hígado graso y de qué severidad”.
En ese sentido, las recomendaciones del Colegio Americano de Gastroenterología (ACG por su sigla en inglés) para quienes padecen de hígado graso son “perder peso si tienen sobrepeso u obesidad, aumentar los niveles de actividad física o comenzar a hacerla si no se hace, mantener una dieta balanceada y evitar consumir alcohol o medicamentos que no sean necesarios”.
“En los pacientes con esteatohepatitis no alcohólica, que es la forma más grave de la enfermedad por hígado graso no alcohólico, las mismas recomendaciones también podrían ser útiles -precisaron los expertos-. Además, es importante controlar la diabetes y tratar los niveles elevados de colesterol”.
Cuáles son los pilares del tratamiento del hígado graso
Tras asegurar que “el desarrollo de medicamentos capaces de tratar la enfermedad por hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica es un campo de intensa investigación”, los expertos del ACG remarcaron que entre los factores que médicos y científicos evalúan actualmente para disminuir la cantidad de grasa en el hígado están:
- Reducción de peso
- Medicamentos para reducir los lípidos
- Sensibilizantes a la insulina
- Disminución de la cantidad de inflamación en el hígado mediante la administración de medicamentos antioxidantes, antiapoptóticos y anticitocinas.
Desde la Clínica Mayo aconsejaron que para reducir el riesgo de presentar esta patología que afecta al 30% de los argentinos, las personas deben:
- Optar por una dieta saludable. Elegir una dieta saludable basada en plantas que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables.
- Mantener un peso saludable. Si se tiene sobrepeso u obesidad, lo ideal es reducir el número de calorías que se consumen cada día y hacer más ejercicio. Si se tiene un peso saludable, tratar de mantenerlo eligiendo una dieta saludable y haciendo ejercicio.
- Hacer ejercicio. La mayoría de los días de la semana. Si la persona estuvo inactiva durante el último tiempo debería consultar al médico y hacerse un chequeo general antes de retomar el entrenamiento.
Cuál es la mejor dieta contra el hígado graso
Los Institutos Nacionales de Salud de los EEUU señalaron que “si una persona no tiene enfermedad del hígado graso, es posible que pueda prevenirla si lleva una dieta saludable, limita el tamaño de las porciones y mantiene un peso saludable”.
“A una persona con hígado graso el médico podría sugerir cambios en la dieta”, destacaron desde el organismo, y enumeraron algunos posibles que pueden ser de ayuda:
- Limitar la ingesta de grasas, que son altas en calorías y aumentan la probabilidad de que la persona desarrolle obesidad
- Reemplazar las grasas saturadas y grasas trans de la dieta por grasas insaturadas, especialmente ácidos grasos omega-3, que podrían reducir la probabilidad de una enfermedad cardíaca en las personas que tienen enfermedad del hígado graso no alcohólica
- Comer más alimentos con un índice glucémico bajo, como la mayoría de las frutas, verduras y cereales integrales. Estos alimentos afectan menos la glucosa en la sangre que los alimentos con un índice glucémico alto, como el pan blanco, el arroz blanco y las papas
- Evitar alimentos y bebidas que contengan grandes cantidades de azúcares simples, especialmente fructosa. La fructosa se encuentra en los refrescos endulzados, bebidas deportivas, té endulzado y jugos. El azúcar de mesa, conocida como sacarosa, se convierte rápidamente en glucosa y fructosa durante la digestión y, por lo tanto, es una fuente importante de fructosa.
- Minimizar el consumo de alcohol, que puede dañar aún más el hígado.
Cinco bebidas naturales para desintoxicar el hígado
Se trata de preparaciones sencillas a base de ingredientes naturales, como las flores de manzanilla o el zumo de limón por ejemplo.
Dicen los especialistas que mediante el consumo de bebidas naturales se puede contribuir con el buen funcionamiento del hígado, mejorar el metabolismo, la digestión de las grasas y otros procesos que ayudan a mantener un peso estable y una salud hepática en buenas condiciones.
1- Agua de avena y canela
Se necesita: agua (250 ml), canela en polvo (2 g), copos de avena (20 g)
Preparación: Incorporar la avena en una taza de agua, dejar reposar un par de horas.
Luego, licuar con media cucharadita de canela en polvo. Aunque no es recomendable, puede añadirse un toque de miel si deseas que tenga un gusto más dulce.
2-Infusión con cáscaras de limón
Se necesita: agua (250 ml), cáscara de 1 limón. Opcional: un toque de miel (5 g), unas gotas de jugo de limón.
Preparación: picar la cáscara de un limón y, a continuación, añadir en una taza de agua hirviendo. Tapar la bebida y esperar que repose 10 minutos. Luego, colar y endulzar con una cucharada de miel. Si se desea, añadir unas cuantas gotas de jugo de limón para acentuar el sabor.
La infusión de cáscaras de limón es una alternativa a la típica agua de limón que se suele proponer para desintoxicar. Es igualmente muy fácil de preparar y aprovecha los nutrientes de la cáscara de esta fruta.
3- Té de jengibre y limón
Según la corriente detox, el té de jengibre y limón es una buena opción para mejorar la salud del hígado y al mismo tiempo, desinflamar el área abdominal cuando se tiene retención de líquidos.
Se necesita: agua (250 ml), jugo de medio limón, jengibre fresco recién rallado (5 g).
Preparación: Verter una cucharadita de jengibre rallado en una taza de agua y, en seguida, poner a hervir durante 2 o 3 minutos. Cuando esté listo, tapar el té y dejarlo reposar 10 minutos más. Colar y añadir el jugo de medio limón.
4- Infusión de menta
Se necesita: agua (250 ml), hojas de menta (10 g). Opcional: jugo de limón (5 ml).
Preparación: Agregar las hojas de menta en una taza de agua hirviendo y tapar. Dejar reposar la bebida durante 10 minutos, colar y, si gusta, añadir una cucharadita de jugo de limón.
5- Té de manzanilla
Se necesita: agua (250 ml), flores de manzanilla (10 g). Opcional: un poco de miel (5 g).
Preparación: Poner una cucharada de flores de manzanilla en una taza de agua y, a continuación, hervir a fuego bajo durante 5 minutos. Cuando esté lista, tapar la bebida, dejar reposar 10 minutos y colar.
El té o infusión de manzanilla es una excelente opción para relajarse y al mismo tiempo, desintoxicante y antiinflamatorio, pues esta hierba tiene propiedades antiinflamatorias, sedantes y analgésicas.
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