“La falta de actividad física en niños y adolescentes nos viene preocupando desde hace un par de décadas, porque si bien naturalmente el niño es activo e inquieto, desde el advenimiento de algunos entretenimientos que permiten que el niño esté quieto, sobre todo el uso de pantallas, el sedentarismo se ha vuelto un problema para toda la humanidad, incluidas las poblaciones pediátricas”. Así comenzó a analizar para Infobae la médica pediatra especialista en Medicina del Deporte Juliana Pochetti (MN 65962), en el Día Mundial de la Actividad Física.
Para la secretaria del Comité de Medicina del Deporte Infanto-Juvenil de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), “la actividad física es la contracara de la epidemia de pantallas y sedentarismo que involucra a toda la sociedad”.
En coincidencia con ella, la médica pediatra Roxana Anahí Timo (MN 88.956) observó que “el movimiento y la actividad física constituyen un aspecto esencial para el desarrollo infantil y del adolescente”. “Los seres humanos nacemos programados para movernos y en la sociedad occidental, el sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo asociados a enfermedades crónicas”, aportó la especialista, para quien “desde temprana edad los niños tienen la necesidad del movimiento; no necesariamente de una práctica deportiva sistematizada, pero sí de poder expresar libremente y trabajar la corporalidad”.
“Cuando hablamos de movimiento, nos referimos a correr, saltar a la cuerda, jugar a la pelota, bailar, patinar, nadar o jugar en el agua o con su mascota, andar en bicicleta, hacer jardinería, andar a caballo, trepar árboles o ayudar en las tareas de la casa. Un niño que no se mueve, no está dando libre expresión a su ser”, señaló.
En este contexto, las especialistas enumeraron cuáles son los seis principales beneficios de la actividad física para la salud de niños y adolescentes.
1- Combate el sedentarismo
La contracara del movimiento es el sedentarismo, una característica de la sociedad actual —sin distinción de clases sociales ni franjas etarias— que preocupa a los especialistas.
Los niños nacieron inmersos en un mundo donde la tecnología atraviesa todas las esferas de sus vidas y, como alertan los médicos hace tiempo, su exceso genera que los chicos pasen mucho tiempo sentados frente a las pantallas digitales.
Según Pochetti, “el sedentarismo es un factor de riesgo para enfermar, y en los niños produce alteraciones que se denominan como analfabetismo motor —no saben cómo ejecutar algunos movimientos— o dinapenia —falta de fuerza muscular que antes se veía en adultos mayores—. Además de que el exceso de pantallas produce trastornos emocionales, psíquicos, oftalmológicos”.
2- Aleja de las pantallas
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, el uso de pantallas aumentó más de tres horas diarias durante el confinamiento por el COVID-19, con resonancia no sólo en los hábitos dietéticos, sino también en los procesos cognitivos, sueño y autorregulación.
Y si bien los especialistas reconocen que “hoy el uso de los dispositivos es parte de la vida diaria”, alertan que “continúan siendo disruptivos en la infancia y adolescencia”.
3- Previene enfermedades
“La actividad física está incluida en la prevención de casi todos los aparatos y sistemas —destacó la especialista en Medicina del Deporte—. Se empezó conociendo su importancia para prevenir enfermedades cardiovasculares como ACV e infartos, pero hoy está descrita en la prevención de enfermedades mentales, renales, osteoarticulares, metabólicas, entre otras”.
En este punto, Timo aportó que “en todas las dolencias y enfermedades, la actividad física brinda beneficios a corto y largo plazo. En los niños es importante para un crecimiento armonioso, el desarrollo del aparato músculo esquelético, el sistema cardiovascular y la capacidad respiratoria. También ayuda en la prevención de problemas posturales y no se deben olvidar los beneficios de la actividad física al aire libre, para una adecuada oxigenación del organismo y potenciar la inmunidad”.
4- Previene la obesidad
“Se calcula que para 2050, la mitad de la población mundial podría padecer diabetes tipo 2. Estas tendencias son alarmantes y están en relación a los patrones de consumo y tipo de alimentación que predomina en occidente en la actualidad. Hoy en día, la obesidad y la malnutrición infantil constituyen una pandemia, que viene de la mano de la mala alimentación y el sedentarismo”, comenzó a analizar Timo en este punto.
A lo que Pochetti sumó: “Lamentablemente ya estamos viendo niños con obesidad como consecuencia del sedentarismo, cosas que la actividad física evitaría”.
5- Beneficia la salud integral a largo plazo
Como se vio, la actividad física es la indicación médica de prevención por excelencia que atraviesa a la gran mayoría de las enfermedades.
