Los expertos en alimentación sugieren no regirse por dietas estrictas que restrinjan grupos de alimentos. Lo recomendable es un estilo de vida saludable sostenido en el tiempo que ayudará a que se logre el peso deseado y -sobre todo- a un correcto equilibrio en el organismo de los principales nutrientes, claves para una salud duradera.
Un nutrido cuerpo de evidencia de grandes estudios observacionales sugiere que un nivel adecuado de selenio, magnesio, hierro y zinc se asocia con un menor riesgo de múltiples enfermedades crónicas no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer o patologías neurodegenerativas como el Alzheimer o el mal de Parkinson.
Sin embargo, la modernidad, el aumento de la población en el mundo y la necesidad de generar mayor rendimiento a la tierra, llevó a disminuir los nutrientes que obtenemos de los alimentos y tal déficit indefectiblemente se ve reflejado en la salud de la población.
Las últimas investigaciones refieren que una de cada tres personas en el mundo tiene algún grado de deficiencia de estos minerales esenciales, según alertaron desde la Sociedad Argentina de Medicina del Estilo de Vida (Samev).
Especialistas consultados por Infobae coincidieron en que la importancia de mantener niveles adecuados de nutrientes como el zinc, selenio y magnesio está dada por el rol vital clave que éstos tienen en el correcto funcionamiento del organismo.
“El zinc es imprescindible para la actividad metabólica y funciones de las células, y además tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, inmunoestimulantes (defensas), anti cancerígenas y neuroprotectoras - explicó a este medio la licenciada en Nutrición Marcela Manuzza (MN 3.427)-. El estado nutricional del zinc repercute en el crecimiento, el desarrollo neurológico, de comportamiento e inmunidad”.
Por su parte el selenio, según explicó la presidente de Samev, “es un mineral esencial, que participa en procesos antioxidantes, antiinflamatorios, señalización de insulina, inmunidad y producción de hormona tiroidea”. Y tras explicar que “el contenido de selenio de los alimentos depende de las características de los suelos”, la especialista precisó que “en la Argentina el selenio es alto en los suelos de San Luis y el Noroeste de Córdoba, y es deficiente en la cuenca del Plata”.
“El magnesio es un mineral esencial que regula funciones fundamentales como contracción muscular, conducción neuromuscular, control de la glucemia, contracción del miocardio y presión arterial, producción de energía, transporte de iones a través de membranas y desarrollo óseo (huesos). Estudios de los Estados Unidos y Europa muestran que la ingesta de magnesio suele ser deficitaria, estimándose que alrededor de dos de cada tres de las personas adultas no alcanzan la ingesta mínima recomendada”, agregó.
Con respecto al hierro, otro de los nutrientes esenciales de los que carece gran parte de la población, la licenciada en Nutrición Sabrina Caporaso (MN 7.839) destacó que “existe un alto porcentaje de la población que tiene déficit de hierro. El aporte de hierro es principalmente a través de las carnes, rojas, vísceras, y en menor medida, algunas legumbres”.
Para el médico nefrólogo y cardiólogo Gabriel Lapman (MN 119.066), quien es el vicepresidente de Samev, “la carencia de hierro es la principal causa de la anemia, la deficiencia nutricional más prevalente en todo el mundo, que afecta al 33% de las mujeres no embarazadas, al 40% de las embarazadas y al 42% de los niños, según cifras actuales de la Organización Mundial de la Salud”.
- ¿Cómo es posible mantenerlos en sus niveles adecuados?
- Lapman: A través de la alimentación saludable y bien planificada por profesionales de la salud y la nutrición, es posible cubrir las necesidades nutricionales de todos los nutrientes.
Sin embargo, en la actualidad, se nos plantea un desafío sobre la incorporación de nutrientes, porque puede observarse un déficit en nuestra alimentación, y esto es consecuencia, de los métodos de agricultura intensiva que se vienen practicando, que resulta en un empobrecimiento de los minerales del suelo y, por otro lado, del procesado de los alimentos, en el cual se pierden nutrientes.
- Caporaso: Si hablamos de minerales, es con una alimentación equilibrada y completa, que contenga alimentos variados, que no falten las verduras, las frutas, las carnes, los cereales, los lácteos. las legumbres y que se beba no menos de litro y medio de agua por día.
Hace 50 años con una buena alimentación, nos asegurábamos tener un aporte completo de minerales, hoy en día, y cada vez es más necesario suplementar la alimentación y ahí debemos diferenciar a los minerales inorgánicos presentes en la mayoría de los suplementos dietarios, que no tienen buena absorción y los minerales orgánicos, que se absorben donde se tienen que absorber. Tienen una acción similar a los minerales que aportan los alimentos.
Qué dice la evidencia científica
- Zinc:
Un reciente relevamiento de la Samev dio cuenta de una revisión sistemática y metanálisis de 34 estudios observacionales que evidenció que, en promedio, los vegetarianos tenían una menor ingesta de zinc, y menores concentraciones séricas de este mineral (aunque dentro de rangos normales), en comparación con los no vegetarianos. Si bien la diferencia fue estadísticamente significativa, la diferencia en la ingesta entre vegetarianos y no vegetarianos en términos absolutos fue de sólo 0.9 mg, lo cual resta importancia clínica a este hallazgo para la mayoría de las personas.
