Todos tenemos nuestros caprichos: 1 kg de helado de chocolate después de un día largo y estresante, esa lata de gaseosa con unos trozos de pizza un viernes por la noche, una hamburguesa con papas fritas en ese nuevo restaurante del que todo el mundo habla maravillas.
El dicho “todo con moderación” existe por una razón. La mayoría de los médicos y nutricionistas saben que privarnos por completo de los alimentos que nos gustan puede ser contraproducente y hacer que comamos más de lo que deberíamos. Pero hay ciertos alimentos que los gastroenterólogos —médicos especializados en mantener sanos el intestino y el tubo digestivo— evitan el 99% (y a veces el 100%) de las veces.
Ninguno de estos alimentos nos quitará años de vida si los comemos de vez en cuando, pero hay ciertos alimentos que los médicos gastrointestinales rara vez comen. He aquí seis de ellos.
1. Barras proteicas
Las barritas proteicas son sanas, ¿no? Aunque algunas, como las elaboradas con auténtica fruta y frutos secos, son mejores que otras, la doctora Harmony Allison, gastroenteróloga del Centro Médico Tufts, dice que ella nunca come las muy procesadas.
En concreto, las barritas de proteínas superprocesadas pueden provocar hinchazón y gases. “Nunca como barritas ‘proteicas’. Suelen estar muy procesadas y contener muchos aditivos de utilidad desconocida”, afirmó en diálogo con HuffPost. “Podemos obtener la misma cantidad de proteínas en un vaso de leche, una ración de mantequilla de maní, nueces o semillas de calabaza”, dijo.
2. Carnes rojas
Lo sentimos, amantes de la carne roja: los médicos gastrointestinales no son fanáticos. “Yo evito la carne roja, sobre todo los bifes y las hamburguesas”, dijo la doctora Reezwana Chowdhury, gastroenteróloga del Johns Hopkins.
Y añadió: “La carne roja y la carne procesada aumentan el riesgo de cáncer de colon y de pólipos en el colon. Tienen un alto contenido en grasas saturadas, pero si vas a consumirlas, la cantidad consumida es importante: el riesgo de cáncer de colon es mayor en quienes consumen más de 100 gramos al día”.
3. Salchichas y otras carnes procesadas
Hay pocas personas a las que les resulte fácil rechazar un pancho o resistirse al olor a bacon frito, pero la doctora Rabia De Latour, gastroenteróloga y profesora adjunta de medicina en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, se mantiene alejada de este tipo de carnes procesadas y, lamentablemente, los embutidos también cuentan.
“Las carnes rojas y procesadas tienen un mayor riesgo de cáncer colorrectal”, afirmó. “Los datos han relacionado la ingesta de carnes rojas y procesadas cuatro o más veces por semana con un aumento del riesgo de cáncer de colon de hasta un 20%”.
4. Pescado o pollo frito
Seguro ese filet de pescado y esa caja de nuggets de pollo están deliciosos, pero no le hacen ningún favor a nuestra salud intestinal.
“Los estudios han demostrado que el aceite de freír puede modular negativamente el microbioma intestinal, lo que agrava la aterosclerosis (acumulación de grasa y otras sustancias en las paredes arteriales)”, detalló el doctor Mahmoud Ghannoum, investigador del microbioma y cofundador de BIOHM. “A largo plazo —continuó—, esta acumulación puede tener consecuencias como infartos y derrames cerebrales”.
5. Gaseosas
Si sos consumidor habitual de gaseosas o cualquier otro tipo de bebida azucarada, puede que haya llegado el momento de abandonar ese hábito. “Aunque pueden ser fáciles de tomar, estas bebidas también están relacionadas con enfermedades crónicas, como la diabetes y las cardiopatías”, indicó el doctor Simon C. Matthews, gastroenterólogo del Johns Hopkins y miembro del consejo asesor de Vivante Health.
“Además —añadió—, a menudo se asocian con el desencadenamiento de síntomas gastrointestinales de hinchazón, eructos y reflujo, sobre todo cuando se combinan en sus formas carbonatadas y con cafeína”.
6. Pan blanco
Según la doctora Shilpa Grover, directora del programa de oncogastroenterología de la división de gastroenterología del Brigham and Women’s Hospital, los cereales refinados no son buenos para el intestino.
“Los estudios que han evaluado los patrones dietéticos han demostrado claramente que un alto consumo de carne roja y procesada y de cereales refinados se asocia a un mayor riesgo de bolsas inflamatorias en el tracto digestivo llamadas diverticulitis”, dijo.
“Contrariamente a lo que se pensaba antes, los frutos secos, el maíz y los pochoclos no se asocian a un aumento del riesgo de desarrollar diverticulosis ni complicaciones como diverticulitis o hemorragias”, remarcó la experta.
Pero la salud intestinal no es lo único que hay que vigilar cuando se trata de seguir una dieta rica en carne roja y cereales refinados. “Esas mismas dietas recomendadas para disminuir el riesgo de afecciones de salud como la diabetes, la enfermedad arterial coronaria y el cáncer, incluido el cáncer colorrectal, probablemente también disminuyan el riesgo de diverticulitis”, señaló.
Según la Clínica Mayo, los divertículos son “bolsas abultadas y pequeñas que se pueden formar en el revestimiento del sistema digestivo. Por lo general, se encuentran en la parte inferior del intestino grueso (colon). Los divertículos son comunes, en especial luego de los 40 años, y rara vez causan problemas”.
Para prevenirla, los expertos recomiendan:
- Hacer ejercicio con regularidad. El ejercicio favorece el funcionamiento normal del intestino y reduce la presión dentro del colon. Trata de ejercitarte al menos 30 minutos la mayoría de los días.
- Comer más fibra. Una alimentación con alto contenido de fibra disminuye el riesgo de diverticulitis. Los alimentos con alto contenido de fibras, como las frutas y las verduras frescas, y los granos integrales, ablandan los desechos y ayudan a acelerar el movimiento a través del colon. Comer semillas y nueces no está asociado con el desarrollo de diverticulitis.
- Beber mucho líquido. La fibra actúa absorbiendo el agua y así aumenta la cantidad de materia fecal suave y abultada en el colon. Sin embargo, si no tomas demasiado líquido para reemplazar lo que se absorbe, la fibra puede producir estreñimiento.
- Evitar fumar. Fumar está asociado con un mayor riesgo de padecer diverticulitis.
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