En este punto, Pochetti señaló que “antes se consideraba normal y propio del paso de los años la falta de fuerza y motricidad en las personas mayores y hoy se sabe que es secundario a una falta de actividad física desde la juventud”.
“La actividad física evita este tipo de complicaciones ya desde la infancia”, insistió.
“También hoy sabemos que el ejercicio es clave para la salud cerebral —agregó Timo—. Además, es un hábito que promueve la socialización, el desarrollo del carácter y la disciplina en los niños y adolescentes. Los acerca a un estilo de vida saludable y un mundo que propicia los buenos hábitos”.
6- Predispone al movimiento en la edad adulta
Por último, Pochetti consideró que “un niño físicamente activo es más probable que sea físicamente activo de grande”.
“Si uno experimentó el placer del movimiento durante la infancia es más probable que en algún momento vuelva a buscar ese mismo placer del movimiento —sostuvo—. Por eso es que en la infancia es tan importante que todas las actividades tengan el componente lúdico, es decir del juego, para que el chico lo disfrute, y para que quiera repetirlo durante su vida”.
- ¿A partir de qué edad se recomienda que los niños hagan una actividad física más allá de la escuela?
- Pochetti: Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) abarcan al niño desde que nace. Es más, hoy en día sabemos que una mujer embarazada activa produce cambios en la expresión de sus genes que van a ser heredados por sus hijos.
Entonces, desde antes de nacer se recomienda estimular el movimiento y hacerlo en cada una de las etapas de la vida, más allá de que en algún momento pueda incorporarse la práctica de algún deporte o actividad deportiva, pero el movimiento tiene que ser como el alimento, no puede faltar en ninguna etapa de la vida.
- Timo: Desde el nivel inicial, los niños pueden asistir a diversas actividades relacionadas con el deporte y movimiento, como competencias deportivas, campamentos, danza, expresión corporal, artes marciales. Pero también, puede ejercitar el movimiento realizando tareas en el hogar o actividades recreativas en familia.
La educación (también de la actividad física) empieza por casa
Consultadas acerca de cuál es la mejor manera de iniciar a un niño en alguna actividad física o práctica deportiva, las especialistas coincidieron en que darles el ejemplo es la clave.
Así como cuando se quiere que coman verduras y frutas, y raramente lo harán si mamá y papá no lo hacen, “la mejor manera de iniciar a un niño en la actividad física o deportiva es desde el ejemplo”, sostuvo Pochetti. “Los adultos, desde el lugar que ocupemos, especialmente desde el lugar de padres, tenemos que dar el ejemplo de ser físicamente activos: salir a caminar, a andar en bicicleta, ir a nadar, y en lo posible llevar a los niños con nosotros —recomendó—. El niño debe ser incorporado a las actividades de la familia desde edades tempranas y esas actividades tienen que incluir a la actividad física”.
“Los niños aman el movimiento desde la más tierna edad —reflexionó Timo—. Es excepcional encontrar un niño pequeño que no ame moverse. Por eso, la primera infancia es el momento adecuado para insertar la actividad física y generar este hábito”.
Y tras destacar que “los niños aprenden más del ejemplo que del precepto”, coincidió con su colega en señalar que “es mucho más probable que tengan atracción por los deportes y el movimiento si sus padres no sólo lo inculcan, sino que también lo practican”.
“Otro aspecto clave, es que realicen actividades que ellos disfruten y en compañía de sus pares. Nunca obligarlos a realizar una actividad o elegir por ellos —agregó la pediatra—. No todos los niños aman las competencias deportivas, no debe ser mandatorio la práctica de un deporte. Hay niños que aman el yoga, taichi o las artes marciales, otros prefieren la danza o la expresión corporal e incluso algunos, preferirán las caminatas, excursiones y actividades al aire libre. Lo importante es salir del sedentarismo y moverse”.
En este punto, Pochetti apuntó que “es recomendable estimular durante la edad escolar que el niño conozca y practique varios deportes”. “Más adelante, cuando tenga edad de incorporarse a actividades grupales lo recomendable es que el chico elija cuál es la actividad que desea. Y tiene que ser una actividad en que la familia lo pueda acompañar y llevar, y que se pueda sostener económicamente”, aconsejó.
Y finalizó: “No a todas las personas les gustan los deportes. La ‘obligación’ no es hacer un deporte, la obligación es moverse porque estamos hablando de salud. Si al chico no le gusta ningún deporte, lo recomendable es incorporarlo en actividades familiares que incluyan movimiento, como jugar en el parque, salir a andar en bicicleta, hacer caminando las compras o trámites que se puedan hacer caminando”. La clave es “tratar de que la familia adopte un estilo de vida activo: que lo normal en casa sea moverse, estar activos y no todo el tiempo sentados en el sillón”, concluyó.
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