Añadir el yoga -una disciplina espiritual milenaria originada en la India y basada en una ciencia que apunta hacia la armonía de la mente y el cuerpo- a una rutina de ejercicio regular puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según una nueva investigación.
El estudio publicado en la revista Canadian Journal of Cardiology revela que esta disciplina es mucho más que estirar los músculos. Los investigadores descubrieron que el yoga puede reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca en reposo y mejorar el riesgo cardiovascular a 10 años.
Millones de personas en todo el mundo practican yoga como parte de su rutina de ejercicios físicos y espirituales. Los estudios siguen destacando los beneficios de la actividad, y este mes otro sugiere que el ejercicio puede reducir el azúcar en sangre de los diabéticos.
En el trabajo los investigadores reclutaron a 60 personas. Todos padecían hipertensión arterial y síndrome metabólico, una combinación de hipertensión arterial, diabetes y obesidad.
Los participantes se dividieron en dos grupos: a la mitad se les pidió que hicieran yoga estructurado, mientras que el resto se limitó a hacer estiramientos cinco veces por semana. También se pidió a todos los participantes que hicieran media hora de ejercicio aeróbico cinco veces por semana, como correr, montar en bicicleta o nadar.
Los científicos midieron la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y el riesgo de enfermedades cardiovasculares al inicio del estudio y tres meses después. Ambos grupos experimentaron un descenso de estos factores. Pero los que practicaron yoga experimentaron un descenso mayor de la presión arterial sistólica, es decir, la presión ejercida sobre las paredes arteriales en cada latido.
El grupo de yoga registró una reducción global de 10 milímetros de mercurio (mmHg), frente a los 4 mmHg del grupo de estiramientos. Pero no se observaron diferencias en la presión arterial diastólica. Según el doctor Paul Poirier, cardiólogo de la Universidad Laval de Quebec, “nuestro estudio demuestra que la práctica estructurada del yoga puede ser un complemento más saludable del ejercicio aeróbico que el simple estiramiento muscular”.
“Como se ha observado en varios estudios, recomendamos a los pacientes que intenten encontrar ejercicio y alivio del estrés para el tratamiento de la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares de la forma que les resulte más atractiva”, agregó.
No estaba claro por qué las personas que hacían yoga experimentaban mejoras respecto a las que sólo hacían estiramientos. Pero esto puede estar relacionado con el hecho de que el yoga también enseña a controlar la respiración, en comparación con los estiramientos, que se centran en aflojar los músculos.
El yoga conduce a un perfecto equilibrio entre la mente y el cuerpo. Además, ayuda a la salud psicofisiológica y a la armonía emocional, asegura el documento Orientaciones de Yoga durante el COVID-19 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según el escrito, el yoga es útil para gestionar el estrés diario y sus consecuencias. Las prácticas yóguicas serían beneficiosas en el tratamiento de enfermedades no transmisibles como la hipertensión, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), el asma bronquial, la diabetes, los trastornos del sueño y la depresión, entre otros. Además, “puede desempeñar un papel importante en la atención y rehabilitación psicosocial de los pacientes con COVID-19 en cuarentena y aislamiento”.
En la misma línea, expertos de la Clínica Mayo aseguran que “se considera uno de los muchos tipos de enfoques de la medicina complementaria e integradora. El yoga reúne disciplinas físicas y mentales que pueden ayudar a alcanzar la tranquilidad del cuerpo y la mente. Esto puede ayudar a relajar y a controlar el estrés y la ansiedad. Cada persona tiene un cuerpo distinto con distintas habilidades. Es posible que debas modificar las posturas de yoga de acuerdo con tus habilidades individuales”.
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