Esta cantidad de zinc puede incorporarse con menos de 100 gramos de lentejas cocidas, o menos de 150 gramos de arroz integral. No obstante, es posible que en personas que se hallen en los límites inferiores de la ingesta mínima recomendada, que tengan dietas con un alto ratio molar fitatos:zinc, o que se hallen en una situación de mayor requerimiento, esta diferencia sea relevante, y deba prestarse atención para una mayor incorporación de este mineral. Los suplementos de zinc pueden ser de utilidad en estas situaciones.
- Selenio:
La glándula tiroides es el órgano con mayor concentración de selenio (Se). Este mineral es vital para un adecuado funcionamiento tiroideo. Diversos estudios demuestran que la suplementación con selenio es beneficiosa para la tiroiditis de Hashimoto. Una revisión sistemática y metanálisis de ensayos clínicos observó que los suplementos de Se reducen los anticuerpos anti-tiroperoxidasa. El selenio también es efectivo en el tratamiento de la enfermedad de Graves y tiroiditis post-parto.
Con base en la evidencia disponible, el objetivo sería llevar la concentración plasmática de Selenio a 120-150 ug/L (niveles asociados con la menor mortalidad y sin riesgos adicionales). Si los niveles basales en sangre superan los 122 ug/L no parece haber un beneficio de suplementar este mineral, e incluso se ha observado que la suplementación se asocia a un mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 2 y de algunos tipos de cáncer (Rayman, 2012). Por lo tanto, es recomendable antes de iniciar la suplementación con selenio realizar un dosaje de su concentración en plasma suero, y siempre contar con supervisión médica.
- Magnesio:
Debido a las características de las dietas occidentales (elevado consumo de alimentos refinados y pobre ingesta de granos integrales y vegetales) a la desmineralización del agua y a las prácticas agrícolas actuales, el consumo de magnesio a través de los alimentos se puede ver perjudicado y ocasionar deficiencias en la población.
Además, existen poblaciones de riesgo para deficiencia de magnesio como personas con enfermedades gastrointestinales (como enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca), diabéticas, alcohólicas, y de edades avanzadas (la absorción intestinal de magnesio se reduce con la edad, y puede ser afectada por fármacos de uso frecuente como inhibidores de bomba de protones y diuréticos). Cabe mencionar que los valores séricos de magnesio no se correlacionan bien con el contenido de magnesio a nivel intracelular, ya que solo representan el 0.3% del magnesio total, por lo que la deficiencia puede ser fácilmente subdiagnosticada.
El proceso de envejecimiento se acompaña de una inflamación crónica de bajo grado que ha sido denominado “inflammaging” en inglés. Un estatus insuficiente de magnesio podría facilitar este proceso al aumentar el estrés oxidativo y condiciones inflamatorias como la resistencia a la insulina y la disfunción endotelial.
Por los motivos mencionados, para los expertos, en ocasiones el uso de suplementos podría ser de gran utilidad.
- ¿Qué alimentos contienen zinc, magnesio, selenio y hierro?
- Manuzza: Los alimentos de origen vegetal que contienen zinc son legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas y levadura nutricional, mientras que el selenio se encuentra en cereales si se consumen en altas cantidades, en el brócoli, el ajo y la cebolla.
La nuez de Pará presenta el mayor contenido (se alerta sobre si contenido en bario, que en exceso puede resultar tóxico con tal sólo tres nueces). El magnesio se encuentra en legumbres, frutas secas, semillas, cereales integrales y hortalizas de hojas verdes.
- Caporaso: El zinc lo encontramos en los mariscos, carnes rojas, carnes de ave, frutos secos, chocolate negro, arroz integral y huevo.
El selenio está principalmente en el pescado, mariscos, huevos, pollo, hígado, ajo, verduras, cereales y champiñones. Mientras que el magnesio se encuentra en las frutas, especialmente banana y damascos, palta, frutos secos, arvejas, garbanzos, arroz integral, leche y yogur.
- ¿Cuál es la diferencia en relación con la absorción entre un mineral inorgánico y uno orgánico?
- Lapman: Los minerales en su forma inorgánica son menos biodisponibles, tienen más efectos secundarios asociados y una mayor toxicidad que los orgánicos. Uno de los ejemplos más conocidos respecto de los efectos secundarios de las formas inorgánicas es el del hierro, que suele producir intolerancias gastrointestinales. Los sulfatos, óxidos, fosfatos y carbonatos forman parte de este grupo inorgánico.
- Caporaso: Los minerales son sustancias químicas esenciales para el organismo humano que se encuentran en la naturaleza, principalmente en las plantas, en el agua y en los animales que se alimentan del producto de la tierra. Cuando nos referimos a que son esenciales implica que nuestro organismo es incapaz de sintetizarlos, por ello debemos ingerirlos a través de la dieta, o de suplementos dietarios.
Finalmente, acerca de si en caso que haya déficit de estos nutrientes es recomendable aportarlos en forma orgánica como suplementos de la alimentación, Lapman aseguró que “la suplementación con minerales parece una estrategia sensata y segura, tomando en cuenta la evidencia científica al definir la necesidad de la suplementación”.
“Existen suplementos que contienen cada uno de los minerales en forma separada, o juntos; siempre es recomendable consultar al médico, nutricionista o al farmacéutico para elegir entre las alternativas disponibles la más recomendada para cada persona”, aportó Caporaso.
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