Cinco hábitos familiares que fortalecen el sistema inmune de los niños

Prestar atención a las rutinas de sueño, una dieta balanceada y la actividad física cotidiana son claves que promueven el bienestar y aumentan las defensas contra las enfermedades

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Cómo reforzar el sistema inmune de los niños - Bienestar

El inicio del año escolar es una buena oportunidad para pensar en la salud de nuestros hijos y cómo fortalecer las defensas de su sistema inmune para que estén protegidos contra el COVID-19 y otras enfermedades.

Como padres, los hábitos de cada día presentan una nueva oportunidad para mantener más sanos a los niños y adolescentes. Existen muchas formas naturales de estimular el sistema inmune sin recurrir a suplementos ni medicamentos.

La doctora Claire McCarthy, pediatra de atención primaria en el Boston Children’s Hospital y profesora de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, señaló que la mejor manera de mantener robusto el sistema inmunológico “es, básicamente, tomar las medidas necesarias para mantenerse saludable. Tan aburrido como suena, es probado y verdadero”.

Aquí un repaso por cinco hábitos más importantes que la especialista publicó en la Harvard Health Publishing, la publicación en línea con consejos de salud y bienestar de la Escuela de Medicina de la universidad.

1 - Más frutas y verduras

Cocinar con los niños y hacerlos partícipes del proceso hará que no les resulte tan extraño el plato cuando llega a la mesa (Getty)
Cocinar con los niños y hacerlos partícipes del proceso hará que no les resulte tan extraño el plato cuando llega a la mesa (Getty)

La pediatra de Harvard señaló que una dieta saludable es aquella que está integrada por abundantes frutas y verduras (se recomiendan cinco porciones al día, y deberían ocupar la mitad de cada plato), cereales integrales y proteínas magras. Una dieta sana también debe incluir lácteos u otra fuente de calcio, y grasas saludables, como los aceites vegetales.

Los alimentos que se deben evitar son los productos procesados, con azúcar agregada y grasas no saludables, como las grasas saturadas que se encuentran en los productos de origen animal.

“Eso no significa que su hijo nunca pueda comer galletas o helado, pero si quiere que su hijo esté saludable, no debe comer alimentos procesados todos los días”, apuntó la doctora McCarthy.

2 - Calidad y cantidad de horas de sueño

Durante el sueño se producen nuevas conexiones cerebrales, se consolida lo aprendido durante el día, se producen diferentes hormonas importantes para el desarrollo, entre otras funciones (Getty Images)
Durante el sueño se producen nuevas conexiones cerebrales, se consolida lo aprendido durante el día, se producen diferentes hormonas importantes para el desarrollo, entre otras funciones (Getty Images)

Tanto en los niños como en los adultos, la falta de sueño está asociada a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, depresión, diabetes, hipertensión y mortalidad general.

La cantidad de sueño que necesita un niño varía según la edad (de 12 a 16 horas al día para los bebés y de 8 a 10 horas para los adolescentes) y también de un niño a otro según su nivel de actividad y desgaste físico.

Dormir la cantidad de horas recomendadas según la edad es uno de los hábitos saludables más importantes: los niños que no descansan lo suficiente pueden desarrollar problemas de comportamiento y aprendizaje que persisten durante años.

“Puede alentar un sueño saludable limitando las pantallas (para los adolescentes, los dispositivos realmente deben apagarse una o dos horas antes de acostarse y, preferiblemente, no estar en el dormitorio por la noche) y mantener un horario regular”, recomendó la especialista de Harvard.

3 - Estimular la actividad física

El ejercicio físico previene los trastornos de la salud mental y acelera su mejoría cuando éstos ya se han instalado (Getty)
El ejercicio físico previene los trastornos de la salud mental y acelera su mejoría cuando éstos ya se han instalado (Getty)

El ejercicio nos mantiene saludables y menos propensos a enfermarnos. Todos los niños deberían estar activos durante, al menos, una hora al día.

Además, un reciente estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics demostró que la actividad física previene los trastornos de ansiedad y depresión en niños y adolescentes. Y acelera la mejoría -en combinación con otros abordajes- en los casos en que ya se padecen este tipo de condiciones.

“Estar activo no tiene por qué significar practicar un deporte o ir al gimnasio; podría ser jugar en el patio de recreo o salir a caminar”, aconsejó la doctora McCarthy. Y destacó que más no es necesariamente mejor; si tiene un hijo que es un atleta y realiza ejercicio varias horas al día, “asegúrese de que el ejercicio no le quite el sueño ni le provoque agotamiento, ya que ambos podrían causar problemas con el sistema inmunológico”.

4 - Manejar el estrés

Los trastornos de ansiedad se incrementaron entre los más chicos desde la pandemia (Getty)
Los trastornos de ansiedad se incrementaron entre los más chicos desde la pandemia (Getty)

Las situaciones de tensión recurrentes y el estrés nos hace menos saludables y más propensos a las infecciones. “Asegúrese de que los niños tengan tiempo libre para jugar y acceso a actividades y personas que los hagan felices”, recomendó la pediatra de Harvard y sugirió: “Pasar tiempo juntos como familia y crear oportunidades para que puedan expresarse sobre cualquier asunto que les pueda preocupar”.

No solo hay que amar a los niños, ellos también necesitan percibirlo en las acciones cotidianas para sentirse queridos. Esto puede incluir tener una rutina especial para la hora de dormir que incluya hablar sobre lo que pasó en el día, caminar juntos o compartir sus juegos favoritos.

Hacer el esfuerzo de conectarse con ellos ayuda a los niños a saber que son valorados y les transmite una sensación de seguridad.

5 - Calendario de vacunación al día

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las vacunas logran evitar entre 2 y 3 millones de muertes por año en el mundo  (Getty)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las vacunas logran evitar entre 2 y 3 millones de muertes por año en el mundo (Getty)

La pandemia de COVID-19 propició que muchas familias posterguen la aplicación de algunas vacunas. Sin embargo, es relevante destacar que las coberturas incompletas o muy bajas de vacunación facilitan la aparición de enfermedades como la hepatitis A, enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae tipo B (Hib), difteria y tétanos e incluso algunas erradicadas o en vías de erradicación como el síndrome de rubéola congénita, el sarampión y la poliomielitis.

“Las vacunas nos protegen de todo tipo de enfermedades. Consulte con su médico para ver si su hijo está al día con las dosis”, apuntó la pediatra de Harvard.

En septiembre de 2022, en el marco de la campaña “Vacuname a tiempo. Las vacunas salvan vidas”, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) instó a las familias a cumplir con el calendario nacional de vacunación como acción fundamental para prevenir enfermedades.

“Tal como quedó demostrado contra el coronavirus SARS-CoV-2, las vacunas son una de las medidas sanitarias que mayor impacto tienen en la salud de la población. Benefician tanto a las personas vacunadas como a aquellas no vacunadas. Son seguras, salvan vidas y previenen enfermedades. Gracias a la vacunación, se han logrado disminuir los casos de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la rubeola”, afirmó la doctora Elizabeth Bogdanowicz, médica infectóloga pediatra, miembro del Comité de Infectología de la SAP.

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