Mucho se ha avanzado recientemente sobre la salud en general y particularmente la cardiovascular en los pacientes portadores del VIH. “En los últimos 40 años de la epidemia del VIH aprendimos que la salud de los pacientes con el virus está particularmente amenazada ya que tienen un riesgo cardiovascular por enfermedad isquémica, cardíaca y neurológica superior a la de la población general. Esto se vincula con aspectos biológicos propios de la infección y con algunos aspectos farmacológicos”, explicó a Infobae el doctor Edgardo Bottaro, médico infectólogo de Helios Salud, que brindó algunas reflexiones sobre cómo es la salud cardiovascular del paciente VIH y la importancia de controlar los factores de riesgo coronario para que la edad del corazón coincida con la del paciente.
“En 2018 las guías médicas de EEUU sobre el corazón, incluyeron al VIH dentro de los factores de riesgo que potencian los incidentes cardiovasculares. En la historia de los tratamientos para afrontar esta enfermedad, los retrovirales no eran efectivos. Había combinaciones de drogas que no eran potentes y no se lograba mejorar la calidad de vida o sobrevida de las personas infectadas. Así, los pacientes irremediablemente se morían por infecciones o complicaciones del VIH y no llegaban a desarrollar cardiopatía isquémica, una enfermedad que requiere básicamente de tiempo”, indicó el especialista que también es médico de staff del Servicio de Infectología del Hospital General de Agudos “Donación Francisco Santojanni”.
Según el experto, en la segunda etapa del tratamiento antiretroviral, lo que sería la etapa temprana del tratamiento de alta efectividad con la inclusión de drogas como los inhibidores de la proteasa, pero que tenían mucha toxicidad metabólica. Se mejoraba la sobrevida y reducir la mortalidad, pero se generó morbilidad cardiológica, con lo cual, los pacientes comenzaron a desarrollar cardiopatía isquémica y la carga de enfermedad cardiovascular comenzaba a aumentar.
Las guías de tratamiento de esa época sugerían iniciar los tratamientos en forma tardía, cuando el paciente ya había desarrollado inmunodeficiencia, con lo cual los pacientes tenían una carga de activación inmune e inflamación crónica que también deterioraba la salud cardiovascular.
En la etapa moderna actual se incluye el reemplazo de drogas tóxicas por aquellas menos tóxicas y también el inicio temprano del tratamiento, antes de que los pacientes desarrollen inmunodeficiencia.
“Nuestros pacientes a veces no nos comprenden porque a veces los médicos no somos lo suficientemente claros para explicarles cosas importantes para cuidar su salud. Así, las personas que viven con VIH tienen un riesgo cardiovascular incrementado, es decir que comparado con una persona que tiene el virus, tiene un riesgo mayor, establecido en 1,5 a 2 que la población general. Por eso es muy importante que aquellas personas que tienen VIH no fumen, cuiden su presión, tengan una dieta balanceada con muchos vegetales y cuiden su colesterol y azúcar en sangre”, preciso y afirmó que las personas con VIH tienen una edad cardíaca mayor a su edad cronológica. Aproximadamente es 10 años mayor. Esto sucede porque los factores de riesgo están más presentes en aquellos que padecen VIH que en quienes no lo tienen.
“La edad cardíaca es una herramienta que nos permite a los médicos decirle a la gente qué tanto es más viejo su corazón que su documento. Nos parece muy importante que junto a tu médico de cabecera o cardiólogo, se controle la salud cardiovascular. Hay que destacar que una persona puede reducir su edad cardíaca mejorando los factores de riesgo cardiovascular que el profesional puntualice”, concluyó Bottaro.
El objetivo de Stamboulian Talks es transmitir a través de exposiciones atractivas y sintéticas aspectos interesantes, importantes o novedosos en temas sanitarios. La meta es que cada presentación sirva de disparador para que la audiencia se sienta motivada a profundizar, indagar, crear conciencia o pasar a la acción en relación a los temas presentados.
SEGUÍ LEYENDO: