Como si de un mandato se tratara, en la organización de las reuniones de fin de año las familias dedican mucho tiempo y energía a planificar qué se va a servir en la mesa.
Si asado, si frío, si pavo, si vitel toné, si carré de cerdo, si compramos hecho o cada uno lleva algo. Un punto aparte lo representa el postre y la mesa dulce: helado, ensalada de frutas, pan dulce, turrones, frutos secos. ¡Y el brindis! Ya que a lo que se bebe durante la comida hay que sumar el momento de alzar la copa. Se calcula que en dos noches se consume la misma cantidad de calorías que en cinco días.
Además, si se piensa que toda la reunión se desarrolla en un período relativamente corto de tiempo, los especialistas destacan que la ingesta excesiva de alimentos y bebidas en un lapso tan breve suele favorecer el malestar gastrointestinal, la acidez, el dolor estomacal y la distensión abdominal.
¿Conclusión? Más de uno regresará a su hogar tras los festejos arrepentido de todo lo comido y bebido y prometiéndose que en Año Nuevo la ecuación será diferente.
Sin embargo, la celebración puede tener otro final, aseguran los expertos en nutrición. “En general, las costumbres apuntan a celebrar las Fiestas con abundancia de comidas y bebidas y eso suele traer algunas consecuencias en la salud digestiva en el corto plazo”. Para la licenciada en Nutrición María Cecilia Ponce (MN 3362), evitar el tradicional atracón posterior es posible, y una de las claves radica en “proponerse pasar las Fiestas de una manera diferente, haciendo que los alimentos no sean el foco de placer y poder disfrutar de otras situaciones que ofrecen las Fiestas en sí”.
Ante la consulta de Infobae, la especialista planteó: “El punto sería poder plantearnos el objetivo de disfrutar las Fiestas de una manera más saludable y más consciente, que nos permita poder conectarnos con otras cosas que antes no percibíamos y de esta manera poder controlar mejor la cantidad, la ingesta y el tipo de alimentos que normalmente consumimos que muchas veces nos traen consecuencias digestivas en los días siguientes”.
En opinión de la médica especialista en Nutrición Virginia Busnelli (MN 110351), “es posible que el alimento no sea la principal preocupación de la noche, y hacer uso de algunas herramientas para que, en el momento de enfrentarse a la mesa navideña, se pueda elegir de manera consciente y evitar el atracón, que luego viene acompañado de culpa y malestar”.
La licenciada Alexa Gomez es jefa de residentes del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas y consideró que “un problema recurrente es la ingesta excesiva de alimentos en un corto período de tiempo, que suele favorecer los síntomas digestivos, a lo que se suma el hábito poco saludable de saltarse las comidas del resto del día festivo o ingerir pocos alimentos lo que hace que las personas lleguen con mucha hambre al momento de la cena”.
“Cuando esto ocurre es más difícil controlar las porciones, aún más si la variedad de platos es muy grande -señaló la especialista-. Por eso es importante realizar las comidas previas incluyendo frutas, verduras y cereales integrales”. Y tras señalar que “un consumo elevado de grasas de origen animal como cortes de carne (tira de asado asado, lechón, achuras, piel de pollo o pavita), manteca, mayonesa y crema de leche también puede contribuir a la sintomatología digestiva”, consideró que “una estrategia puede ser seleccionar cortes de carne magra como pollo y pavo sin piel, peceto, etc y retirar la grasa visible. Por otro lado, alimentos como manteca, crema de leche y mayonesa se pueden reemplazar por aceites vegetales como el de girasol, maíz u oliva”.
Para ella, “un punto aparte son las bebidas alcohólicas durante los festejos y cómo evitar que las bebidas caigan mal y produzcan resaca”. “La ingesta de líquidos es otro aspecto importante a considerar en las fiestas -amplió Gomez-. Las altas temperaturas de diciembre en Argentina hacen que tengamos más sed. Sin embargo, las bebidas que suelen estar en la mesa de las Fiestas son bebidas alcohólicas y azucaradas. Esto lleva a que muchas personas tengan un consumo excesivo tanto de alcohol como de calorías extras y vacías en estas fechas”.
Y agregó: “Tomar agua a lo largo de todo el día de las Fiestas y también incorporar varios vasos a lo largo de la noche nos pueden ayudar a evitar tomar un exceso de bebidas calóricas por sensación de sed. Muchas veces también se empieza a consumir alcohol mucho antes de ingerir alimentos, lo cual puede favorecer un mayor consumo con el estómago vacío y que esto nos genera malestar. Por eso es importante empezar a tomar alcohol después de haber comido”.
Para finalizar, Busnelli dio algunas recomendaciones para disfrutar las celebraciones sin caer en el atracón:
- No llegar al momento del encuentro con un hambre voraz. “Para ello es muy importante repartir las ingestas a lo largo del día y evitar los ayunos muy prolongados”, apuntó la especialista, quien aconsejó desayunar, almorzar y merendar el día de la fiesta, “ya que si se llega a la cena con mucho apetito por no haber comido durante el día se tiende a elegir los alimentos más calóricos y grasos y a perder el control de lo que se consume”.
- Romper tradiciones. “Animarse a armar preparaciones nuevas, acordes a los gustos y más saludables, en las que el ingrediente principal sea la verdura o la fruta -propuso-. Probar ensaladas nuevas, coloridas y frescas. Decorar los platos con hortalizas crudas, cocidas y frutas de estación, ya que incluirá volumen y fibra a la comida, lo que aumentará la sensación de saciedad”.
- Servirse un plato lindo y que apetezca. “Ante la abundancia de opciones, recomiendo elegir las que cada uno prefiera y que se las vaya sirviendo en un plato hasta que la persona considere que esté lleno y es suficiente”. “De esa forma se está más consciente de lo que se come, ya que el picoteo constante hace que se pierda el control y probablemente se coma mucho más”, sostuvo.
- ¡Atención con el postre! “No voy a recomendar privarse de las opciones ricas y tentadoras que ofrece la mesa navideña, pero sí servirse en un plato un poco de todo lo que se quiera probar, incluyendo aquí también garrapiñadas y turrones -aconsejó-. Armar un plato de postre, e intentar no repetirlo. Y si el plato tiene muchas frutas mejor”.
- Para tomar, agua. “Cuando se tiene sed, el cuerpo pide agua, no gaseosas, alcohol o jugos”, aseguró la nutricionista, para quien lo ideal es “dejar para el brindis o para un momento especial de la noche estas otras opciones. De más está decir que si se pueden y quieren evitar será mucho mejor”.
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